Saberes y sabores: la diversidad de la riqueza.

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La riqueza es un bien, pero nunca es presentada como el mejor. No sé tú qué
prefieres, la paz o la salud. Existen cosas que no se compran: la extensión de la
muerte y el amor.


Ante la riqueza hay que preferir siempre la sabiduría, pues esta es la fuente de la
primera; ese es el verdadero tesoro, la perla preciosa que merece todo cuidado. Creo que la riqueza es un bien importante, pero relativo, quien la posee exige ser
generoso; y si va acompañada de larga vida y de salud, forma parte de la paz que
provoca satisfacción y saciedad. Sin embargo, la riqueza jamás provoca saciedad si
no compartes con alegría.


Es menester hablarte de dos tipos de riqueza: la riqueza heredada y la riqueza
obtenida. La riqueza heredada por los padres es una bendición, la riqueza obtenida,
la cual se ha logrado por fortuna propia, está vinculada por dos sentidos, es útil y es
una creación propia, por medio del trabajo y la sabiduría.


El mayor bien del ser humano no consiste en atender las cosas que le pertenecen,
si no en dar atención a lo que él es y lo que son los demás. La riqueza trae honor,
pero ser sabio es una virtud interior, la riqueza es externa. Para otros, la riqueza
puede ser el trabajo, generadora de capital, que crea élites sociales y pone barreras
en las relaciones humanas.


Existen diferentes tipos de riquezas, las hay financieras, sociales, intelectuales,
humanas, entre otras. De esta última quiero seguir hablando, ¿cuál es la riqueza
humana? Creo que la riqueza humana consiste en que se posee un alma espiritual
y, por ende, entendimiento y voluntad. Por lo tanto, se obtiene la dignidad como
riqueza, por el hecho de ser un hombre. De ahí, el hombre está dividido en su
interior para hacer el bien u optar por el mal; vive en lucha entre la luz y la
oscuridad.


La libertad es otra riqueza que el ser humano posee al poder tomar sus propias
acciones, consciente y libre, pues los actos humanos hacen de cada uno un ser
valioso. Por consiguiente, no se puede justificar un acto malo. Hay que asumir las consecuencias de ellos, así como las emociones y sentimientos deben ser asumidos
mediante las virtudes. Esta riqueza se va obteniendo a lo largo de la vida.


Es necesario asumir los actos con responsabilidad, decidir en conciencia cuál es la
mayor riqueza que poseo, la heredada, la obtenida por medio de la sabiduría, o la
riqueza de mis virtudes.

Por RUAN ÁNGEL BADILLO LAGOS.

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