* Fue forzado a dimitir como Arzobispo sin que se le acusara formalmente, sin saber las causas y sin derecho a defenderse y presentar pruebas.
Monseñor José Antonio Eguren, arzobispo emérito de Piura, ha publicado una carta abierta tras su reciente expulsión del Sodalicio de Vida Cristiana por orden del Papa Francisco.
En primer lugar, Eguren expresa a sus hermanos que han sido expulsados con él, su «cercanía espiritual en estos momentos en que el Señor nos quiere junto a Él en la Cruz. Al Superior General del Sodalitium, y a los demás sodálites y miembros de nuestra familia espiritual, mi gratitud y mis oraciones».
José Antonio Eguren defiende que su expulsión del Sodalicio «se da en un contexto muy particular, nada menos que en el año en que celebro 50 años de haber ingresado al Sodalitium Christianae Vitae, mi querida Comunidad, en la que aprendí a amar al Señor Jesús con el Corazón Inmaculado y Doloroso de la Madre, y a servir a la Iglesia como ella quiere ser servida». Eguren afirma que «a lo largo de toda mi vida de sodálite sacerdote y de obispo, no he buscado otra cosa sino amar a la Iglesia y hacerla amar. Con ese mismo amor, con profundo dolor y obediencia, acojo esta decisión«. No obstante, asegura que no pierde la esperanza «de que cuando se conozcan en profundidad los hechos sobre mi caso, de los cuales considero que no se ha tenido conocimiento hasta ahora, se pueda reconsiderar la decisión adoptada».
El arzobispo emérito de Piura agradece en su misiva «las innumerables y abrumadoras muestras de solidaridad y de oraciones que he recibido en estos días» al igual que muestra su agradecimiento a los obispos que le han escrito en estos días y a sus hermanos de Piura y Tumbes, «quienes conocen y reconocen mi limpia y fecunda trayectoria de cerca de 18 años en la Arquidiócesis norteña».
Forzado a dimitir como arzobispo de Piura
Eguren explica en la carta abierta que «en honor a la verdad, y como en el caso de mi renuncia al oficio pastoral de Arzobispo Metropolitano de Piura del pasado mes de febrero, realizada en obediencia al Santo Padre, debo señalar que nunca me fueron informadas de manera plena y precisa cuáles son las acusaciones en mi contra«. El purgado arzobispo lamenta que sólo se le informó de una denuncia el pasado mes de abril, «ante la cual considero que pude demostrar su falsedad en mi declaración de respuesta al Dicasterio para la Doctrina de la Fe, y que no tiene relación con ningún tipo de abuso».
Además, denuncia que «la falsa imputación periodística de que sería la cabeza de una organización criminal de tráfico de tierras en Catacaos – Piura, ya ha sido esclarecida en toda su extensión, hasta la saciedad, por parte de abogados y expertos. Asimismo, debo manifestar que cuando declaré en Lima ante la “Misión Especial Scicluna – Bertomeu”, en el mes de julio de 2023, no se me comunicó de ningún tipo de acusación concreta».
Expulsado del Sodalicio sin debido proceso
«Muchas personas en sus comunicaciones de estos días me han expresado su pena y mortificación por la forma cómo se ha comunicado nuestra expulsión, donde a un grupo de diez hermanos se nos atribuye a todos por igual, y sin ningún tipo de aclaración o precisión, actos gravísimos», añade -no sin razón- el arzobispo Eguren.
El arzobispo lanza un aviso a los de arriba y advierte que haber procedido de esta manera «constituye una injuria y un daño a la reputación y al buen nombre de todos los expulsados, así como a la justicia y a la verdad que siempre han guiado a Iglesia, más aún cuando uno de ellos es un obispo. En mi caso, puedo asegurar que no he pasado por un debido proceso«.
A pesar de todo, José Antonio Eguren renueva su confianza en el Señor Jesús y Santa María y asegura tener «la seguridad de que tarde o temprano la verdad se abrirá paso y con ella la auténtica justicia».
Finalmente, concluye su misiva reiterando que «siempre encontrarán en mí a un pastor que se esforzará por ser fiel al Señor Jesús y al Sucesor de San Pedro. Pido sus oraciones para los nuevos desafíos que tendré de ahora en adelante, y que sólo Dios, en su Divina Providencia, conoce. Tengan la seguridad que los encomiendo permanentemente en mis oraciones, y les ruego que no dejen de rezar por el Papa Francisco».
Por Javier Arias.
Jueves 3 de octubre de 2024.
Info Vaticana.