Revisar los historiales en equipos con acceso a internet de los menores, es el primer paso para evitar que se involucren en retos de “valentía” del siniestro “Jonathan Galindo”, personaje del que detrás se presume opera un grupo de desequilibrados, quienes aprovechan la imagen de la máscara de Goofy, de Disney en versión terrorífica, para conseguir su torcido objetivo: que la víctima se suicide.
Sobre el tema, Agencia Católica de Noticias (ACN) entrevistó a dos psicólogos especialistas en conductas del menor, coincidieron en que la pandemia obligó a los menores a permanecer más tiempo en las redes sociales por sus clases en línea, lo que significó que sean presas fáciles para cierto tipo de personas que los abordan con preguntas simples, pero que de forma paulatina se ganan su confianza hasta que los logran enganchar con retos cada vez más dañinos.
“Hay niños que tienen acceso a Facebook, Twitter, Instagram y TikTok; sitios “gancho” para que los atacantes puedan contactarlos, dijo Hecdian Emmanuel López Acuña, psicólogo.
Por su parte, Susana Vázquez Fonseca, psicóloga y docente universitaria, indicó que “actualmente hay nuevas formas en las redes sociales para generar que personas, en especial niños, pierdan la vida.
“No es casualidad, hay que tener presente que en todo el mundo, este año se han vivido situaciones de extrema ansiedad asociado al confinamiento, el cual genera malestar, además temor de perder la vida de manera consciente”,
puntualizó.
Sobre el caso del niño de 11 años que murió al aventarse de su balcón por un reto presuntamente hecho por el protagonista: “Goofy”, señaló que “-probablemente- la situación de vida de ese pequeño era no estar vinculado con sus padres o personas a su cuidado y logró crear nexos con alguien que le empieza a prestar atención y de pronto se convirtió en su verdugo, al darle instrucciones hasta el punto de atemorizarlo y conducirlo a la muerte”.
Añadió que impera una “realidad virtual” entre los niños y adolescentes, quienes no logran distinguir adecuadamente, hasta que se encuentran sumergidos en una fantasía cibernética.
Recomendó a los padres, tutores, tíos, abuelos o cuidadores del menor, a que revisen de forma constante los historiales de su celular, computadora, consolas de juegos y cualquier otro equipo vinculado a internet, y pedirle desbloquear operaciones ocultas, para ver a quién contacta, ya que no le puedo prohibir el uso de la tecnología por el tema académico.
Asimismo, exhortó a la autoridad gubernamental a que se doten de redes de interacción en línea y telefónicas para las personas que están en depresión o con ideación suicida.
Sobre la pregunta: ¿Por qué cada 2 o 3 años, suelen aparecer estos retos? Contestó que “si fuera frecuentemente o de manera permanente, dejaría de tener efecto en la curiosidad de los chicos; por ello, ese grupo de personas con intereses específicos muy ocultos quieren vulnerar a una sociedad y dejan un espacio para no ser blanco fácil de las campañas que los exhiben como peligrosos”.
Por lo anterior, recalcó que la policía local de cada país, debe advertir de forma constante a las nuevas generaciones sobre los peligros de esas mentes siniestras que quieren hacer daño al adulto que se siente tranquilo y seguro, para que pierda lo que más le duele: sus hijos.
En su oportunidad, el Dr. López Acuña, refirió que “Jonathan Galindo, es un perfil que desde 2017 permanece activo y constantemente agrega personajes. Su modo de operar es enviar mensajes obscenos y amenazantes, mismos que se van replicando en varios países, por lo que se sospecha que son varios operadores en esa cuenta.
Sugirió evitar que sobre todo menores se involucren en los famosos “retos” que resultan ser dinámicas completamente absurdas en las que no se mide el riesgo.
“Al momento de realizarlo no pensamos porque que suelen ser muy graciosos al verlos; ello, porque estamos viendo el dolor ajeno”,
comentó.
Dijo que para evitar que el menor sea una víctima de esta red de incitadores al suicidio, “se le debe indagar al niño con qué persona se comunica por las redes sociales, qué le dice y por qué lo agregó a sus contactos, además de exponerle que hay personas que solamente buscan lastimar a otras”.
La oscura historia de los “juegos” en línea
La máscara de “Goofy”, es obra de Samuel Canini, un productor de efectos especiales de cine, creada sólo por diversión en el año 2012. La obra no tenía nada que ver con los retos, pero alguien, probablemente varias personas, se apropiaron de ella en varias versiones y la usan para ocultar su identidad y lanzar los desafíos de muerte.
La primera víctima conocida de “Jonathan Galindo”, sería un niño de 11 años que se tiró desde su balcón en un piso 11, en Nápoles, Italia. Según los periódicos locales, el pequeño salió por la ventana de su casa, trepó por una barandilla y se dejó caer al vacío tras dejar una nota que decía «lo siento mamá, le tengo miedo al hombre de la capucha».
Hace unos años, se popularizó otro “juego demente”: la ‘ballena azul’ que también terminó en varios suicidios. Se trataba de realizar 50 tareas en 50 días, consistiendo la última de ellas en quitarse la vida.
Otro reto de esta naturaleza estuvo presente en varios países: el ‘abecedario del diablo’. Consistía en recitar el abecedario y decir una palabra que empiece por cada una de las letras, mientras otra persona le arañaba el dorso. Para ello se llegaron a utilizar tijeras y cúter en algunas ocasiones, dejando serias marcas en las manos de los niños que alertaron a padres y profesores.
Hace tres años se hizo eco del peligroso juego que incitaba a los niños a desaparecer 48 horas, sin que sus padres sepan dónde se encuentran. Además, “ganaban puntos” por cada mención o mensaje publicado en redes sociales relacionados con su desaparición.
Casi de forma paralela, circuló un nuevo reto: «Momo», el viral de What’sApp que se puso de moda entre los jóvenes. Se trataba de un rostro aterrador de una extraña mujer japonesa que incitaba al suicidio para compartirlo en las redes sociales.