Las dificultades de tantas personas en el mundo están en el corazón del Papa Francisco. Después del rezo del Ángelus, dirigió su pensamiento a «las numerosas manifestaciones populares de protesta que expresan el creciente malestar de la sociedad civil ante situaciones políticas y sociales particularmente críticas».
Al tiempo que insto a los manifestantes a que presenten sus demandas de forma pacífica, sin ceder a la tentación de la agresión y la violencia, hago un llamamiento a todos aquellos que tienen responsabilidades públicas y gubernamentales para que escuchen la voz de sus conciudadanos y satisfagan sus justas aspiraciones garantizando el pleno respeto de los derechos humanos y las libertades civiles.
Francisco también hace un llamamiento a las comunidades eclesiales que viven en esos contextos para que los pastores trabajen «en favor del diálogo y la reconciliación».