Cae Rusia Unida, el partido del presidente, pero recupera la mayoría constitucional en la Duma. Los comunistas crecen, ayudados por el voto útil de los navalnistas. Oposición: el voto online fue manipulado. En las provincias, se recurrió al fraude mediante el «método Lukashenko». La lista ad hoc putiniana podría crearle problemas al zar.
Al cierre del escrutinio para la renovación de la Duma (cámara baja) quedó confirmada la victoria de Rusia Unida. Con casi el 50% de los votos, el partido putinista se ha asegurado la mayoría necesaria para modificar la Constitución a su antojo. Los comunistas del KPRF lograron un avance significativo, alcanzando casi el 20%. Otros tres partidos lograron pasar la barrera del 5%: los liberal-nacionalistas (LdPR) del eterno Vladimir Zhirinovsky (7,5%), los moderados anticorrupción de Rusia Justa (7,4%) y, con el 5,3%, un nuevo partido, Gente Nueva, creado por la maquinaria de Putin para desviar votos de la oposición. Los liberales de Yabloko desaparecieron de la escena política, ya que no lograron siquiera el 1% de los votos.
Las elecciones parlamentarias rusas nunca habían atraído tanto la atención de los medios de comunicación internacionales como este año. La votación tuvo lugar después de la temporada de protestas de los navalnistas, reprimidas con todos los métodos más o menos «blandos» posibles e imaginables. Las últimas cinco legislaturas de la Duma, incluida la recién formada, pertenecen al «reinado de Putin», y siempre han apoyado el poder absoluto del zar, si bien de diferentes maneras.
Esta vez tampoco faltaron las críticas y protestas, sobre todo por la introducción del voto en línea, cuyos resultados resultan muy contradictorios -lo más probable es que hayan sido «retocados». En particular, causó gran revuelo la suerte de algunos escaños uninominales en Moscú, donde al llegar al 99% del escrutinio, los candidatos independientes cercanos a la oposición -entre ellos Anastasia Bryukhanova y Anastasia Udaltsova- iban en cabeza, pero finalmente perdieron por el recuento online. A través de su vocero, Leonid Volkov, los navalnistas acusaron al comité electoral de falsear los resultados en la capital y otras localidades, privando a la oposición de importantes victorias.
Algunos líderes regionales leales a Putin fueron reelectos con resultados igualmente controvertidos. En Jabárovsk, cuyo ex gobernador Sergei Furgal lleva meses en prisión, se eligió al gobernador interino impuesto por el Kremlin. Mikhail Degtarev ganó con el 56,8% de los votos, lo que generó muchas dudas sobre la regularidad del recuento.
El súper-putiniano presidente de Chechenia, Ramzan Kadyrov, obtuvo el 99,7% de los votos; Vladislav Kovalyg se hizo con el 86,8% en Tuva, la república del ministro de Defensa Sergei Šojgu; los resultados fueron similares en Tver y Tula. Más allá de la relativa popularidad de algunos de estos gobernadores, la impresión es que en las provincias se careció de toda sutileza, utilizando el «método Lukashenko» para imponer porcentajes inflados. Para el Parlamento la situación fue diferente y hubo al menos una apariencia de democracia.
En la nueva Duma, los comunistas, otrora tradicionales y fieles aliados del zar, podrían transformarse en un punto de referencia para la oposición. Parte del consenso recuperado procede del «voto útil» navalnista, que encontró varias personalidades honestas y creíbles en los candidatos del KPRF para oponerse a Rusia Unida. En la votación influyó la crisis económica que se prolonga desde hace años -en parte como consecuencia de las sanciones occidentales, y la catástrofe de la pandemia de Covid-19, que aún está lejos de terminar.
En los últimos años se ha debilitado mucho el sistema previsional estatal heredado de los soviéticos, particularmente el pago de las pensiones. Putin ha intentado remediarlo en los últimos meses, prometiendo una serie de subsidios para las familias y las categorías más débiles, pero han resultado poco creíbles. Es muy evidente el descontento de una parte de la población, especialmente en Siberia Oriental, una región que no es tomada muy en cuenta por Moscú.
Por último, es toda una incógnita el nuevo partido Gente Nueva, liderado por el empresario Aleksej Nečaev y la popular ex alcaldesa de Yakutsk, Sardana Avksentieva (ver foto 2). Desde el principio fue descrito como una «lista ad hoc» inventada por los tecno-politólogos del Kremlin. El problema es que estuvo tan bien pensada que consiguió entrar en la Duma con 13 diputados, que fueron arrebatados a Rusia Unida. Esto no debería ser un problema para la súper mayoría de Putin, pero el programa de Gente Nueva exige leyes menos represivas -un pedido cuya inspiración surgió del propio Kremlin para atraer a los opositores. Ahora, esto podría actuar como un contrapeso al régimen.
La nueva Duma estará en funciones cuando se celebren las elecciones presidenciales de 2024. Tendrá que celebrar el primer mandato de Putin bajo la nueva Constitución (aunque en realidad, es su quinto mandato). Y el cuarto de siglo del zar, que espera no toparse con obstáculos en el Parlamento.
de Vladimir Rozanskij.
MOSCÚ, Rusia.
asianews.