En México, era conocido como el padre Phil, el padre Felipe o simplemente “el padre”, como muchos niños y jóvenes de la organización Nuestros Pequeños Hermanos (NPH), — una organización que ha ayudado al crecimiento de más de 18.000 niños y jóvenes en Latino América y que tiene programas de cuidado residencial en 8 países — cariñosamente lo llamaban.
El padre Philip C. Cleary, quien sirvió por muchos años como director nacional de NPH México y posteriormente como director ejecutivo de NPH Internacional, falleció el pasado 3 de noviembre en Cuernavaca, México, dejando un gran legado entre aquellos a quienes sirvió a lo largo de su vida sacerdotal.
La Misa de cuerpo presente en honor al sacerdote se llevó a cabo en la sede principal de NPH en México, ubicada en Cuernavaca, y a él asistieron cientos de niños y jóvenes, así como voluntarios de esta organización.
Al inicio de las honras fúnebres se escuchó una reseña biográfica donde se compartieron detalles de la vida de este entrañable sacerdote que había celebrado su cumpleaños 71 el pasado 5 de septiembre.
Siendo sacerdote por más de 45 años, el padre Cleary fue ordenado como sacerdote el 9 de mayo de 1979 en la Arquidiócesis de Chicago. Se graduó de Loyola University y de University of St. Mary of the Lake/Mundelein Seminary, con una licenciatura en psicología y una maestría en teología.
La misión de servir a los jóvenes acompañó al padre Cleary a lo largo de su ministerio, pues al inicio de su camino vocacional sirvió como asesor en un orfanato en Chicago y como director de un hogar para jóvenes que habían cometido delitos.
Casi por accidente, el padre Felipe se enteró de la existencia de Nuestros Pequeños Hermanos a través de un amigo sacerdote que había visitado la casa hogar en México. A principios de la década de los 80s, el padre Felipe se ofreció como voluntario para trabajar en el orfanato durante un verano. “Fue entonces que los dos temas dominantes de su ministerio se conjugaron, servicio a los pobres y a latinos”, dijo el servidor encargado de leer esta biografía.
En la Misa, que fue trasmitida en vivo, se dijo que el periodo de tres meses como voluntario al que el padre se había comprometido se transformó “en un compromiso de por vida con los niños, niñas, jóvenes, pobres, huérfanos y abandonados de NPH”.
Según la homilía durante la Misa, tanto el cardenal Joseph L. Bernardin como el cardenal Francis E. George, cuando fueron arzobispos de Chicago, reconocieron y apoyaron la labor del padre Phil. El sacerdote además recibió premios gracias a su servicio y entrega, incluidos el premio Mercy Mission en Chicago y el premio Corazón, otorgado por Friends of the Orphans de la región de Illinois.
Así mismo, se dio a conocer que el padre Phil fundó el proyecto Milpillas para los niños de un centenar de familias que vivían en un basurero cerca ce Miacatlán, ubicado en las inmediaciones de la casa principal de NPH en México. “Los niños y las niñas recibieron educación gratuita, material escolar, transporte de ida y vuelta, uniforme, desayuno, comida y atención médica”.
Entre otros detalles compartidos en el sepelio, se dijo que hacia el 2004 el padre Cleary asumió como director nacional de NPH México, cargo que ocupó hasta que fue nombrado director de NPH Internacional y posteriormente su presidente en el 2008.
Luego, “el padre Felipe extendió los brazos de NPH México y en coordinación con John Shinsky fundó la casa Ciudad de los Niños de Matamoros para atender a los niños y niñas necesitadas de los alrededores de esa ciudad fronteriza y del norte de México”, afirmó el servidor. Según la página web de NPH México, la casa de Matamoros es hoy un hogar para más de 40 niños, y también acoge a “niños de la región de Juárez, conocido por sus altos índices de violencia y secuestros”.
En 2013, el padre Felipe fue nombrado presidente emérito de NPH Internacional y en 2014 fue nombrado presidente de la junta directiva de NPH México.
Para concluir con la lectura biográfica se dijo a los presentes que, en diciembre de 2018, el presbítero renunció a la presidencia de la junta directiva de la organización “para seguir sirviendo como capellán y guía espiritual de los pequeños”.
Después de su fallecimiento, el padre Cleary “fue despedido hoy en la Casa de NPH por cientos de niños, niñas, adolescentes, jóvenes, y muchos hermanos mayores a quienes sirvió con ilusión durante más de 40 años”, concluyó el lector.
Un ambiente de solemne recogimiento rodeó el féretro del padre Phil que fue revestido con su casulla sacerdotal.
“Él ejerció este ministerio sacerdotal en nombre de Jesucristo, sacerdote para siempre”, dijo el sacerdote que presidió la Misa del 4 de noviembre. “Nuestro hermano Felipe presbítero predicó la Palabra de Dios, enseñó y dio testimonio con su vida del amor de Dios. Bajo estos signos reconocemos el llamado que Dios le hizo como sacerdote y sacerdote para siempre”, expresó.
El llamado hecho a los asistentes a la Misa fue a seguir el ejemplo de personas como el padre Philip que “inspiren a vivir con propósito, construir lazos, comprometernos con la justicia y que su recuerdo nos lleve a ser agentes de cambio”.
Al concluir el sepelio los miembros de la comunidad se despidieron uno a uno del padre Phil, un momento sobrecogedor que provocó lágrimas para muchos de los presentes.
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Por Marietha Góngora V.
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