Uno de los espacios más notables del fraccionamiento Jardines del Bosque es su templo parroquial, El Calvario, el cual yace sobre la explanada de la plaza Ciudad de Guatemala, cuyo jardín sirve como atrio de la misma.
Quienes han transitado por avenida Arcos se pueden percatar de su existencia, pues en el centro de la plaza se alza un edificio de cantera, y a su costado se observa una enorme cruz metálica, símbolo que evoca al lugar donde Cristo fue crucificado.
Año Jubilar
Por la pandemia de COVID-19, la comunidad canceló algunos eventos programados para conmemorar los 50 años de su fundación parroquial, sin embargo, no fue impedimento para realizar una Misa solemne el pasado 3 de octubre, día del aniversario.
“En ocasión al jubileo se nos concedió la gracia de la indulgencia plenaria en cinco fechas. Comenzamos el 3 de octubre de 2019 y programamos que cada día tercero del mes harías una actividad. Tuvimos varios eventos culturales en el transcurso de los meses pero después llegó la pandemia, así que paramos en marzo. Dejamos de lado la cena pascual, conciertos y exposiciones. Lo único que tuvimos fue una misa sencilla pero muy solemne”, dijo el señor Cura Efraín Humberto González González.
Labor social
Al igual que en muchos lugares, también aquí existen carencias. Como parte de la labor social, el grupo de Cáritas atienda a la zona de Pueblo Quieto, localidad situada junto a las vías del ferrocarril sobre las avenidas Inglaterra y Niños Héroes, pues pertenecen al territorio parroquial.
De igual forma, se apoya al pueblo de Chimaltitán, Jalisco, enviando víveres y también a los grupos de migrantes que transitan por las vías de avenida Inglaterra. En este último, colaboran directamente con el movimiento FM4 Paso Libre entregando donativos de ropa y alimentos para que ellos provean a los migrantes.
“La Purísima, como nosotros le llamamos a Pueblo Quieto, es una comunidad marginada. Aquí atendemos cerca de cuarenta señoras y cada mes les damos una despensa”, explicó la señora Patricia Castro Sierra, coordinadora de Cáritas.
Pastoral para adultos mayores
La comunidad está integrada en su mayoría por personas de la tercera edad, por ello existe una gran coordinación entre los ministros extraordinario de la comunión para llevar el Cuerpo de Cristo a personas que presentan dificultades para trasladarse hasta la parroquia, ya sea porque viven solas o simplemente porque su enfermedad se los impide.
“Los asilos han aumentado en esta zona, actualmente son trece y los atendemos aproximadamente entre diecinueve ministros de la comunión. Les llevamos el Cuerpo de Cristo mínimo dos veces a la semana y también aquellos que son de comunión diaria en la medida de las posibilidades. Más o menos en todo el mes llevamos mil ochenta comuniones”, mencionó Esther Morales Muro, coordinadora de Pastoral Litúrgica.
Comunidad perseverante
En los dos años que lleva el padre Raúl Mercado como vicario, describe esta comunidad como perseverante, sosteniéndose por encima de las dificultades, tales como la crisis sanitaria que vive hoy en día.
“Es gente de mucha fe, generosa, de presencia eucarística y de muchos sacramentos. En su mayoría de personas mayores pero las que vienen a Misa son muy entregadas, buscan a Dios y servirlo lo mejor que se pueda”.
Historia
Los orígenes del recinto religioso, como el fraccionamiento mismo, lo inspiró, pero no lo ejecutó, el genial arquitecto jalisciense Luis Barragán (1902 – 1988). Su primera piedra fue colocada por el Cardenal José Garibi Rivera el 23 de febrero de 1958.
Fue el mismo Arzobispo quien autorizó colectar limosna en la comunidad para la construcción del inmueble, poniendo a su cargo al presbítero J. Jesús Quezada de la supervisión de la obra.
Cabe aclarar que Luis Barragán no dirigió la construcción de este templo; su intervención consistió en elaborar el diseño general de la misma, las medidas, proporciones y el manejo de espacios de grandes dimensiones.
Quien sí tomó parte activa en su dirección fue otro prestigioso arquitecto tapatío, Ignacio Días Morales, de cuyo despacho salieron diseños y directores de la obra.
El expediente integrado para la creación de la parroquia contó con el beneplácito de los párrocos de Nuestra Señora de la Paz, Pbro. Guadalupe Navarro, y de Nuestra Señora de Lourdes, colonia del Fresno, a cargo del Pbro. J. Cruz Aguilar, de cuyo territorio se segregó una pequeña porción.
El decreto de erección como parroquia fue dado el 3 de octubre de 1970 por el Cardenal José Salazar López.
Murales
Al interior se contemplan dos murales: uno en la parte de los confesionarios y otro en la asamblea principal. Ambas joyas artísticas son obra del distinguido muralista tapatío Alfonso Lara Gallardo.
El más antiguo corresponde al muro de los confesionarios y lleva por título “Las Bienaventuranzas”, que mide 7 por 2.20 metros.
Respecto al segundo, “El Señor de la vida y de la muerte”, sus dimensiones son de 9 por 29 metros y su realización le llevó tres años.
Nos muestra tres figuras masculinas: una muerte, otra que se incorpora penosa, y finalmente el cuerpo del Resucitado elevándose con majestad hacia el sol de la Unidad. Es la tercera figura, la del Resucitado, la que da al mural su fuerza y amplio simbolismo.
Cabe señalar que el Mtro. Alfonso Lara Gallardo también es el autor del imponente mural que se encuentra en la parroquia de San Bernardo, ubicado sobre Av. Plan de San Luis y escenario de las ordenaciones diaconales de diciembre en Guadalajara.
Con información de ArquimMedios/David Hernadez