El matrimonio se hunde, Iglesia replantea estrategia pastoral

Guillermo Gazanini Espinoza
Guillermo Gazanini Espinoza

El 13 de septiembre, en la Universidad Pontificia de México, se analizó un importante instrumento que podría ser clave en el fortalecimiento del matrimonio y la familia. Una nueva perspectiva pastoral se abre con los “Itinerarios catecumenales para la vida matrimonial”, documento del Pontificio Dicasterio de los Laicos, la Familia y la Vida.

Presentado a la Iglesia de México, los obispos ahora tienen una tarea que no es menor ante la erosión de las instituciones familiares y el descenso de los matrimonios en México, particularmente afectados en la pandemia del covid-19. Como sabemos, y a diferencia de otros a países, en México el contrato civil y el sacramento eclesiástico, así como las ceremonias religiosas matrimoniales, no tienen las misma validez y efectos sociales.

En cuanto al primero, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía -INEGI- publicó,  el 30 de septiembre de 2021, un particular diagnóstico que refleja cifras llanas y frías de la crisis del contrato matrimonial. De acuerdo con ese organismo, en 2020 se registraron 335 563 matrimonios que, en comparación con el 2019, implicó una disminución del 33.5%. Los mismos datos del INEGI muestran una caída sostenida en el número de matrimonios. En 2012, se celebraron 570,954; en 2019, 335,563. Estas cifras reflejan dónde hay celebraciones: Se casan más en Coahuila y en la Ciudad de México, lo hacen menos personas. A esto, se suma otra crisis, la de los divorcios: “Por cada 100 matrimonios en 2019 ocurrieron 31.7 divorcios, relación que se duplicó en la última década”.

Hasta donde se sabe, la Iglesia católica en México no tiene un compendio global de las arquidiócesis y diócesis acerca del registro de libros matrimoniales, mucho menos de una digitalización. Desafortunadamente, la información es muy fragmentada y, en muchas ocasiones, la compilación parroquial es desorganizada y opaca. De existir sería buen indicador, además de tener datos objetivos sobre el real aprecio del sacramento del matrimonio y qué peso tiene en la vida de los creyentes.

Sin embargo, la presentación de los “Itinerarios” ofrece una perspectiva urgente que llama la atención de los especialistas en ciencias de la familia y de los obispos al observar que la actual pastoral del matrimonio ya dio lo que tuvo que dar. La Dra. Gabrielle Gambino fue la encargada de los aspectos relevantes que ahora deben implementarse para ver la resurrección del matrimonio, no como meta de celebración y mejor ser proyecto de vida a la santidad. La subsecretaria del pontificio dicasterio reconoce que los obispos fallaron de alguna forma en el acompañamiento de los matrimonios.

Gambino dice que el documento de los Itinerarios es “revolucionario” porque trata de involucrar a la comunidad para acompañar a las parejas y matrimonios en crisis. La actual pastoral se conforma todavía de una serie de pláticas presacramentales en orden a la celebración y, después, dejar a los cónyuges a su suerte; ahora quieren implementar un giro significativo a través de fases y una preparación más consciente para forjar estilos de vida, no ceremonias pasajeras. Reconoció otra falla, ahora práctica común: las nulidades matrimoniales provocadas por la defectuosa pastoral y el ausente cuidado de los pastores que toleraron, por negligencia y deficiente competencia, matrimonios que jamás existieron.

Así como se ha impuesto en la catequesis una idealización de estado consagrado e incluso se invita a los niños y jóvenes a abrazar la vida sacerdotal como vida sublime y perfecta, esta nueva pastoral del matrimonio pretende rescatar lo que se había olvidado: Que el matrimonio es vocación. Actualmente en una gran mayoría de  los cónyuges, este ideal no tiene un sentido muy claro para que el matrimonio sea  estilo de vida, más que carga donde pesa la ausencia de la estima mutua.

Gambino resaltó claves para resarcir el tejido social. Tomar en cuenta a cada familia en la estructura de las parroquias como protagonistas en las comunidades con vocación y misión bajo acompañamiento permanente en un hecho eclesial no meramente ceremonial.

Los “Itinerarios” parecen el salvavidas que se arroja en el mar de la crisis de estas instituciones. Parafraseando a Chesterton, la actual pastoral del matrimonio y sus engorrosos trámites están atascados en un lenguaje aburrido, polvoriento, anticuado, rígido y torpe en mano de los célibes inexpertos en la vida de familia y de la pareja. Y el mismo pensador lo confirma cuando dice: “El mundo ha olvidado que fundar una familia es mucho más grande que disfrutar del sexo entendido en el sentido limitado…”

Párrafo lapidario. La Iglesia, en cierto sentido, también olvidó el sentido de fundar una familia, en sus virtudes y potenciales consecuencias. Y estos “Itinerarios” parecen la respuesta a la urgencia de la nueva pastoral para advertir que el matrimonio es más que una celebración de algunas horas. Es consorcio de vida para la vida.

Universidad Pontificia de México. YouTube.
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