Puebla. En amalucan, iglesia se adueña de andador y área común de infonavit para ampliar sus instalaciones

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Sin permiso de las autoridades, la administración de la iglesia Jesús Obrero del Infonavit Amalucan, ubicado al norte de la ciudad de Puebla, despojó a los vecinos del espacio del andador Ciruelo, para ampliar sus instalaciones.

Esta situación ha generado una serie de inconformidades entre los colonos, entre ellos católicos, quienes ya pidieron la intervención del ayuntamiento de Puebla para evitar un conflicto mayor.

La Jornada de Oriente realizó un recorrido por la zona para constatar que la iglesia construyó una zapata de cemento y cercó con malla metálica aproximadamente 200 metros cuadrados que era el andador principal del Infonavit que comunica con la parada del transporte público y la caseta de vigilancia.

Los colonos informaron que la cerca dejó incomunicado a cuatro edificios del Infonavit Amalucan, cada uno con 16 departamentos.

Se trata de al menos 64 familias que dejarán de transitar por esta zona, además de una docena de casas dúplex que también se verán afectadas.

Los entrevistados destacaron que la ampliación de la iglesia no sólo genera un “cuello de botella” para pasar de una calle a otra, sino pone en riesgo a los ciudadanos por no permitir la sana distancia.

En la visita al lugar, se observó que el andador que originalmente era de seis metros de ancho se redujo a uno, a pesar que hace un par de semanas dos hombres fueron “picados” a cuchillazos en esta misma zona para poderles robar.

Las declarantes, quienes evitaron dar su nombre bajo el argumento que “nadie quiere tener un problema con la iglesia”, comentaron que el padre Fernando, a cargo del templo de Jesús Obrero, asegura que el espacio cercado es parte del atrio.

Al respecto, desmintieron tal señalamiento debido a que el área de la que fueron despojados se encuentra a espaldas de la iglesia y pertenece a las áreas comunes del conjunto habitacional.

“Antes lo agarraban como estacionamiento, luego para hacer reuniones de la iglesia, y así poco a poco se fueron apropiando del andador hasta que lo cerraron”,

explicó una de las vecinas.

Otra persona expuso que el andador Ciruelo los comunicaba de manera directa con la caseta de seguridad pública municipal.

A propósito, denunciaron que la caseta generalmente se encuentra cerrada y sin policías, lo que ha permitido que de manera continua haya asalto a transeúntes y robo a casas-habitación.

“Esta zona de Amalucan se ha convertido en un nido de teporochitos y delincuentes, quienes se vienen a refugiar a un costado de la iglesia, sin que nadie diga algo”,

señalaron.

A esto sumaron, que los vecinos que se trasladan por trabajo al centro de la ciudad regresan a sus domicilios alrededor de las 10 de la noche, poniéndolos en peligro si pasan por el estrecho pasadizo que dejó el templo.

Aunado a ello, denunciaron que tampoco funcionaron las cámaras de videovigilancia que se colocaron en este punto de la capital, a través del programa “Ventanas Ciudadanas”.

Finalmente, los colonos dijeron que la iglesia tomó como pretexto ampliar sus instalaciones por el tema de la pandemia, pero reclamaron que esto no significa que tengan que adueñarse de las áreas comunes.

Por lo que exhortaron al gobierno de Claudia Rivera Vivanco a tomar cartas en el asunto, de lo contrario advirtieron que ya se organizan para protestar o cerrar calles si es necesario para garantizar su libre tránsito.

Con información de La Jornada de Oriente/Yadira Llaven Anzures

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