* La excusa que dieron algunos obispos y líderes de opinión católicos de E.U. para apoyar al abortista y pro-LGTBI Joe Biden en las elecciones presidenciales del año pasado, fue que el demócrata iba a cambiar la «malvada» política migratoria de Donald Trump.
* Sin embargo, Biden ha puesto todo su poder al servicio del aborto y se ha olvidado, por el momento, de los inmigrantes.
Termina otro año sin una reforma migratoria significativa, y Mons. Mario E. Dorsonville, obispo auxiliar de Washington y Presidente de la Comisión de Migración de la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos (USCCB) asegura:
«En el año que viene, seguiremos rezando y trabajando por una solución que proporcione un alivio inmediato a los miembros indocumentados de nuestra sociedad. Mantenemos nuestro antiguo llamamiento para que el Congreso trabaje de forma bipartidista para promover la plena integración de los indocumentados y crear un sistema de inmigración más sostenible y coherente con el bien común».
En su declaración, enviada a la Agencia Fides, el obispo recuerda:
«Hace tiempo que instamos al Congreso y al Presidente a que trabajen juntos para promulgar una legislación que proporcione protecciones permanentes -incluyendo un camino hacia la ciudadanía- a nuestros hermanos y hermanas indocumentados. El pueblo estadounidense apoya firmemente la actuación del Congreso en materia de inmigración. Mientras tanto, la incapacidad de los líderes políticos para unirse y llegar a un consenso sobre una legislación de inmigración positiva y con visión de futuro tiene graves consecuencias para la vida y el bienestar de este país».
Monseñor Dorsonville subraya que «aunque el camino que queda por recorrer es incierto, la realidad actual sigue siendo clara: el statu quo no puede mantenerse. Casi la mitad de los 11 millones de indocumentados que viven hoy en Estados Unidos han vivido aquí durante al menos 15 años. Muchos otros reciben protección temporal pero no tienen acceso a soluciones permanentes. Son madres, padres, hijos e hijas. Son trabajadores esenciales, propietarios de viviendas y empresarios. Por encima de todo, son personas creadas igualmente a imagen de Dios». La declaración concluye con una exhortación a «avanzar con renovada esperanza», invocando a Nuestra Señora de Guadalupe, madre de todos, para «inspirar la devoción universal a esta causa fraterna».
Fides/InfoCatólica.