Hay obispos que les cantan las cuarenta a los presidentes de la República y que tendrían algo que enseñar también en Italia. Sucede en Argentina, donde el presidente Alberto Fernández ha presentado en el Parlamento el proyecto de liberalización total del aborto. Fue la promesa electoral con la que el peronista llegó a la Casa Rosada, pero la pandemia frenó la tramitación, que se había quedado estancada en 2018 tras una clamorosa votación en el Senado. A pesar de que la pandemia sigue en Argentina, Fernández ha decidido que ha llegado el momento de actuar y ha soltado amarras.
Sin embargo, en su camino se ha topado con un obispo que no ha permanecido callado. El obispo en cuestión es monseñor Alberto Bochatey, presidente de la Comisión Episcopal de la Patronal de la Salud y obispo auxiliar de La Plata. Al hablar sobre Fernández, monseñor Bochatey no ha sido en absoluto políticamente correcto: “Es evidente que el presidente Fernández está muy comprometido con los grupos y los lobbies abortistas”. Bochatey ha dicho estas palabras a los micrófonos de la emisora católica Radio Grote, durante la transmisión “En Clave Grote” de Tito Garabal.
Bochatey ha declarado que “es verdaderamente terrible que el presidente quiera implementar esta promesa que hizo en campaña electoral cuando el resto de las promesas no las ha mantenido, visto, por ejemplo, el aumento del paro debido a los despidos. Lo cual me lleva a creer que está utilizando el tema del aborto como un escudo; es realmente miserable”. El obispo auxiliar de La Plata recordó que desde diciembre del año pasado, «prácticamente el 95% de las instituciones nacionales se adhieren al protocolo del aborto. ¿Por qué, entonces, insistir con una ley dado que ya se están realizando abortos?”. De hecho, solo en la ciudad de Buenos Aires se registraron el año pasado más de 8.000 abortos, y este año la cifra ya está en 4.000. “Con la aprobación de la ley -ha insistido-, sería la primera vez que un legislador argentino, en más de 200 años de vida de nuestra democracia, asume una ley para matar; nunca hemos tenido leyes para matar a seres humanos, y ahora quieren introducirla para los niños».
Las palabras de Bochatey han dado en el clavo si el directo interesado, el presidente en persona, ha sentido la necesidad de intervenir respondiendo directamente al obispo: “Los únicos compromisos que he tomado han sido con el Estado y con todas las mujeres embarazadas, para sus proyectos de maternidad y para cuidar de la vida y la salud de quien ha decidido interrumpir su embarazo”. Pero no para cuidar la vida y la salud de los niños.
Publicado por Andrea Zambrano en Il Timone.
Traducido por Verbum Caro para InfoVaticana.