El «diálogo» del Vaticano con la dictadura nicaragünse, puesto en duda: ¿quién habla con quién?

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* La situación del obispo Rolando Álvarez, un diabético con problemas cardíacos, bajo arresto domiciliario en casa de sus padres en Managua, explica el singular supuesto «diálogo» de la iglesia con la dictadura. 

* El chantaje, no nuevo, de Daniel Ortega.

El obispo de Matagalpa y administrador apostólico de Estelí, Nicaragua, Mons. Rolando Álvarez, está bajo arresto domiciliario desde hace tres meses y evidentemente se ha convertido en “moneda de cambio” de la dictadura de Daniel Ortega y su esposa la vicepresidenta, Rosario Murillo, en el “diálogo” con la iglesia local y el Vaticano. 

El pasado jueves 4 de agosto Mons. Álvarez, cuando salía de su casa para dirigirse a la curia diocesana, fue bloqueado por la policía que desde hace días, con mucha visibilidad intimidante, controlaba la zona.

El obispo, sin recibir ningún tipo de comunicación oficial y sobre todo sin ninguna explicación, fue obligado a permanecer encerrado en su casa donde otras personas, obviamente autorizadas, proveían al prelado de alimentos, medicinas y otras necesidades. 

Por supuesto, todo lo que rodeaba la casa del obispo estaba estrictamente controlado y vigilado. 

El viernes 19 de agosto, Mons. Álvarez fue trasladado a las pocas horas a la comisaría de Matagalpa para ser notificado de su «delito»: «promover la desestabilización». Posteriormente, el obispo fue trasladado por la misma policía desde Matagalpa a Managua (130 km), a la casa de sus padres con la absoluta obligación de no mirar ni por las ventanas. 

Desde entonces, Mons. Álvarez, quien lleva 12 semanas bajo arresto domiciliario (lo que el régimen llama » casa por cárcel «) está autorizado a recibir visitas de pocas personas. Entre ellos está el médico que trata la diabetes y las enfermedades del corazón del obispo.

Un chantaje descarado

Esta situación particular de Mons. Álvarez explica e ilustra el singular supuesto “diálogo” de la iglesia con la dictadura de Daniel Ortega. 

En realidad, la historia se ha convertido ahora en un chantaje descarado y desvergonzado.El obispo es acusado formalmente de ser parte de un plan golpista para desestabilizar al gobierno y la evidencia son las homilías o declaraciones con las que abierta y valientemente se puso del lado de la protección de los derechos humanos. 

El arresto domiciliario, sin iniciar un juicio justo, es un método para silenciar a los demás obispos y a todo el episcopado local. Una técnica para intimidar. El obispo, como ya se mencionó, es una ‘moneda de cambio’

Los recientes encuentros en el Vaticano, los primeros días de esta semana, entre el Cardenal Leopoldo Brenes, Arzobispo de Managua, el Papa Francisco, y con otras autoridades de la Santa Sede, fueron ilustrados a la prensa -también con algunas entrevistas del cardenal- como confirmación de la confianza en el «diálogo con el gobierno». El cardenal declaró el 31 de octubre a Vatican News: » 

Debemos continuar siempre el diálogo. El diálogo comienza pero no sabemos cuándo termina, debemos continuar, promoverlo siempre. El Papa siempre nos da esta indicación: el diálogo no puede finalizar. 

En Nicaragua y fuera del país, muchas personas, asociaciones, instancias regionales así como representantes de la sociedad civil nicaragüense se hacen diversas preguntas sobre este singular “diálogo”. Estas preguntas han sido y son muchas

  • ¿Quien habla con quien?
  • ¿Desde cuándo y sobre qué temas se llevan a cabo estas charlas?
  • ¿Cómo se puede hacer todo esto sin un nuevo Nuncio acreditado tras la expulsión de Mons. ¿Waldemar Stanislaw Sommertag?
  • ¿Qué pide la iglesia?,
  • ¿Qué pide la dictadura?

A estas alturas queda claro que en esta delicada polémica, que se enmarca en la crisis sociopolítica que azota a Nicaragua desde 2018, hay un nuevo chantaje del régimen Ortega-Murillo. Su ‘moneda de cambio’ es Mons. Rolando Álvarez pero también decenas y decenas de sacerdotes y religiosos en el exilio, o en prisión o obligados a la ley “casa en lugar de prisión”.

En todo caso, el cardenal Brenes, de regreso a su país tras su breve visita al Vaticano, reiteró las palabras destinadas a Ortega: “La Iglesia no pertenece a ningún partido ni a una ideología determinada, seguimos haciendo nuestro trabajo que es un trabajo pastoral, acompañar a nuestro pueblo, o la mentalidad de profesar la esperanza”.

MANAGUA, NICARAGUA.

LB/RC/IS.

DOMINGO 6 DE NOVIEMBRE DE 2022.

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