Alberto de Pinto Benito se declara «médico de vocación y tradición, aunque más la primera». Lleva décadas en silla de ruedas y es un gran especialista en lesiones medulares. Entiende lo que es estar a ambos lados de la mesa del dispensario.
Pero no sólo sabe de medicina: también sabe mucho de pelearse con administraciones ineficaces, lentas o perezosas. En 1979 fundó la Asociación de Personas con Lesión Medular, que ha presidido muchos años y ha logrado avances y mejoras legales y sociales para las personas con discapacidad. Hoy la entidad que fundó es Aspaym, una plataforma con 18 asociaciones, 2 fundaciones y más de 7.000 asociados, que lucha por los derechos de unas 40.000 personas con lesiones medulares en España.
Ley de eutanasia: peligrosa para los discapacitados
El doctor Alberto de Pinto está convencido de la nueva ley de eutanasia española no sólo es inmoral sino que es dañina, un peligro para muchos discapacitados y una cortina de humo que distrae de la verdadera necesidad de invertir en cuidados frente a la discapacidad.
«Esta ley la aprobaron con nocturnidad y alevosía y sin ninguna necesidad», denunciaba este veterano defensor de los derechos de los discapacitados, entrevistado en El Comercio este verano.
Sin pelos en la lengua, y después de una vida peleándose con las administraciones por recursos para los discapacitados, lo dice todo muy claro.
«Los progresistas están a favor de matar a una persona que tiene una enfermedad incurable. A eso lo llaman progresía y somos unos carcas los que no estamos a favor de esa ley. Es mucho más fácil matar a una persona que mantenerla con una pensión. De esta manera, se quitan el problema de las pensiones de un plumazo», proclama, con la libertad de quien sabe de qué habla.
Además de para ahorrar en pensiones, sospecha que la ley se hizo también como una cortina de humo para distraer de otros temas como «el tarifazo que acaban de hacer o para que no se hable de la matria, de niño, niña y niñe y de otras tantas chorradas en las que están ahora imbuidos los políticos».
«La eutanasia no es debatible, no es ninguna necesidad, no favorece a la sociedad. En Asturias, por ejemplo, vive mucha gente que pasó por el Hospital Nacional de Parapléjicos y son personas con una vida digna y que se sienten incómodos -y solamente digo incómodos, pero realmente están muy enfadados- con que la Ley de la Eutanasia se haya aprobado sin haber contado con nadie», añade.
El veterano médico y activista denuncia que la ley se ha hecho sin consultar a nadie: ni a científicos, ni a asociaciones, ni a directores de hospital o gerentes… «Podían haber consultado a miles de personas. Aquí no se consultó con nadie, se sacó una ley de la noche a la mañana porque era bueno sacarla para que no se hablara de otros temas», insiste. Y proclama, rotundo: «La Ley de Eutanasia es absurda».
¿Qué debería haber en vez de una ley de eutanasia?
«Debería haber en su lugar incentivos económicos para que la Ley de Dependencia se cumpla mucho mejor de lo que se cumple. Fue aprobada hace mucho tiempo sin presupuesto alguno y una ley que nace sin presupuesto es una ley dispuesta a morirse», denuncia.
Habla de la ley aprobada por Rodríguez Zapatero en 2006 cuya dotación y aplicación real, en la práctica, ha sido motivo de críticas infinitas.
Cuando despiertas con una lesión y pides morir
La falta de ayuda al discapacitado es especialmente angustiosa en los primeros momentos tras una lesión grave… que ahora, pudiendo pedir la eutanasia, pueden ser los últimos.
«En momentos durísimos, cuando te despiertas en un hospital y tu vida ha cambiado y no sabes qué va a ser de ti , se te crea una situación de miedo y de angustia, que cualquiera podría desear que la muerte le viniera. Pero esa situación es pasajera porque a los pocos meses, con tratamiento médico y psicológico, no tienes ya ninguna gana de morirte. Quieres vivir. Para que eso ocurra, tiene que existir la voluntad política de que se creen estructuras accesibles, pero eso cuesta dinero y esfuerzo», denuncia.
La ley vincula el matarse con el sufrir y la discapacidad
Aspaym, presente en 11 de las 17 comunidades autónomas, tiene ahora como presidenta a Mayte Gallego Ergueta. La asociación como tal no tiene una postura oficial sobre la ley de eutanasia, pero en una entrevista en Semanal.Cermi.es, publicación especializada en discapacidad, Mayte Gallego protestaba por relacionar la discapacidad con la petición para morirse.
«No podemos consentir que se relacione una lesión medular o una enfermedad que provoque una gran discapacidad con sufrimiento mental, infelicidad, o con el deseo de morir. Por ello, esta ley debe ser cambiada, porque habla de padecimiento grave, crónico e imposibilitante, entre otras situaciones; porque vincula que las personas con elevadas necesidades de apoyo tienen sufrimiento y quieren morirse. Y no estoy de acuerdo con ello», denunciaba.
«Estoy rodeada de mucha gente querida que, por circunstancias de la vida, tienen una lesión medular o daño cerebral y que, por supuesto, llevan una vida tan plena como la mía: estudian, trabajan, son paralímpicos, etc., y tienen satisfechas sus necesidades como personas ciudadanas que son. Hay que trabajar en apoyar, potenciar y dar autonomía personal a cada persona que lo requiera y en las necesidades que precise y, luego, que cada persona sea libre de hacer lo que quiera con su vida», reclamaba.
Entre potenciar la ley de eutanasia, para que mucha gente la conozca y la use (la ley insiste en que debe ser muy difundida y conocida, por no decir predicada con fervor) y potenciar las ayudas y servicios frente a la discapacidad, al Estado y las administraciones lo que le sale a cuenta es, evidentemente, lo primero. ¿Cabe dudar qué van a potenciar de verdad?
P.J.G./ReL.
10 septiembre 2021.