* El obispo recibió la visita de dos de sus hermanos por primera vez desde que fue trasladado a prisión
Una serie de fotografías en las que aparece el obispo de Matagalpa, monseñor Rolando José Álvarez, durante una visita familiar en la cárcel La Modelo fueron publicadas repentinamente la noche de este sábado 25 de marzo. De esta manera, el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo respondió a las demandas de organismos de derechos humanos y la comunidad internacional que pedían una prueba de vida del religioso, a quien nadie había visto desde el 10 de febrero pasado.
Las imágenes muestran al obispo visiblemente delgado, pálido y canoso, mientras comparte con sus hermanos, Vilma y Manuel Álvarez Lagos, en una sala decorada dentro de la prisión.
De igual forma, en un video difundido por el oficialista Canal 4, el líder religioso aparece comiendo con sus hermanos. Luego, al ser consultado sobre cómo se encuentra responde: «Gracias a Dios bien, con mucha fuerza interior, con mucha paz en el Señor y la virgen santísima».
El obispo también fue consultado sobre si ha recibido un trato digno en la prisión, una pregunta a la que asintió y agradeció a las autoridades del Sistema Penitenciario Nacional.
Acto seguido, el entrevistador dice al obispo que le alegra verlo bien y saludable, por lo que el líder religioso responde entre sonrisas «¡Ah! Bueno. ¿Me ves bien? ¿saludable? ¿y la cara como me la ves?».
La defensora de derechos humanos, Bianca Jagger, celebró que «finalmente» el régimen dio una prueba de vida de monseñor Álvarez y permitió a sus familiares que lo visitaran. «Sigamos luchando, nuestros esfuerzos no han sido en vano, luchemos hasta lograr que lo liberen», apuntó.
Para el exaspirante a la Presidencia y expreso político, Félix Maradiaga, ver a monseñor Álvarez «fuerte y con el rostro iluminado de dignidad y valentía» fue motivo de gozo. «Es la prueba de vida que tanto hemos exigido. Está secuestrado, pero su voz es más fuerte que nunca», agregó.
También el Centro de Asistencia Legal Interamericano en Derechos Humanos (Calidh) saludó el hecho de que monseñor Álvarez pudo reunirse con sus familiares. Pero recordó que continúa vigente «el deber del Estado de preservar su integridad, revocar la sentencia injusta, liberarlo en inocencia y reparar integralmente el daño causado», subrayó.
La última vez que se supo de monseñor Álvarez fue el 10 de febrero pasado, cuando la justicia del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo lo condenó a 26 años y cuatro meses de cárcel. Esto ocurrió un día después que el prelado se negó a abordar un avión que lo trasladaría a Estados Unidos junto a otros 222 excarcelados políticos que fueron desterrados.
El régimen ordenó despojar de su nacionalidad al líder religioso —tras declararlo como “traidor a la patria”—, tal como hizo con los excarcelados políticos desterrados este jueves 9 de febrero.
El obispo fue inhabilitado de forma perpetua para ejercer la función pública en nombre o al servicio del Estado de Nicaragua, así como ejercer cargos de elección popular. “Del mismo modo se declara la pérdida de los derechos ciudadanos del condenado, misma que tendrá carácter perpetuo, todo esto por ser autor del delito de menoscabo de la integridad nacional en perjuicio del Estado y la sociedad nicaragüense”, según el fallo.
MANAGUA, NICARAGUA.
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