La última audiencia general de este año ha tenido lugar, como viene siendo habitual debido a las restricciones por el coronavirus, en la Biblioteca del Palacio Apostólico Vaticano. El Papa, continuando el ciclo de catequesis sobre la oración se ha centrado en el argumento “La oración de acción de gracias”.
El Papa se detuvo en el pasaje de los 10 leprosos que, según el Pontífice, “divide el mundo en dos: quien no da las gracias y quien da las gracias; quien toma todo como si se le debiera, y quien acoge todo como don, como gracia”.
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“Hemos sido pensados antes de que aprendiéramos a pensar; hemos sido amados antes de que aprendiéramos a amar; hemos sido deseados antes de que en nuestro corazón surgiera un deseo. Si miramos la vida así, entonces el “gracias” se convierte en el motivo conductor de nuestras jornadas. Muchas veces olvidamos también decir ‘gracias’”,
aseguró el Santo Padre.
“Para nosotros cristianos el dar las gracias ha dado nombre al Sacramento más esencial que hay: la Eucaristía”, señaló el Santo Padre. “Los cristianos, como todos los creyentes, bendicen a Dios por el don de la vida. Vivir es ante todo haber recibido la vida. Todos nacemos porque alguien ha deseado para nosotros la vida”, explicó Su Santidad.
Francisco animó a tratar de estar siempre en la alegría del encuentro con Jesús. “Cultivemos la alegría. Sin embargo, el demonio, después de habernos engañado —con cualquier tentación—, nos deja siempre tristes y solos. Si estamos en Cristo, ningún pecado y ninguna amenaza nos podrán impedir nunca continuar con alegría el camino, junto a tantos compañeros de viaje”.
“El mundo necesita esperanza y con la gratitud, con esta actitud de decir gracias, nosotros transmitimos un poco de esperanza. Todo está unido, todo está conectado y cada uno puede hacer su parte allá donde se encuentra”,
afirmó el Papa.
Con información de InfoVaticana
