En nuestra cultura, el miedo está catalogado como algo negativo que nos limita a alcanzar nuestros objetivos y desarrollar nuestro máximo potencial, sin embargo, para la ciencia el miedo es una respuesta de nuestro cerebro para protegernos de situaciones que podrían ponernos en peligro. Esta dinámica inconsciente de nuestro cerebro ha sido el resultado de miles de años de evolución en donde nuestro instinto de supervivencia se desarrolló a causa de depredadores, accidentes o enfermedades. Es así como cuando vemos una rata, nos asustamos porque inconscientemente sabemos el potencial daño de una mordida de un roedor.
De la misma forma en que nuestro cerebro nos protege de los peligros del medio ambiente, también lo hace con aquellas situaciones que nos causan des-confort, o como se dice popularmente, aquellas situaciones que nos hacen salir de nuestra zona de comodidad. Es así como un cerebro sano intentará prevenirnos de hacer cosas arriesgadas.
No obstante, tomar riesgos es algo necesario en la vida de todo individuo y es por ello que algunas personas, con algunos atributos físicos o emocionales específicos, son más aptos para hacer cosas que implican un porcentaje de peligro.
Lo mismo que ocurre con los soldados en la guerra que necesitan poner en riesgo sus vidas a causa de un fin mayor, en ocasiones nosotros tenemos que forzarnos a afrontar nuestras falencias para alcanzar aquello que queremos en la vida. Pero, ¿qué pasa cuando no sabemos qué queremos?
Ir hacia adelante contra la adversidad y los obstáculos sin tener una recompensa clara con la cual motivar a nuestro cerebro, es como querer levantarnos a las 4 am sin tener nada que hacer. Probablemente nos quedemos dormidos.
Por esta razón, tener claro cuál es nuestro norte o proyecto de vida, es fundamental para aceptar los desafíos de la vida y superar los obstáculos que se nos presentan.
¿Cómo encontrar nuestra estrella guía?
Partamos de nuestros talentos. Si bien es importante identificar nuestros miedos, detectar en qué somos buenos es la base para saber hacia donde debemos ir. Y es en la identificación de estos talentos, a través de un proceso de oración, prueba y error, que vamos a meternos poco a poco en el camino que nos lleva hacia lo que fuimos creados.
Lamentablemente el miedo es una de las principales causas por las cuales no probamos cosas y por ende no identificamos nuestros talentos, y así en un círculo vicioso tampoco encontramos nuestro proyecto de vida. Por eso, frente al miedo, no tenemos otro camino que confiar en Jesús.
Si bien es más fácil decirlo que hacerlo, confiar en Cristo es el camino para luchar contra lo impensado y superar lo insuperable. Por eso es tan sabia la frase de Mateo 6 que nos invita a buscar el reino de Dios, ya que así todo se dará por añadidura. Por eso hoy, si quieres encontrar aquellos talentos que te guíen a encontrar tu vocación, te invito a que inicies el Diplomado en Sanación Interior, donde podrás encontrar las heridas emocionales que te están limitando y entregárselas a Cristo para que con su poder puedas seguir tu camino.
Envíame tu mensaje ya mismo a mi WhatsApp al +571 580 6849 e inicia ese proceso que te va a llevar a donde en realidad quieres ir. No lo pienses más, tu vida es una sola y es mejor vivirla plenamente que sentado en el sofá.