Políticas de identidad y el caso Canadá. ¿Quiénes son los verdaderos genocidas?

Gladium
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La iglesia católica esta bajo ataque en Canadá. Hemos visto estos días como templos católicos han sido atacados por la masa enfurecida por un supuesto crimen cometido por la Iglesia. El crimen que se le adjudica a la Iglesia es el estar a cargo de unas escuelas que el gobierno canadiense creo para que los niños indígenas se adentren a la cultura canadiense adjudicándoles un genocidio cultural. Esta iniciativa comenzó en el siglo XIX y termino a finales del siglo XX (1996). La intención de las escuelas para esos tiempos se hacía con las mejores intenciones, incluso varios indígenas que egresaron de esas escuelas han dicho que se sienten dichosos de haber estado en ellas, dicha realidad se puede reafirmar con las gracias que grupos indígenas dieron a Juan Pablo II en el año de 1984 por la labor de la Iglesia para con sus comunidades. No vamos a negar que haya habido abusos en dichas escuelas, puede que los haya habido, como cualquier doloroso incidente que puede ocurrir en cualquier kínder, escuela, etc, pues no es exclusivo de las instituciones resguardadas por la Iglesia católica (como los medios han querido hacernos creer).

Sin embargo, quiero hacer un pequeño análisis hermenéutico al discurso que dan en los medios con este hecho. El discurso que los medios de comunicación que quiere hacernos creer es que se realizó un exterminio cultural a los indígenas (se ha llegado a referir a las escuelas como “campos de exterminio”), el cual se llevaría a cabo sustituyendo poco a poco las costumbres indígenas por la forma de vida occidental. En sí, el discurso es el famoso des-colonización y las políticas de identidad.

Dicho discurso se puede resumir en lo siguiente:” Todo lo que viene de Europa y del mundo cristiano, su técnica e instituciones son opresoras. Debemos de construir la historia y señalar los abusos que el mundo Occidental ha tenido sobre los pueblos originarios.” Ciertamente ha habido abusos, como en todo espacio donde haya seres humanos, pero este supuesto problema realmente esta artificialmente elaborado. En una plática que miembros de Gladium tuvieron con los investigadores Dalmacio Negro, Juan Carlos Moreno Romo y José María Bandiera se tocó el tema sobre cómo abordar la historia de forma académica y la conclusión fue que la historia no puede tocarse de manera totalmente científica, sino que habría que hacerla cultura. Es decir, la historia antes de ser un objeto cuantificable es una realidad con la cual nosotros mismos podemos percibirnos. La historia en cierta manera es una creación nuestra, con la cual construimos nuestro suelo de identidad como pueblo. ¿Y qué tiene que ver esto con el caso de Canadá? En que hemos dejado que la historia lo hagan los ideólogos de políticas identitarias que leen la historia como una lucha entre el Bien y el Mal, es decir, entre excluidos y dominadores. El dominador, al cual ha ocasionado las desgracias de todos los pueblos originales, es la civilización cristiana, blanca, heterosexual, etc, la cual hay que exterminar a toda costa y no dejar rastro de sus instituciones. Por ende, bajo esta lectura de la historia que se ha vuelto la guía para la interpretación de los hechos, la masa enfurecida puede justificar el derribar estatuas de Colón o quemar Iglesias.

Las escuelas y universidades actuales, mediante las ideologías de género y de identidad, son las principales promotoras de una visión victimista de la historia y están haciendo exactamente lo mismo de lo que se quejan: Un verdadero genocidio cultural mediante una lectura de la historia victimista. Las escuelas y universidades actuales han destruido las formas culturales vernáculas asociadas al cristianismo: la familia, la solidaridad no institucionalizada, los roles de género, las iglesias, etc tan genocidio cultural es hacer que los indígenas pierdan sus lenguas, los cuales fueron preservadas por los mismos misioneros, como hacer que la gente hable lenguaje incluyente, destruyendo la lengua que naturalmente surgió entre las comunidades humanas. Tan genocidio cultural es arrebatarles a los indígenas sus culturas como introyectar en las mujeres el terror a la maternidad, cosa que hacen ahora los estados mediante las escuelas, pues se le ha hecho creer a la mujer que mediante el aborto se libera de dicha tiranía, como también que un embarazo le impide realizarse en el mundo laboral, lo cual es prácticamente venderle el alma de la mujer al patrón para explotarla. Todo este genocidio cultural que estamos viviendo tiene detrás un conjunto de mitos artificiales que se pueden llamar mitos políticos.

Decía Carl Schmitt que quien dice humanidad quiere engañar. ¿Qué pasaría si a esto lo trasladamos a estos colectivos que se la pasan gritando mujer, animales, planeta, indígenas, etc.? Quien dice indígenas, en un sentido universal, parece que también quiere engañarnos para justificar sus estupideces, así también los que gritan en defensa del planeta, de los animales, de las mujeres, etc. Este genocidio cultural que estamos viviendo se realiza porque se pretende la defensa de un indígena artificial, de una mujer artificial, etc. De una idea de algún ente idealizado que esta alejado de la realidad.

Y esto solo se detendrá si comenzamos a ver la historia con otros lentes. Estos lentes deben tener una mirada profunda de nuestra naturaleza humana y pecadora, no victimista.

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