La Iglesia católica ha reconocido el asesinato de un fiscal por parte de la mafia como un martirio de la fe. Como anunció el Vaticano, el Papa Francisco confirmó que la abogada Rosario Livatino, asesinada en 1990 (foto de archivo), recibió un disparo «por odio a las creencias». Livatino, entonces de 37 años, que era considerado un católico acérrimo, fue asesinado a tiros el 21 de septiembre de 1990 cerca de Agrigento por cuatro asesinos de Stidda, una organización similar a la mafia en el sur de Sicilia.
Con el reconocimiento de Livatino como mártir, el camino está despejado para una beatificación. El obispo de Agrigento abrió el proceso para su posible beatificación ya en 1993. Durante una visita a Sicilia, el Papa Juan Pablo II (1978-2005) se había dirigido al joven abogado como un «mártir de la justicia». En Italia, en la década de 1990, los jóvenes abogados se hicieron un nombre con su lucha contra el crimen organizado como «giudici ragazzini» (por ejemplo: jueces).
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Articulo original Kath.net
