Con el aborto, los legisladores no sólo aprueban el homicidio, sino que exponen a Veracruz al suicidio.

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La pastoral familiar de la Arquidiócesis de Xalapa respalda al Sr. arzobispo, Don Hipólito Reyes Larios y al vocero de nuestra Iglesia particular, Pbro. Lic. José Manuel Suazo Reyes, quienes de manera firme y profética han estado pronunciándose a favor de la vida humana naciente, exponiendo razones científicas, filosóficas y morales para tal propósito. En relación a la lamentable despenalización del aborto en nuestro querido Estado de Veracruz, exponemos lo siguiente:

  1. Sigue siendo muy dolorosa y preocupante la situación que enfrenta nuestro pueblo ante todos los estragos que continúa provocando la pandemia, la inseguridad y la crisis económica. A pesar del sufrimiento que las familias siguen experimentando por los contagios y por la muerte de sus seres queridos, tratan de sacar fuerzas para seguir adelante, pero se encuentran inmediatamente con un panorama hostil y desgastante por el desempleo, la crispación política y la crisis económica que hacen más difícil su recuperación anímica y material.
  2. No se trata de un panorama desolador reciente, que nos haya sorprendido llegando de repente, por lo que resulta verdaderamente inconcebible que las autoridades pasen por alto el estado anímico del pueblo y el grito desgarrador que sume en la desesperación a muchas familias veracruzanas. Frente a un panorama como éste resulta indignante y ofensivo el tono prepotente y triunfalista de nuestros gobernantes que niegan sistemáticamente esta realidad de miseria y de dolor, propiciando la confrontación y el revanchismo político.
  3. Nunca nos imaginamos que frente a este panorama desolador la respuesta de nuestros gobernantes fuera apática e indolente, trabajando más por la imagen, por sus consignas ideológicas y por su propio movimiento, que por la salud, la integridad y la vida de los veracruzanos.
  4. Entre otras cosas, duele, de verdad, que por ejemplo el Congreso del Estado esté a merced de las tendencias ideológicas que acaban de imponer lamentablemente el aborto en nuestro querido Estado de Veracruz, un lugar que ama la vida y que se caracteriza en México y en el mundo por la alegría de su gente. Cuando más clamamos por la vida, por la recuperación de la salud y por mejores condiciones de vida, el discurso que se permite el Congreso del Estado es totalmente contrario, ofensivo e insensible tanto a los valores de nuestro pueblo como a lo que exige en este momento la emergencia humanitaria que estamos viviendo. No es la primera vez que influyentes legisladores de nuestro Estado han querido sorprender al pueblo veracruzano con políticas de muerte que de imponerse dejarán un panorama todavía más delicado de violencia, muerte y descomposición social.
  5. El Congreso del Estado no ha estado a la altura de la gravísima situación que está sufriendo el pueblo veracruzano. Con imposiciones ideológicas y leyes de muerte como ésta, en vez de quitar un peso de encima a un pueblo duramente castigado por la pandemia, pone sobre sus hombros una carga que lo lastima en su ser más profundo, en su esencia, en sus valores y en su propia espiritualidad.
  6. El Estado de Veracruz ha sido desgarrado por la violencia y la crisis económica. A pesar de los anuncios y las promesas triunfalistas que comenzaría un mejor gobierno, las cosas siguen siendo muy complejas y cada vez se agravan más, sobre todo en grandes regiones de Veracruz donde se acentúa la pobreza y el flagelo de la inseguridad. Veracruz en vez de encabezar de manera natural los primeros lugares en las listas de turismo y de recursos naturales, aparece penosamente encabezando las listas de la violencia y la inseguridad.
  7. Pero este panorama no cimbra la conciencia de todos nuestros legisladores -asegurados económicamente y protegidos por el movimiento que los respalda-, que se dan el lujo de discutir y aprobar con nuestras leyes e instituciones mecanismos de muerte contra los más débiles e indefensos de nuestra sociedad. Al panorama de muerte y destrucción responden con más muerte y destrucción, pero en este caso permitido por nuestras propias instituciones.
  8. Ante los evidentes e irrefutables datos científicos que reconocen la maravilla y la belleza de la vida desde el momento de la unión del óvulo y el espermatozoide, los promotores del aborto se cobijan en una ideología que niega las evidencias científicas, desprecia la realidad y fabrica una serie de conceptos a través de la manipulación del lenguaje que busca desdramatizar la realidad del aborto y generar simpatía en la sociedad, a través de posturas que tienen el propósito de mover el sentimiento.
  9. La legalización del aborto daña en su esencia el tejido social mandando un mensaje perjudicial a los niños y a los jóvenes de que se puede instrumentalizar y desechar la vida por cualquier motivo. Nadie más estaría seguro en este mundo, porque si se desconocen y relativizan las evidencias científicas respecto del inicio de la vida, el día de mañana la ideología y el movimiento que respalda estas acciones puede considerar que no son dignos de vivir otras personas por razón de su religión, de su raza, o de su forma de pensar, como sucede con los arrebatos intolerantes que se empiezan a presentar en nuestro país.
