México se halla en un momento de tensión e intensa preocupación. Es necesario conocer la situación real, en medio de la cual se desarrollarán las elecciones de este 2 de junio; en esta nueva etapa se debe conservar la fisionomía del bien común, no hay que minimizarla, hay que promover su grandeza, su pureza y su belleza, no debemos sobreponer el conformismo, el naturalismo ni el relativismo, pues México merece más, debe ocupar el puesto que le corresponde, el más alto en la escala de la historia tanto en teoría como en práctica.
Es tiempo de actuar con responsabilidad cívica y de ejercer en forma libre y razonada el voto, como un sentido de actuar con responsabilidad. Sumemos voluntades e inteligencias saliendo a votar como gesto de servicio y de paz. Quiero, tan solo, con este escrito, cumplir el deber de reflexionar y descubrir nuestro ánimo, con la intención de que tengamos una mayor cohesión y una mayor responsabilidad cívica, para atender con mayor claridad algunos criterios que pueden guiar la actividad electoral.
Mas ahora, si nos limitamos a esperar el momento para la vida propia de las elecciones, nos podríamos olvidar de los grandes problemas y desafíos que presenta el país. Podemos hacer de él objeto de estudio y de acción en el sucesivo ejercicio electoral, podemos llegar a pensar que es deber del gobierno, pero al ahondar en la consciencia y en la experiencia vivida, el ejercicio electoral se define como una herencia en la tarea que debemos ejercer, hoy, tratándose de elegir el rumbo que sigue el país.
Ante la realidad que nos rodea, los ciudadanos debemos reflexionar, aunque en realidad no hay muchas opciones si seguimos los planes que el creador quiere que se cumplan. Creo, en efecto, que buscar el mayor bien posible es lo esencial. Es característico de la mentalidad del hombre posmoderno su pensamiento por inclinarse fácilmente sobre sí mismo y a la comodidad, al menor esfuerzo posible, llevando así el pensamiento a la mazmorra, adormilado, desfasando la realidad de lo objetivo que requiere el país.
Trato de recordar y repasar las crisis que se han vivido en nuestro país. Debemos detenernos a pensar cómo se estaba antes y cómo se está hoy para responder a esta invitación que considero importante; ante preguntas abiertas, respuestas abiertas, pero no se puede omitir una rápida alusión a la respuesta.
¡México me embarga el deseo de mejorar!, de tender a la perfección en su expresión real; las causas son muchas, las sostiene la llena de gracia. El problema inherente a la realidad estriba en el egoísmo del corazón, en el deseo de control y de poder, olvidándonos del bien común, el cual se da sólo por estrategia política o asistencialismo, así se logra el control.
Es oportuno decir que vivo en el mundo, pero “no soy del mundo”, sin embargo, esto no me exime de la responsabilidad que tengo como ciudadano mexicano de pensar, trabajar y colaborar por un mejor país.
En ese orden de ideas, votar de manera informada, razonada y responsable implica para la ciudadanía analizar e identificar cuáles son las propuestas y de qué forma puedo estar representado en el Congreso, pues este es un ejercicio democrático en el cual cada voto cuenta.