Alumbra la vida… Por la humanidad entera

Guillermo Gazanini Espinoza
Guillermo Gazanini Espinoza

Por segundo año, en el día de los Santos Inocentes, Actúa Familia lleva a cabo una iniciativa tan necesaria como iluminadora, especialmente en los tiempos donde la vida y los valores son puestos como bienes relativos y sujetos al consenso.

En significativa fecha, la del 28 de diciembre, encender una luz por la vida se torna en un testimonio humilde y poderoso que puede despertar inquietudes y conciencias. Advertir de esas masacres que suceden todos los días sin que nadie le interese, a pesar de la sangre anónima que también se derrama “de forma lícita”.

Con el lema “Los Niños Son Sagrados”, Actúa Familia, bajo la coordinación de Pedro Mejías, colaborador también de la Agencia Católica de Noticias, creyentes, hombres y mujeres de buena voluntad, son convocados en diversas ciudades de España y México a encender, al caer la tarde, una vela en memoria de los cientos de miles de niños abortados. El propósito también se une a hacer visible otras tremendas realidades que escapan a nuestra comprensión en el mejor de los casos o hacemos la vista a un lado para evadir lo que nos carcome: el tráfico de infantes, el maltrato, el tráfico sexual y el mercado negro de órganos, además de esas políticas consentidas desde el poder como la muerte asistida.

México tiene la sangre de sus hijos en las manos. Algunas estadísticas revelan cómo se ha usado el aborto como instrumento lícito para matar. Al 2022, 12 mil 469 abortos fueron cometidos legalmente. Después de la pandemia, las cifras oficiales han ido creciendo, pero aun no llega al pico de 2013 cuando se tiene el registro de 20 mil 765 abortos realizados.

Pero el aborto no es lo único. Como un Leviatán, este monstruo tiene muchas cabezas y tentáculos. Por lo que hace a las desapariciones de niñas y niños, las cifras son igual de escalofriantes. En 2022, alrededor de 18 personas entre los 0 y 18 años desaparecían diariamente. Más de 15 mil niños y adolescentes están desaparecidos. Las niñas y las adolescentes son quienes corren el riego mayor de desaparecer en este país debido a las amplias redes de tráfico y trata de personas que operan en plena impunidad. No sólo se trata de los trabajos forzados como hace el reclutamiento del narcotráfico, impera la trata y la explotación sexual.

A la par, está el complejo entramado burocrático y jurídico. La “justicia tortuga”. Padres y madres han tomado en sus manos las investigaciones que no se realizan debido a la “conveniente incompetencia” de las autoridades ministeriales, fallan los protocolos y los mecanismos de localización penden de carpetas incompletas y deficientes. No sólo los modernos Herodes son los abortistas… El rey tirano y genocida también ha encarnado en las autoridades dilatadoras de la localización de miles de menores acentuando más y más la tremenda y vergonzosa realidad de niños y adolescentes desaparecidos en México

Herodes vive y continúa alzando la espada contra la vida en el seno materno y las que han desaparecido. Miles de familias y padres viven todos los días la persecución del rey maldito que acabó con los inocentes para terminar con la de Cristo mismo. Como bien afirma el teólogo Pablo Garrido: “La muerte desplegada en todas estas formas conocidas se difunde con los tonos siniestros que cantan la mentira despiadada y asesina, aunque como gran mentira se revista de apariencia de conmiseración, progreso o avance social… No es batalla cultural, de lo que se trata en realidad es de una contienda espiritual en toda regla, a la que es preciso hacer frente”.

Hoy, en diferentes ciudades y comunidades de Hispanoamérica, en diversos frentes y dimensiones, las comunidades conmemorarán a los inocentes modernos masacrados en el vientre materno o asesinados en vida. Con una luz, “enciende y alumbra la vida”, una llama que puede provocar un incendio de amor e indignación. Y que sea un compromiso no sólo de un día al final del año, quizá cada día 28, en la intimidad del hogar o de la comunidad, valdría la pena hacer una pausa para alumbrar la vida a lo largo del año. Como afirma Pedro Mejías: A un niño no se le aborta, a un niño no se le adoctrina ni se le sexualiza, a un niño no se le esclaviza porque… ¡los niños son sagrados!

Para ver la lista de ciudades hispanoamericanas participantes, aquí.

Comparte: