¿Las personas que ya fueron vacunadas contra el COVID-19 deben seguir usando barbijo y respetando la distancia social? ¿Acaso pueden volver a contagiarse e infectar a alguien incluso después de haber sido vacunadas con las dos dosis?
“La respuesta es sí. Uno se puede contagiar y también ser asintomático; aún cuando la vacuna te protegió para no enfermarte, no te protegió de contagiarte. Así que es posible que no sepas que te contagiaste y lo transmitas a otros”, había dicho semanas atrás el epidemiólogo de la Casa Blanca, Anthony Fauci en una reciente entrevista sorprendió a más de uno.
Las palabras de Fauci coinciden con lo sucedido a principios de abril con el contagio de coronavirus que tuvo el presidente Alberto Fernández, pese a estar vacunado con dos dosis de la vacuna rusa Sputnik V y sobre todo, respecto a los 25 contagios en el personal de salud que hubo a mediados de abril en el Hospital de Niños Ricardo Gutierrez en donde se infectó el prestigioso infectólogo Eduardo López, director del Departamento de Medicina del hospital y asesor del Gobierno en esta pandemia.
Las autoridades del hospital confirmaron que el brote con la cepa Manaos de coronavirus, una de las variantes más contagiosas del virus, alcanzó a 25 trabajadores del hospital, sobre todo médicos y enfermeros de la Unidad 9 de Infectología de atención no COVID. Y lo llamativo es que todos, excepto un caso, estaban vacunados con dos dosis de la Sputnik V hacía más de un mes.
“Hubo un brote en personal de salud, tanto médicos como enfermeras, afectándose un total de 25. De estos, un grupo grande se enfermaron en pocos días y después se demostró que la cepa era Manaos, que es una cepa de alta transmisibilidad”, confirmó López en diálogo con radio Mitre, quien dijo que los trabajadores afectados volvieron a trabajar.
“Por suerte todos los individuos estábamos vacunados con la vacuna Sputnik V, dos dosis. Hicimos una evolución benigna y ninguno requirió internación y ya estamos todos volviendo a trabajar”, agregó el médico.
“El hospital no es una burbuja de lo que pasa en la sociedad en general con muchos contagios en esta segunda ola potenciada con la transmisión de la cepa manaos y la británica. Inclusive ya se detectó la variante de Sudáfrica en nuestro país”, explicó la doctora Ángela Gentile, jefa de Epidemiología del Gutiérrez.
Preguntada sobre cómo es posible la gran cantidad de contagios en el personal sanitario pese a estar vacunados con dos dosis contra COVID-19, Gentile afirmó que la vacunas previenen las formas graves de la enfermedad y la mortalidad. “Todavía no sabemos en qué porcentaje previenen los contagios. Los estudios clínicos muchas veces difieren de la realidad. En ellos, en forma ordenada se mide la eficacia de la vacuna en los inoculados, pero en condiciones reales, cuando se aplica masivamente, los expertos tienen en cuenta la efectividad que cumplen. Y en la realidad el panorama es un poco más complejo que un estudio clínico”, precisó.
“La efectividad de las vacunas contra COVID-19 para evitar contagios e infecciones lo veremos cuando finalicen los ensayos de Fase III. Recordemos que hoy todas las vacunas que se aplican en el mundo están aprobadas bajo uso de emergencia y faltan muchos más estudios para medir su cobertura”, destacó la especialista.
Para el médico infectólogo Lautaro De Vedia (MN 70640), experto del Hospital Muñiz y ex presidente de la Sociedad Argentina de Infectología (Sadi) “es clave que las personas aun vacunadas continúen cuidándose y protegiéndose porque aún vacunadas, pueden contagiarse y seguir contagiando”. “La vacuna protege contra las formas graves de la enfermedad. No evita al 100% el contagio. Por eso decimos que la vacuna es un elemento más de la protección contra el virus y debemos seguir cuidándonos”, manifestó de Vedia.
A medida que más gente se vacuna, se extiende esa sensación de estar inmune frente al coronavirus y la posibilidad de enfermarse por COVID-19. Pero esa sensación es falsa, porque los especialistas y desarrolladores de vacunas advierten que las mismas no previenen en un 100% la posibilidad de infectarse. Lo que sí hacen es prevenir que la enfermedad se desarrolle en forma grave y la persona termine con asistencia respiratoria mecánica y muchas complicaciones.
