El cardenal Fridolin Ambongo, arzobispo de Kinshasa, advirtió el martes contra la beatificación precipitada del antiguo rey belga Balduino I (1930-1993).
Citó una «mancha negra» vinculada al supuesto papel de Balduino en el asesinato de Patrice Lumumba (1925-1961), primer primer ministro de la República Democrática del Congo.
Tras un golpe militar, Lumumba fue capturado y, con la ayuda de los belgas, torturado y ejecutado.
La fase final de la ejecución corrió a cargo de los contratistas belgas, dirigidos por el jefe de policía Frans Verscheure. Lumumba fue puesto delante de un árbol y fusilado. Cuatro oficiales belgas, bajo el mando de las autoridades belgas, estaban presentes.
A la mañana siguiente, el oficial de la gendarmería belga Gerard Soete y su equipo desenterraron los cuerpos, los desmembraron y los disolvieron en ácido sulfúrico, mientras que los huesos fueron triturados y esparcidos.
El asesinato de Lumumba permitió a los regímenes de Estados Unidos y, al parecer, el Reino Unido abandonar sus propios planes de asesinato.
En 2002, Bélgica se disculpó formalmente por su papel en la ejecución.
Dirigiéndose a la Congregación para las Causas de los Santos en el Vaticano, el prelado congoleño pidió una investigación para esclarecer este episodio histórico.
El cardenal Ambongo reconoció que la vida de Balduino podía contener elementos virtuosos, pero insistió en que este expediente debía examinarse en profundidad antes de poder avanzar hacia la beatificación.
Esto se produce después de que Francisco, durante su visita a Bélgica el pasado mes de septiembre, anunciara la apertura del proceso de beatificación de Balduino, destacando su profunda fe y su [cosmético] rechazo a ratificar una ley sobre el aborto en 1992.
SABADO 26 DE OCTUBRE DE 2024.
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