Así lo dice el obispo auxiliar de Astaná, Kazajistán, Athanasius Schneider, en un extracto de su libro Christus Vincit, que nos ha traído Chiesa e Postconcilio en italiano, recogido en español por el blog de Marco Tosatti, Stilum Curiae.
El prelado da su opinión acerca de cómo debe ser la labor de los blogueros católicos, señalando que “deben evitarse controversias estériles”. “Podemos proporcionar información sobre lo que está sucediendo y, a veces, no tenemos más remedio que proporcionar información y hechos negativos, de lo contrario estaríamos viviendo en otro planeta”, asegura el obispo.
Sin embargo, reconoce, “debe hacerse de manera equilibrada, sin proporcionar constantemente noticias negativas, sino ofreciendo también información positiva sobre las cosas buenas que acontecen en la Iglesia en todo el mundo, en lo que respecta a la promoción de la pureza de la doctrina, de la oración y de la belleza de la liturgia”.
Les dejamos el extracto:
¿Internet constituye un medio importante para la defensa de la fe por parte de los laicos?
Ciertamente que sí. Veo Internet y las redes sociales como instrumentos providenciales que ofrecen a los laicos que ansían defender la fe una posibilidad única de encuentro. No habría sido posible hace 30 años. Ahora veo a laicos, hombres y mujeres, que tienen el coraje de decir al párroco o al obispo, e incluso a la Santa Sede: “Rezamos por ustedes, ciertas cosas nos preocupan, no corresponden a la fe de nuestros antepasados. Queremos defender la fe de la Iglesia, que es nuestra Madre”. Pero el establishment eclesiástico-progresista –que yo defino la nomenklatura– ahora acusa a los laicos de interferencia, diciendo: “¡No es tarea de ustedes, cállense!”.
¿Olor nauseabundo de clericalismo, cierto?
Es cierto. Una actitud similar de ciertos clérigos respecto a los laicos da prueba de un clericalismo desmesurado. Pero los fieles laicos deben responder a estos clérigos arrogantes. Es lo que ha enseñado el Vaticano II sobre el deber de los laicos de dar testimonio de la fe y defenderla. Ellos pueden decir a estos clérigos: “¡Si ustedes aman tanto al Vaticano II, dejen que los critiquemos! Dejen que elevemos libremente la voz en la Iglesia para defender la fe de nuestros antepasados. Tenemos el derecho de expresar nuestra preocupación también al Papa, porque somos una sola familia”. En esta nueva y valiente actitud de numerosos laicos veo realizarse la intención del Concilio Vaticano II. Dios ha permitido males después del Concilio para servirse de ellos con la finalidad de extraer un gran bien.
Estamos viviendo en la época de Internet. ¿Puede ofrecer consejos específicos para los blogueros y los sitio web católicos?
Hoy, la blogósfera católica es un instrumento de la Divina Providencia para difundir la verdad perenne de Cristo y de Su Iglesia en medio de una crisis eclesial sin precedentes. Considero que es una ayuda verdaderamente providencial para conectar a quienes comparten los mismos propósitos e intenciones, sintiéndose en cierta medida pertenecientes a una familia de fe. ¡Dios bendiga a los valientes blogueros católicos! Ciertamente deben evitarse controversias estériles. Podemos proporcionar información sobre lo que está sucediendo y, a veces, no tenemos más remedio que proporcionar información y hechos negativos, de lo contrario estaríamos viviendo en otro planeta. Sin embargo, debe hacerse de manera equilibrada, sin proporcionar constantemente noticias negativas, sino ofreciendo también información positiva sobre las cosas buenas que acontecen en la Iglesia en todo el mundo, en lo que respecta a la promoción de la pureza de la doctrina, de la oración y de la belleza de la liturgia. También es muy útil presentar ejemplos de bellas vidas cristianas en la historia de la Iglesia y también en nuestro tiempo. Los blogueros católicos harán un buen trabajo si se atienen a estos lineamientos.