* Estalla el caso del obispo culpable de actos sexuales en confesión, ahora sancionado por la Santa Sede y encerrado en un convento.
* Acusaciones admitidas y confirmadas, pero uno de sus sucesores quiere disculparlo al subrayar que «escuchó a todos, como lo demuestra el enfoque sinodal«.
Para releerlo hoy, a la luz de la investigación mediática Golias y Famille chrétienne, el comunicado con el que Michel Santier tiempo atrás anunció su «renuncia» a los fieles de la diócesis de Creteil, parecía contener algunas pistas sobre lo que hoy claramente se perfila. El obispo, de hecho, justificó en aquél entionces su paso atrás achacándolo a la falta de fuerza física -a pesar de que aún no había cumplido los 75 años- y a «otras dificultades» no especificadas. Es probable que se refiriera a las acusaciones que le formularon dos hombres en 2019 y a algunos episodios ocurridos en los años 90 en Coutances en una escuela de oración de la que entonces era director. El religioso, ex obispo de Luçon y luego de Créteil, presuntamente abusó de su autoridad espiritual para tener a dos jóvenes desnudos durante una confesión.
La denuncia de las dos presuntas víctimas fue recogida hace tres años por el entonces arzobispo de París, Michel Aupetit, quien inició la investigación en Roma por tratarse de un obispo sufragáneo, en aplicación de lo dispuesto en el motu proprio del papa Francisco Vos estis lux mundi.. La respuesta del Vaticano llegó en octubre de 2021 y Santier fue objeto de medidas disciplinarias por abusos espirituales que habían desembocado en actos de voyerismo, según confirmaron en los últimos días a los medios fuentes de la diócesis de Creteil. Primero vino el paso atrás del obispo y la aceptación de la dimisión por parte del Papa en enero de 2021. Nada, sin embargo, se filtró hasta que aparecieron las primeras revelaciones el 14 de octubre de este año en los dos diarios católicos que hablaban de la existencia de sanciones.
El escándalo fue enorme para la Iglesia francesa y la opinión pública ha dado gran eco a lo que se ha dado en llamar “confesiones desnudas”. El clamor llevó al sucesor de Creteil, monseñor Dominique Blanchet, a disculparse públicamente por sus «errores de juicio» sobre el asunto. La gravedad de los hechos, de hecho, no se limitaría a lo que surgió en los primeros días: tras la investigación llegaron nuevas denuncias de presuntos abusos cometidos por Santier y por ello el actual obispo de Creteil pidió disculpas a los fieles por creer en su antecesor. cuando, en el traspaso, le había asegurado que las víctimas de su conducta eran sólo los dos escuchados por monseñor Aupetit.
Existe la sospecha de que Santier pudo haber reiterado estas actitudes también durante su ministerio episcopal y por eso Blanchet ha lanzado un llamamiento a las posibles víctimas para que denuncien ante la oficina diocesana competente. Pero la bomba que estalló en los medios de comunicación llevó a hablar a los demás obispos de las diócesis que entraron en contacto con Santier y a través de sus palabras fue posible conocer su destino tras el retiro de enero de 2021. Monseñor François Jacolin, su sucesor en Luzón, ha revelado en un comunicado que el propio obispo acusado habría reconocido la veracidad del testimonio de las dos víctimas.
Después de las sanciones, se le pidió a Santier que llevara una vida de oración y penitencia y fue enviado como capellán dentro de una comunidad religiosa en Saint-Pair-sur-Mer. Jacolin, sin embargo, en la nota de prensa se sintió en el deber de precisar que en el momento de su mandato en Luzón (de 2001 a 2007), Santier demostró ser «un pastor benévolo que escuchaba a todos, como lo demuestra el enfoque sinodal que mostró» y «llevado a cabo con determinación».
En cuanto a los acontecimientos posteriores a la medida disciplinaria, monseñor Laurent Le Boulc’h, obispo de la diócesis de Coutances y Avranches donde se encontraba su retiro, explicó que una vez que llegara la noticia de Roma le pediría a Santier que dejara la comunidad y se mudara a una comunidad. de monjas que debería ser la abadía de Saint-Sauveur-le-Vicomte. Allí Santier sigue celebrando Misa y en estos días probablemente descubrirá la conmoción que le ha causado su caso, sobre todo porque los abusos se habrían cometido explotando el sacramento de la confesión y más en general la misión de acompañamiento espiritual.
Vale la pena hacer una pregunta : ¿pero es que acaso en el «ministerio limitado» que, como revela monseñor Le Boulc’h, el prelado ejerce en la comunidad de religiosos tras las sanciones de Roma, está también la administración del sacramento de la reconciliación que parece haber ultrajado tan sacrílegamente en el pasado?
POR NICO SPUNTONI.
ROMA, ITALIA.
JUEVES 27 DE OCTUBRE DE 2022.
LANUOVABQ.