La vacunación, al igual que el contagio, inmuniza hasta cierto grado a la persona afectada, que, generalmente, no sufrirá síntomas o estos serán leves en futuras reinfecciones. Pero eso no significa que el virus desaparezca. Incluso puede volver a contagiar. La clave está en la actividad del sistema inmunitario y en la capacidad de proliferación del virus en estas personas. Un sistema inmunitario entrenado elimina el virus antes de que éste pueda causar graves daños en el organismo.
En este momento en el mundo hay al menos 9 vacunas que han demostrado que son altamente eficaces a la hora prevenir la enfermedad que causa el virus SARS-CoV-2. Eso quiere decir que si una persona vacunada se contagia del virus, tendrá menos probabilidades de desarrollar síntomas o enfermarse gravemente. Lo que aún no está claro, sin embargo, es si la vacuna logra evitar el contagio.
“Puede ocurrir después de la primera dosis o después de la segunda”. De esta manera, se vuelve fundamental el cuidado post vacuna con distancia social y mascarilla”, analizó el médico infectólogo Roberto Debbag.
Según datos del Sistema Nacional de Vigilancia en Salud (SNVS) y los datos del Registro Federal de Vacunación Nominalizado (NomiVac), menos del 0,2% de las personas vacunadas con la primera o segunda dosis tuvieron COVID-19, transcurridos por lo menos 14 días de aplicada la primera dosis. El Ministerio de Salud también reveló cuántos casos de los contagiados terminaron en la muerte del paciente. El informe de la cartera sanitaria afirma que “luego de la primera dosis se han informado 15 personas entre 61 y 94 años como fallecidos, es decir el 0,00005% y que no se han registrado muertos entre aquellos vacunados con dos dosis.
Un reciente estudio científico desarrollado en geriátricos de Chicago, EEUU, demostró que un 4,2%, entre trabajadores y pacientes, se contagiaron por SARS-CoV-2 en un periodo de cuatro meses (diciembre 2020-marzo 2021). De las personas infectadas, la mayoría no habían sido vacunadas. Pero un 6% de las infecciones se habían dado en personas totalmente vacunadas y un 23% en las que habían recibido una sola dosis. Por otro lado, las reinfecciones de personas que han pasado la enfermedad son inusuales pero ocurren. En otro estudio realizado en Reino Unido con trabajadores sanitarios que habían sufrido COVID-19, un 0,6% sufrieron reinfección. Eso sí, con síntomas leves.
Las vacunas pueden provocar dos tipos principales de inmunidad. Por un lado, la “inmunidad efectiva”, que puede evitar que un patógeno cause una enfermedad grave, pero no puede evitar que ingrese al cuerpo o haga más copias de sí mismo. Y por el otro, la “inmunidad esterilizante”, que sí puede impedir la infección e incluso prevenir casos asintomáticos. Lo ideal es que una vacuna logre producir inmunidad esterilizante.
¿Cuál de estos dos tipos de inmunidad proporcionan las vacunas contra el COVID-19? Los especialistas advierten que todavía no podemos saberlo. Hasta el momento, la eficacia de las vacunas se ha medido por su capacidad de prevenir el desarrollo de síntomas, pero aún no hay datos suficientes para saber si también son capaces de evitar la infección.
Las vacunas contra el coronavirus protegen para prevenir cuadros graves de la enfermedad COVID-19 y la mortalidad. Las personas que acceden a esas vacunas consiguen una alta protección, pero aun pueden contagiarse. Ahora, un estudio realizado por la Agencia de Salud Pública del Reino descubrió al estar inmunizada, una persona contagia menos a su familia. Es decir, al vacunarse, una persona se beneficia a sí misma y a sus convivientes.
El estudio es un trabajo que aún está a la espera de revisión científica y que buscó evaluar cuál fue el impacto de la vacunación en el Reino Unido. Señaló que hubo poco vacunados que se infectaron y esa situación reducía a la mitad la probabilidad de propagar la COVID en su casa. Los investigadores se basaron en el registro de más de 300.000 unidades familiares y casi un millón y medio de personas. Sería el primer estudio en tiempo real que demuestra que las vacunas también son útiles para frenar la propagación del coronavirus.