Juan Pablo ll beatificó a los mártires españoles del comunismo, a pesar de la oposición de obispos progresistas

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De las notas del socialista Bono Martínez un trasfondo de los mártires de la guerra civil en España: San Juan Pablo II inició las beatificaciones a pesar de la oposición del ala ‘reformista’ ibérica y del entonces presidente de la Conferencia Episcopal Española.

En los últimos días, un noventas de la política española como José Bono Martínez, expresidente del Congreso de los Diputados y exministro en el Gobierno de Zapatero, José Bono, ha publicado online a través de la Fundación Pablo Iglesias cerca de 20.000 apuntes personales recogidos a lo largo de su carrera. En los dosieres del socialista hay un interesante documento sobre la historia reciente de la Iglesia católica en la Península Ibérica.

De hecho, Bono relató el contenido de una conversación mantenida el 10 de octubre de 2007 con el jesuita José María Martín Patino, estrecho colaborador del cardenal Vicente Enrique y Tarancón, considerado el hombre de confianza de san Pablo VI en España. El padre Patiño, fallecido en 2015, contó al exministro sobre un almuerzo que tuvo lugar a finales de la década de 1980 entre Juan Pablo II y el entonces presidente de la Conferencia Episcopal Española, monseñor Gabino Díaz Merchán. En aquella ocasión el Papa habría expresado a la cabeza de los obispos su férrea intención de beatificar a los mártires de la guerra civil de los años treinta. Ante esa noticia, Monseñor Díaz Merchán habría protestado argumentando que en España se malinterpretaría una posible beatificación.

Según informa Bono de la confidencia realizada por Patiño , el presidente de la Conferencia Episcopal se habría sentido «aterrado» ante la perspectiva evocada por el santo polaco, temiendo ser acogido como «un hipócrita» en su ciudad natal, Mora, donde había dicho públicamente que había perdonado a los asesinos de sus padres durante la guerra civil. El prelado, de hecho, es hijo de Gabino Díaz-Toledo Martín-Macho y María Paz Pascuala Merchán Gouver, fusilados el 21 de agosto de 1936 en Orgaz por milicianos comunistas. En una entrevista concedida a La Nuova España, Díaz Merchán, aún con vida, relató el martirio de sus padres con estas palabras: “Mi padre estaba muy triste pensando en que nos dejaba solos a los niños. Mi madre lo consoló en el camino, le dijo que pensara en Dios, que no amaba a sus hijos más que a Dios, ante quien ahora sería responsable de su vida. Y que la Providencia y los tíos hubieran ayudado a sus hijos”. La pareja fue baleada tomados de la mano, gritando en la cara de los asesinos: «Viva Cristo Rey».

A pesar de las perplejidades relatadas por el padre Patiño y también compartidas por el cardenal Tarancón , San Juan Pablo II aún decidió dar luz verde a las primeras beatificaciones de los mártires españoles en la guerra civil. Bono recordó que Patino le habló de un encontronazo entre el cardenal Tarancón, líder histórico del episcopado ‘reformista’ español, y el Papa polaco: este último defendió la intención de iniciar las beatificaciones, alegando que no quería hacerlo para fastidiar; el cardenal, en ese momento, respondió que «aunque no sea para molestar, molesta».

Poco antes de la beatificación de los tres carmelitas descalzos de Guadalajara en marzo de 1987 , el futuro cardenal Ángel Suquía Goicoechea, arzobispo de Madrid más en la línea del pontificado wojtyliano y menos vinculado a la época de Tarancón. Desde 1987 hasta 2001, San Juan Pablo II beatificó a más de 400 mártires de la guerra civil española.

 

Por NICO SPUNTONI.

Viernes 14 de enero de 2021

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