El grupo interdisciplinar de expertos Vidadigna considera que la eutanasia «no es un avance en derechos, sino un grave retroceso social» que encubre la negación de ayudas eficaces posibles, el cambio del rol médico con peligrosos actos no protegidos por el Derecho y que conduce «al indiferentismo social, al abandono y a la presión sutil y directa sobre las personas más vulnerables».
Los expertos señalan que «ante el sufrimiento la solución no es despojar a la sociedad de la responsabilidad promoviendo una muerte prematura, sino garantizar las condiciones para una vida digna hasta el final», en un comunicado que coincide en el tiempo con el último plazo parlamentario para la presentación de enmiendas a la ley de eutanasia impulsada por el PSOE en el Congreso.
Vidadigna se une, así, a lo ya manifestado por el Comité de Bioética de España (CBE) con unanimidad de todos sus miembros, al reciente comunicado de la máxima representación de los médicos de España, la Organización Médica Colegial, que ha solicitado la retirada de la tramitación de la ley, así como al documento de la Plataforma Los 7.000, firmado por relevantes personalidades sociales y jurídicas de distintas ideologías, que también han instado al Gobierno a paralizar la ley.
Agujeros negros
El grupo de trabajo Vida Digna detalla las principales objeciones y enmiendas a los artículos de la proposición de ley, que tildan de “ley de suicidio-exprés”. Estas objeciones, llevan a los expertos a pedir «la retirada total de la ley». Son las siguientes.
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- Debe ser obligatorio ofrecer a las personas que pudieran solicitar la eutanasia un plan de Atención Personalizado, es decir, un Plan Alternativo que desarrolle posibilidades terapéuticas y ayudas personalizadas como requisito previo para solicitar la eutanasia (Art. 5).
- Parece éticamente rechazable ofrecer la eutanasia como opción preferencial a personas con “enfermedad grave, crónica e invalidante» por lo que se debe suprimir su mención en el Art 5.1.d.
- La Atención por Salud Mental se considera atención asistencial esencial en personas con ideas suicidas.
- No debe crearse un Registro Nacional de Objetores, porque es contrario al derecho a la privacidad de los profesionales y no es necesario.
- La eutanasia es una muerte provocada, no es una «muerte natural», por lo que no se debería codificar así, al contrario de lo que indica la disposición final primera.
- En caso de aprobarse la ley, se debe establecer que sólo pueda solicitarse si un notario certifica que la persona solicitante tiene capacidad para consentir, para evitar la impunidad de los malos profesionales.
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Alternativas a la eutanasia
Para Vida Digna, lo deseable es que se entendiera que «las legislaciones proeutanasia generan un grave daño social, ético y de conducta», por lo que este tipo de legislaciones deberían ser entendidas como un error y, por tanto, rechazadas en su totalidad.
Vida Digna considera indispensable ofrecer un Plan Personalizado para la persona que sufre, que haga obligatorio coordinar recursos para la atención integral al sufrimiento psicofísico, ofreciendo una respuesta eficaz y orientada a la plena satisfacción de la persona. Debería considerarse la presentación por parte del médico de este “Plan alternativo” en el artículo 8 de la ley como información previa al consentimiento.
«El sufrimiento crónico insoportable puede ser trabajado y controlado»
Al tiempo, el grupo de trabajo multidisciplinar entiende necesario «desarrollar un plan sociosanitario que dé respuesta satisfactoria» a la situación concreta de cada paciente. «Ofrecerles la eutanasia como salida a su situación supone un cruel acto de abandono social», inciden.
Por otro lado, y ante el número creciente de enfermedades crónicas y degenerativas, Vida Digna subraya que «han aparecido ingeniosos avances (tales como marcapasos diafragmático para evitar el uso del respirador, piercing en la lengua para conducir silla de ruedas, exoesqueletos robóticos, grados en electromedicina clínica), en definitiva, medicina vanguardist, que han puesto de manifiesto que, en la actualidad, disponemos de recursos y oportunidades que permiten afirmar que el sufrimiento crónico insoportable puede ser trabajado y controlado«.
Estas oportunidades abren a su juicio «nuevos cauces, más humanos y éticos en la atención al sufrimiento que la eutanasia».
Desde Vida Digna, una inicitiva de la veterana asociaicón Profesionales por la Ética, se defiende del mismo modo la necesidad de proporcionar ayuda desde la salud mental el el proceso de ideación de la muerte, que pasa por distintas fases de cambio psicológico. «Negarles esta prestación supone una falta asistencial muy grave», señalan.
Objeción sin listas negras
El grupo de expertos señala otros cuatro puntos a tener en cuenta:
- La necesidad de un tratamiento confidencial de la objeción de conciencia «sin listas negras» que, a su juicio, «podrían suponer una intromisión en las convicciones ideológicas de cada profesional, de carácter intimidatorio y que resultan totalmente innecesarias».
- Declarar la eutanasia como muerte natural sería una falsedad documental que además, impediría el registro epidemiológico de la causa de la muerte y su cuantificación.
- El requisito de “Certificación Notarial del consentimiento” pretende disminuir la probabilidad real de muertes inducidas en la población más vulnerable (ancianos,personas con depresión, demencias de diferentes grados y personas ingresadas), cuyo riesgo no es desdeñable y los controles han mostrado ser ineficaces en todos los países con ley de eutanasia.
- Por defectos en el consentimiento se pueden anular determinados contratos o donaciones. Una decisión irreversible sobre la propia vida no debería permitirse sin que se certifique dicha capacidad para consentir. Y es que uno de los efectos más nocivos que se han constatado en aquellos países donde está legalizada la eutanasia es una notable presencia de eutanasias no solicitadas sobre todo en pacientes mayores e ingresados, que ha sido publicado en revistas científicas.
Con información de Actuall/Ana Fuentes