Se espera, con un mínimo de probabilidad, que la Santa Sede, que negocia con el dictador Daniel Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, desde hace varios años, diga algo en defensa del obispo de Matagalpa y administrador apostolico de Estelí, monseñor. Rolando Álvarez, condenado a más de 26 años de prisión.
El prelado, detenido en agosto pasado, fue llevado hace 48 horas al aeropuerto para ser deportado junto a otros 222 detenidos, disidentes políticos, pero le negaron abordar la aeronave que debía trasladarlo a Estados Unidos. A cambio, desde entonces ‘La Modelo’ permaneció en prisión y en pocas horas fue procesado y condenado como «culpable» de numerosos delitos, entre ellos:”, “ traición a la patria ”, “ difusión de noticias falsas ”. La obligación fue despojado de sus derechos civiles y políticos, incluida su ciudadanía.
Sobre toda esta triste e inédita historia, donde no existen hechos similares en toda la historia reciente de América Latina, sin duda cuando la región estaba bajo el dominio de numerosas dictaduras militares neofascistas, el Papa y más en general la Santa Sede nunca lo ha dicho públicamente. decir una sola palabra.
Inclusive, el secretario para las relaciones con otros estados, el arzobispo Paul Richard Gallagher, visitó -el año pasado- en un día Honduras y Costa Rica, países limítrofes con Nicaragua, sobrevolando el espacio aéreo, sin decir nada sobre lo que del año pasará a la pueblo nicaragüense.
El arzobispo Gallagher entre otras cosas visitó San Juan y Tegucigalpa justo cuando en Nicaragua el matrimonio Ortega sentenciaba a destierro a las monjas de Made Teresa de Calcuta acusada de “terrorismo internacional y tráfico de armas de destrucción masiva”.
Mientras tanto, desde el Vaticano, desde hace un año sólo se justifica el silencio por una misteriosa geopolítica cuyas consecuencias se presentan hoy muchas tumbas.
El Santo Padre y la Sede Apostólica conocen muy bien la historia de la relación de Daniel Ortega con la Iglesia católica local durante décadas. Actualmente un obispo está en prisión y otro exiliado en Miami, monseñor. Silvio Báez. Este prelado se trasladó contra su voluntad al Vaticano -por expreso deseo del Papa Francisco– para complacer a Ortega, quien consideraba en Báez un «contravolucionario», pero en Roma se vio obligado a averiguar dónde sería útil a la Iglesia y tuvo que emigrar a los E.U. No existirá la famosa «misión especial» para el que tenía al lado sacado del país en contra suya.
En el pasado, siempre con Ortega en el gobierno, secuestraron a un obispo, Pablo Vega, y el sacaron de Nicaragua en el exilio durante los años. Concretamente -sólo para entender quién es Ortega- el 3 de julio de 1986 Mons.Pablo Vega, obispo de Juigalpa, acusado reiteradamente por la prensa oficial de apoyar a los grupos antisandinistas denominados «Contra», fue invitado a una reunión donde, luego de una especie de juicio, hicieron subir a un helicóptero militar y lo abandonaron a la otro lado del frente. , en hondureño.
Por otro lado, hoy hay decenas de sacerdotes obligados a emprender el camino del exilio “voluntario” para evitar la cárcel.
Otros están en la cárcel mientras que menos de cinco sacerdotes han sido condenados a varios años de prisión, y como siempre, víctimas de delitos inventados en la mesa por los «jueces» orteguistas.
La persecución religiosa contra los católicos en Nicaragua implica también intimidación, desagravio y control administrativo (celebraciones de misa, procesiones, actos de catequesis…).
El año pasado, Ortega lanzó una campaña de insultos contra el Papa, contra la Santa Sede y en general contra los católicos, no solo los nicaragüenses. De nuevo, Ortega definió a los obispos del país como «nerviosos».
Cabe recordar también que el pasado mes de Marzo el Nuncio del Papa, monseñor. Waldemar Stanislaw Sommertag, un polaco, fue expulsado del país en cuestión de horas sin siquiera dar una explicación.En su nota, el Vaticano declaró: “Parece incomprensible este pensamiento porque en el curso de su misión SE Monseñor Sommertag trabajó con profunda entrega al bien de la Iglesia y del pueblo nicaragüense, especialmente de las personas más vulnerables, buscando siempre fomentar bien entre la Sede Apostólica y las autoridades de Nicaragua. En particular, puede mencionar su participación como testigo y acompañante de la Mesa de Diálogo Nacional entre el Gobierno y la Oposición Política, con miras a la reconciliación del país y la liberación de las presiones políticas. “
La Conferencia Episcopal de Nicaragua no participó en este mes. La presencia del Vaticano fue fruto de la relación directa entre Ortega y la Santa Sede.
Nicaragua, al igual que Venezuela, son situaciones en las que la diplomacia vaticana se ha quebrado en muchos pasajes también porque se ha obstinado en confirmar el delicado dinamismo de estas relaciones a la diplomacia de las «buenas relaciones personales». Esta visión puede tener éxito una o dos veces, pero no puede considerarse un método infalible que subestime los riesgos, como Ortega viene demostrándolo desde hace décadas, desde la época de la visita del s. Juan Pablo II (1996).
Ahora bien, el momento posterior a la sentencia del Arzobispo Álvarez también es relevante porque de esta forma se puede empezar a entender la relación del Papa Francisco con las iglesias de América Latina, las iglesias particulares, y no solo con la megaburocracia del CELAM (Conferencia Episcopal Latinoamericano).
El pontificado de Francisco, diez años después de su elección, en el archivo de las iglesias particulares de América Latina, guarda un capítulo abierto sobre el que no se habla públicamente. En su interior hay mucha perplejidad y muchos interrogantes, sobre todo en quien se negó a nombrar obligaciones en la última década.
Por LUIS BADILLA.
CIUDAD DEL VATICANO.
SÁBADO 11 DE FEBRERO DE 2023.