En medio del escándalo que golpea a la Iglesia porteña, luego de que una auditoría del Vaticano detectara irregularidades en la venta y alquiler de inmuebles, el cardenal Mario Poli se defendió a través de una carta dirigida a «sacerdotes, consagrados y laicos».
«Es mi más vivo deseo desagraviar tal infamia, montada sobre denuncias subjetivas y calumniosas, muy lejos del espíritu evangélico que debiera reinar entre los cristianos», señaló el arzobispo porteño, quien afirmó sentir «dolor» por la divulgación de la «carta privada» enviada por la Congregación del Clero y dirigida a su persona.
Según su consideración, la difusión de esa carta a través de los medios «sembró la sospecha sobre la buena fama de miembros del presbiterio y del episcopado».
Y agregó, en defensa de quienes fueron mencionados como investigados por las transacciones que quedaron en la mira del Vaticano: «Dirijo estas palabras con el convencimiento de que se trata de personas íntegras, entregadas cada una de ellas a su tarea pastoral en el lugar donde la Iglesia los destinó a servir, y me consta que, en la sobreabundancia de su generosidad, han prestado no pocos servicios a esta Curia metropolitana desde hace muchos años», añadió Poli.
«Ellos cuentan con mi total confianza, como todos los buenos pastores que en el anonimato de sus responsabilidades, se gastan y desgastan por llevar el Evangelio y celebrar los sacramentos, y así hacer presente la Iglesia de Jesús entre los porteños», concluyó.
La noticia generó un fuerte impactó en la Iglesia a principio de mayo. Tal como contó Clarín, el Vaticano detectó una serie de transacciones económicas irregulares que involucran la venta de inmuebles y alquileres aprecios muy menores a los de mercado en el arzobispado de Buenos Aires.
Esa maniobra habría beneficiado a supuestos “asesores financieros” de la curia porteña y fue detectada tras una auditoria que ordenó el Papa Francisco y fue efectuada por dos enviados de la Santa Sede .
En un primer informe de la auditoria efectuada en octubre pasado a Poli, al que tuvo acceso Clarín, el Vaticano le advierte que no se cumplieron las normas eclesiásticas establecidas sobre transacciones de bienes de la Iglesiay lo exhorta a limitarse a realizar las transacciones “estrictamente necesarias”, dado que el 29 de noviembre cumplirá 75 años, edad en la que los obispos deben elevar su renuncia al Papa.
El informe no menciona operaciones concretas, pero sí advierte por la falta de conformación del Colegio de Consultores y del Consejo de Asuntos Económicos de la arquidiócesis, integrado por sacerdotes y laicos, que deben supervisar las transacciones, y recuerda que cuando el monto supera los u$s 300.000 debe consultarse a la Santa Sede.
Además, le pide al cardenal Poli la exclusión de “encargos y responsabilidades, incluso informales, en la gestión administrativa” del padre Martín Bracht, párroco de una iglesia de Palermo. “Se ha podido constatar una dudosa transparencia en sus acciones, una búsqueda desmedida de protagonismo, incluso en detrimento de sus hermanos sacerdotes», dice el informe.
Bracht es uno de los nombrados por Poli en su carta de desagravio, junto a Julio Horacio Miranda, Rodrigo Valdez, Javier Alejandro Klajner y Enrique Eguía Seguí.
El Vaticano además le pidió a Poli intentar “en la medida de lo posible, no enajenar más activos pertenecientes a la arquidiócesis o a las parroquias, lo que al parecer ha ocurrido con frecuencia en los últimos tiempos”.
La respuesta del Arzobispado
El Arzobispado de Buenos Aires, en un comunicado, señaló que “la administración arquidiocesana puso a disposición toda la documentación contable” y que, al concluir la inspección “exhortaron a mejorar los procesos en la toma de decisiones en lo referente a la administración de los recursos económicos al servicio de la evangelización”.
«Son muchas las obras solidarias que se realizan, en particular en este último tiempo a causa de la pandemia, que requieren de recursos para sostenerlas en el tiempo. Por tal motivo, desde hace años, la Arquidiócesis de Buenos Aires recorre un camino para una mejor administración y uso de los bienes, puestos al servicio de la obra evangelizadora y caritativa de la Iglesia», indicaron.
A su vez, negaron que el viaje que realizó días atrás Poli a Roma se debió a la auditoria, sino “a causa de las diferentes reuniones y encuentros por su condición de cardenal, que fueron pospuestos a causa de la pandemia, incluso una audiencia con el Papa”.
BUENOS AIRES, Argentina.
CLARIN.
El cardenal Poli sale en defensa de los sacerdotes que han sido difamados en los medios y desde la propia Iglesia
El cardenal Mario Aurelio Poli, envió una carta a sacerdotes, consagrados y laicos porteños con el objetivo de desagraviar a miembros del presbiterio y del episcopado de Buenos Aires cuya buena fama ha sido puesta bajo sospecha a raíz de recientes publicaciones periodísticas en medios nacionales que se basan en «denuncias subjetivas y calumniosas» desde dentro de la propia Iglesia.
El cardenal recuerda que se dio a conocer una carta privada dirigida a él por parte de la Congregación para el Clero, tras lo cual se sembró la sospecha sobre sacerdotes de su confianza.
«Por eso, es mi más vivo deseo desagraviar tal infamia, montada sobre denuncias subjetivas y calumniosas, muy lejos del espíritu evangélico que debiera reinar entre los cristianos», explica en la misiva.
«Dirijo estas palabras con el convencimiento de que se trata de personas íntegras, entregadas cada una de ellas a su tarea pastoral en el lugar donde la Iglesia los destinó a servir, y me consta que, en la sobreabundancia de su generosidad, han prestado no pocos servicios a esta Curia metropolitana desde hace muchos años», sostiene.
El purpurado asevera que «ellos cuentan con mi total confianza, como todos los buenos pastores que en el anonimato de sus responsabilidades, se gastan y desgastan por llevar el Evangelio y celebrar los sacramentos, y así hacer presente la Iglesia de Jesús entre los porteños».
Carta del cardenal Mario Aurelio Poli, arzobispo de Buenos Aires
Aica/InfoCatólica