  10. Con tantas evidencias científicas está a nuestro alcance comprometernos en el respeto del inicio de la vida. Por eso decía Bertolt Brecht: “El que desconoce la verdad es un ignorante; pero el que la conoce y la desmiente, es un criminal”. Cómo no saber la verdad en este caso cuando los diputados también fueron cigoto, mórula, blastocisto, embrión, feto y niño. No serían diputados si no hubieran sido mórula. Tenemos la esperanza que por lo menos recuerden y valoren su niñez para que no se ensañen de manera desalmada contra los niños en el vientre materno. El diputado, el gobernador y el empresario también fueron cigoto, mórula y blastocisto. Es más, no se puede llegar a ser diputado, gobernador y empresario si antes no se pasa por etapas primerísimas y maravillosas como éstas. En la vida no hay saltos cualitativos. Podemos votar y exigir que se respeten nuestros derechos porque un día fuimos defendidos y protegidos por la generación que reconoció la maravilla de la vida y se sintió bendecida con nuestro nacimiento.
  11. Como bien observaba el Padre Pío de Pietrelcina, el aborto no es solamente un homicidio sino un suicidio, ya que representa un golpe mortal contra la sociedad orillándola a la desesperación y al sin sentido de la vida, hasta llegar a apagar la alegría y el encanto de la vida.
  12. Estamos convencidos, como sostiene Amparo Medina que: “Cada vez que asesinan un niño en un aborto, asesinan la misma imagen de Dios. No importa si era fruto de violación, si tenía alguna malformación, si era hijo de una adolescente o una persona adulta… Cada vez que hacen un aborto o legalizan un aborto, abortamos un regalo de Dios”. En esta lucha nos asiste la razón, pero reina y se impone la sinrazón en el ambiente y en la política, ante leyes como el aborto que se burlan de las evidencias y desprecian el orden de la naturaleza.
  13. En Veracruz con tanta gente alegre, honesta, leal y comprometida con los valores, con tantas generaciones de las que nos sentimos orgullosos porque siempre pensaron en los demás favoreciendo a los más indefensos, tenemos que reconocer tristemente que muchos se han puesto al servicio de la destructiva ideología de género. Como decía el Cardenal Robert Sarah: “Los bárbaros ya no están a las puertas de la ciudad ni al pie de las murallas: ahora ocupan influyentes cargos de gobierno. Hacen las leyes y moldean la opinión, alimentados con frecuencia por un auténtico menosprecio de los pobres y de los débiles”.
  14. Los legisladores de Veracruz que aprobaron el aborto y el movimiento al que pertenecen han aprovechado de manera desleal el estado emocional que vive nuestro pueblo y, de esta forma, ante las restricciones de la pandemia y sabiendo que nuestro pueblo está herido, acaban de imponer el aborto en Veracruz, condenando a nuestro Estado y a las próximas generaciones a la violencia y la descomposición social.
  15. Veracruz ha sido mancillado en su alma por estos legisladores que pasarán a la historia por mancharse las manos con sangre inocente. ¿Cómo podrán ver a la cara a sus padres y a sus hijos? ¿Cómo podrán cargar a los bebés, sabiendo que han sido cómplices y promotores de un mecanismo de maldad? ¿Cómo celebrarán el día de su nacimiento cuando le están negando sistemáticamente el nacimiento a tantos bebés? Qué tristeza que quede la sensación de que ahora tenemos que cuidarnos hasta de nuestras propias autoridades, cuando actúan en la oscuridad y aprovechando que el pueblo se encuentra herido y limitado por la pandemia.
  16. Reflexionaba el papa Francisco: “Es un pequeño pedazo de mafia que todos tenemos a nuestro alcance; el que se aprovecha de la confianza del prójimo para tramar el mal, es un mafioso. ‘Pero yo no pertenezco a…’: esta es la mafia, aprovecharse de la confianza… Y esto es ocultar la luz. Uno se vuelve oscuro porque ¡toda mafia es oscura!”. Y refiriéndose directamente al aborto señalaba: “Pero, ¿cómo puede ser terapéutico, civil o simplemente humano un acto que suprime la vida inocente e indefensa en su nacimiento? Y yo les pregunto ¿Es justo quitar una vida humana para resolver un problema? ¿Qué cosa piensan ustedes? ¿Es justo? ¿Es justo pagar a un sicario para resolver un problema? No se puede, no es justo quitar la vida a un ser humano, incluso pequeño, para resolver un problema. Es como pagar a un sicario para resolver un problema”.
  17. Ante este ataque contra la vida nos nace expresarnos en estos términos: “Doy gracias a Dios por lo que soy y también le agradezco por sus bendiciones cuando fui joven, adolescente, niño, bebé, feto, embrión, blastocisto, mórula y cigoto. Soy consciente que sin el cariño y apoyo de tanta gente en esas etapas primerísimas donde necesitamos de los demás, no hubiera sido posible ser lo que soy”. Los diputados y los gobernantes han sido amados y defendidos. Ahora que con el poder que ostentan les tocaba defender y amar la vida humana naciente han respondido de manera inhumana, al preferir asociarse a Herodes.
  18. Este pueblo que llora a sus muertos, que sufre por los enfermos y que lamenta la corrupción, la pobreza y la violencia en nuestro Estado seguirá de luto, pero porque ama la vida y confía en Dios se pondrá de pie para seguir esta lucha contra los que intentan arrebatarnos la alegría y la esperanza. En esta lucha se ha constatado el desinterés y la apatía de nuestros gobernantes que, ante los reiterados actos vandálicos en contra de las Iglesias como la que sufrió ayer la Catedral Metropolitana, no hacen prevalecer el orden y el estado de derecho ante expresiones que atentan contra la dignidad de las Iglesias y contra el derecho de los fieles a acudir con libertad a los templos. Esta es una expresión más de la inseguridad que reina en Veracruz y de la libertad que gozan algunos grupos que se sitúan al margen de la ley.
  19. Estamos seguros que las familias, los maestros, los médicos y todos los que sirven dignamente a la vida mostrarán su desprecio y su rechazo a esta ley de muerte y harán valer el derecho a la objeción de conciencia para que nunca se presten ni sean obligados a realizar actos que van en contra de su propia conciencia.

Pbro. José Juan Sánchez Jácome
Asesor Pastoral familiar

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