El P. José de Jesús Aguilar, arcipreste del cabildo de la Catedral Metropolitana, compartió un vídeo, en el que explica lo majestuoso de las riquezas con qué cuenta dicho recinto religioso.
Comenzó por la zona externa del Coro, donde se ve una de las caras de los órganos monumentales, para llegar al espacio de las puertas laterales, donde se encuentran cuatro grandes medallones pintados por Miguel Cabrera en 1767, de aproximadamente 4 M. de altura por 3 M. de ancho y que pertenecieron a la iglesia de San Francisco “El Grande”.
Explicó que en la actual calle de Madero y durante la Reforma, fueron trasladados a la academia de San Carlos, donde se conservaron, hasta que por un intercambio de las dos instituciones, llegaron a la Catedral.
“Se trata de 4 composiciones inspiradas en la letanía lauretana a los lados de la puerta Oriente. Están los dedicados a la Reina de los Apóstoles y a la Reina de los Ángeles; en el dedicado a María como reina de los Ángeles, ella aparece sentada entre nubes, sosteniendo al niño Jesús y con un cetro en la mano un listón a sus pies tiene el título: Reina Los Ángeles, le acompañan los 9 coros angélicos, a su izquierda los serafines con un corazón inflamado, los querubines con un estandarte y los tronos con una corona imperial”,
explicó.
Sobre esa misma obra, añadió que “a su derecha, las dominaciones le ofrecen otra corona: “Las Virtudes”, con un estandarte símbolo de fuerza y las potestades con un libro emblema de conocimiento. En la parte baja están los principados con casco militar, los arcángeles representados por San Miguel y Los Ángeles bajo la figura del ángel de la guarda recordando su misión de proteger y guiar”.
En el dedicado a María como Reina de los Apóstoles, dijo que “aparece ella entre nubes con el niño Jesús acompañada de ángeles que sostienen un listón con el título: Reina de los apóstoles, uno de los ángeles le ofrece una corona sobre un cojín”.
“Los 12 apóstoles aparecen con los atributos que los distinguen como cabeza del grupo, al centro San Pedro con las llaves, junto a él, las 3 Marías: María Magdalena, María Cleofas y María Salome; además de Pedro, se puede identificar en un extremo a San Pablo por la espada y la túnica verde; a Santiago junto a Pedro por la capa el bastón y la concha de peregrino, a San Juan, por su apariencia juvenil y los colores verde y rojo, y a Tomás porque fue quien se postró ante Cristo después de haber dudado de su resurrección”.
agregó.
En el extremo derecho, -amplió- “se añaden el grupo dos personajes con un libro: son los evangelistas Lucas y Marcos que no fueron apóstoles”.
La intención del medallón, indicó el clérigo, “es mostrar a María como madre de la Iglesia naciente”.
Comentó que “en uno de los lados de la entrada poniente está en medallón dedicado a la virgen como reina de los mártires, sobre el cual destaca la cruz del martirio; en el centro, María sostiene el cuerpo de su hijo sacrificado que ha sido bajado de cruz, en la composición que ha sido conocida como La Piedad”.
A los pies de Jesús, enfatizó, “se encuentran elementos de la pasión: como la jarra y palangana que usó Poncio Pilato para lavarse las manos, y sobre ella los clavos y la corona de espinas, bajo ella el letrero: INRI, que sintetiza la frase “Jesús de Nazaret Rey de los judíos”. Asimismo, un ángel muestra la llaga del Salvador a los mártires Esteban y Felipe, el primer mártir universal con atuendo rojo y el primer mártir mexicano que carga su cruz, porque fue crucificado en Japón”.
En el otro extremo, añadió, “con una rueda con cuchillas, instrumento de su martirio, se ubica Santa Catalina de Alejandría, patrona de filósofos y universidades; a su espalda, Santa Úrsula con 6 compañeros mártires”.
“El medallón de enfrente, está dedicado a la Virgen María como reina de los patriarcas, ella aparece entre nubes obre un listón con el título: Reina de los patriarcas”,
recordó.
“En la parte baja, al centro, el patriarca Abraham y su hijo Isaac arrodillado con la leña para el sacrificio; a su derecha, como fundadores espirituales de Los Carmelitas, el profeta Elías con una espada de fuego y detrás de él su discípulo Eliseo; le siguen otros fundadores, de blanco, San Bernardo sosteniendo la cruz porque, aunque no fue fundador dio mucho impulso a su orden; detrás de él, San Francisco San Francisco Paola con capucha, San Francisco de Asís; Santo Domingo de Guzmán con unas florecillas que aluden a las oraciones del rosario y en el extremo San Agustín”,
detalló.
“A la izquierda está Moisés con las tablas de la Ley, base de cualquier regla religiosa, frente a él, de negro, San Juan de Dios con una granada en la mano, también de negro, atrás de él, San Ignacio de Loyola, con el libro de La Regla y a espaldas de San Ignacio, a ambos lados, de blanco y con grilletes en la mano: San Raymundo de Peñafort y de negro, San Pedro Nolasco, fundadores de los mercedarios; en el extremo, San Felipe Neri”,
sostuvo el sacerdote.
De esta manera, concluyó el presbítero, “sin palabras, pero a través del arte, la oración en este recinto alaba a María como Reina de los Ángeles, Reina de los patriarcas, Reina de los Apóstoles, Reina de los mártires, ruega por nosotros”.