El Papa Francisco ha hecho presente la conmemoración que hoy se hace a san Juan Diego, a quien, afirma, “Nuestra Señora de Guadalupe escogió como su enviado”.
En este sentido, ha pedido que “su intercesión presente a la Virgen los países de América latina, damnificados por la pandemia y los desastres naturales, para que ella, como Madre, salga al encuentro de sus hijos y los cubra con su manto”. Asimismo, ha solicitado a Dios que “infunda en nosotros su Espíritu Santo para que vivifique nuestra oración y transforme nuestro corazón, abriéndolo al servicio de la caridad”.
Esta demanda ha sido realizada por el Santo Padre en su habitual saludo a los peregrinos de lengua española, de España y Latinoamérica, durante la audiencia general de hoy miércoles de la segunda semana de Adviento.
La oración cristiana
La catequesis de este miércoles ha sido transmitida desde la biblioteca del Palacio Apostólico, sin público, como prevención frente a la COVID-19. Francisco ha proseguido con la serie dedicada a la oración, bajo el título “La oración de súplica”.
En ella, el Papa ha destacado que la “oración cristiana es plenamente humana porque abraza la alabanza y la súplica”, realidad que se encuentra en el Padrenuestro.
San Juan Diego
San Juan Diego Cuauhtlatoatzin fue un mexicano autóctono que pervive vinculado a la advocación de la Virgen de Guadalupe, que se le apareció haciéndole protagonista de una de las grandes escenas, cuajadas de lirismo, que marcan un hito en la historia de las apariciones marianas.
En el entorno de la festividad de la Inmaculada Concepción, entre otros, la Iglesia celebra hoy la existencia de Juan Diego, que vive para siempre vinculado a María, bajo su advocación a Nuestra Señora.
Este santo indígena encarna en sí mismo una de las hermosísimas historias de amor que conmueven poderosamente. Inocencia y dulzura forman una perfecta simbiosis en su vida que instan ciertamente a perseguir la santidad y permiten comprender qué pudo ver en él la Reina del Cielo, excelso modelo de virtudes, para hacerle objeto de su dilección.
Con información de Zenit/Isabel Orellana Vilches