Apenas se había difundido el mensaje de los obispos de la provincia eclesiástica de Chiapas sobre las elecciones denunciado la grave situación y desestabilización que la violencia a provocado en el Estado, una nueva masacre enluta a la diócesis de san Cristóbal de Las Casas al ser asesinadas 11 personas, entre ellos, siete miembros de una familia completa.
El 12 de mayo, el crimen organizado entró a la comunidad de Nueva Morelia donde sus pobladores resistían a los embates de estos grupos que les obligaban a desplazarse y abandonar sus hogares. Alfonso, de 73 años; Teresita de Jesús de 28, Dolores de 56, Rosalinda de 57, Yojari Belén de 18, Ignacio de 52, Isidra de 54, Urbano de 42, Brandi de 15, Joel de 49 y Azael de 3, les fue arrebatada la vida cuando “resistían a dejar sus hogares a pesar de la violencia, amenazas y hostigamiento de los grupos criminales a sumarse a sus filas, a su resistencia a ser libres y a favor de la vida, la paz y la justicia…”
Para los obispos, esos pueblos están puestos como “carne de cañón y barrera humana”. La demencial violencia dejó vacías comunidades enteras infundiendo miedo y terror para apoderarse de la tierra.
“El Estado es cómplice” por la violencia desatada… “Dios escucha nuestros sollozos y nos deja ver su rostro en el rostro de tanto hermanos y hermanas que sufren por la violencia… Dios nos mira, Dios nos escucha, Dios nos anima e impulsa a esperar contra toda esperanza para escribir nuestra propia historia…”
“La Iglesia no debe quedarse callada”, por eso la firme denuncia de los obispos de la diócesis de San Cristóbal apunta diversas acciones y delitos que están diezmando a las comunidades, entre ellos, los asesinatos impunes, los cientos de desaparecidos, la omisión del Estado frente a grupos criminales que ha desestabilizado la vida de los pueblos, el despojo de bienes materiales y naturales de las comunidades, secuestro de comunidades y pueblos, amenazas, hostigamiento, persecución, cobros de derechos de piso y de paso, personas armadas en las comunidades, control de territorios, saqueo y explotación minera, el proceso electoral manipulado por el crimen organizado y el “hostigamiento, amenazas e intimidación por nuestra labor pastoral en la construcción de la paz y la exigencia de justicia ante tanta abominación”.
Frente a la reciente masacre en Nueva Morelia, el mensaje hace responsables a las autoridades de los tres niveles de gobierno y a su inconcebible “falta de acción de las autoridades habiendo presencia del ejército, guardia nacional y policía estatal”.
De esta forma, los obispos exigen justicia para castigar los 11 asesinatos de Nueva Morelia del 12 de mayo, además de otros asesinatos cometidos el 4 y 16 de enero. Para los obispos, es urgente el “restablecimiento del orden social sin poner en riesgo a la sociedad civil en resistencia a estos grupos criminales”, además de hacer un llamado a la sociedad civil a no perder la esperanza y no permitir que la guerra entre grupos criminales lleve a la confrontación, “resistamos juntas y juntos por los caminos de la paz sin violentarnos contra nadie, es posible vivir libres y en paz”.
El mansaje completo puede ser leído AQUÍ.