La sección madrileña de la Comunidad de Lanceros está muy sorprendida del panegírico que el maestro masón de la Gran Logia Simbólica Española, Luis Algorri, ha hecho hace unos días en su columna del diario Voz Pópuli del cardenal Calos Osoro, arzobispo de Madrid.
En un artículo titulado “Carlos Osoro Sierra y el cometido de la luciérnaga”, ilustrado con una foto de Osoro con una vela y una Luciérnaga, el maestro de la Gran Logia Simbólica Española –tal como se le califica reiteradamente en Internet- hace una semblanza biográfica en la que se descubren datos nuevos, como por ejemplo que estudió matemáticas a distancia: “Carlos Osoro parecía inclinarse por la docencia y así estudió Magisterio y “a distancia”, como él dice, Matemáticas”.
Después de un recorrido por su biografía, cuando se refiere a la llegada de Osoro a Madrid, el maestro masón señala que “ahí volvió a brillar el clérigo santanderino. Sobre todo en las formas. Se acabó la “misa de las familias” de fin de año, una concentración encomendada a los “kikos” que se había convertido casi en un acto de la extrema derecha. Se acabó la “corte” de lacayos del anterior arzobispo, que fue sustituida por un organismo consultivo y con capacidad de decisión. El suntuoso ático de 400 metros cuadrados de Rouco contrastaba con el sencillo apartamento, cedido por una religiosas, donde se instaló su sucesor, Osoro. Adiós a las manifestaciones callejeras contra el gobierno, al ordeno y mando, al autoritarismo y a la prepotencia. La “primavera” de Francisco llegó a España, y sobre todo a Madrid, de la mano de Carlos Osoro. Quién lo habría pensado, dirán los tradicionalistas. Lo mismo que pasó con Tarancón”.
Todo esto para añadir seguidamente que “la Iglesia española tiene hoy dos problemas que apenas se conocían cuando Osoro y Omella se pusieron al frente de la nave. Uno, gravísimo, es el de los casos de pederastia y abusos sexuales a menores de los clérigos, que no dejan de aparecer y que están desacreditando a la milenaria institución como nunca antes en siglos. El otro es el de la codicia de determinados curas y prelados, que han abusado descaradamente de las famosas “inmatriculaciones” de bienes y edificios que no les pertenecían. Osoro ha sido de los primeros clérigos españoles en denunciar casos de curas abusadores. Su actitud en este asunto es inequívoca. Pero quizá ahora, con la marea creciente de denuncias, haga falta algo más que una luz en la oscuridad para resolverlo”.
Al final de su artículo, Luis Algorri hace una reflexión sobre las luciérnagas, un animal de alto contenido simbólico en la masonería, haciendo un juego final de palabras que juzguen ustedes mismos: “Las luciérnagas, por tanto, emiten su luz cuando más falta hace. Ese es su cometido. Pero están extinguiéndose. La razón es el aumento de la contaminación lumínica. Hay demasiada gente que emite luz artificial, chillona, prepotente y agresiva, ya sea desde áticos de lujo o desde palacios, cargos, canonjías, lo que sea. Eso impide la comunicación entre las luciérnagas: no se ven entre ellas, no se relacionan y no pueden crear la siguiente generación. Cabe pensar que, en no pocos casos, esa contaminación lumínica artificial y artificiosa que impide el progreso de las luciérnagas es algo premeditado. Cómo saberlo. Pero eso sí que es un problema, y no el asunto bobo de la luciferina y la luciferasa”.
La biografía que publica Voz Pópuli de este autor dice que es “periodista nacido en León. Licenciado en Historia e Historia del Arte por la Universidad de Oviedo. Master en Periodismo por la Autónoma de Madrid. Ha trabajado en El País, El Independiente y otros medios diversos. Fue director de Opinión y editorialista de Diario16. Durante más de 25 años trabajó en el desaparecido semanario Tiempo, cuya sección de Cultura dirigió durante la última década”.
Pero en la web es-academic se añaden los siguientes datos interesantes para completar la biografía de Luis Fernando Pérez Algorri: “Comprometido con la causa de la normalización social y legal de los homosexuales, ha pronunciado numerosas conferencias sobre el asunto y firma desde el año 2000 la página de opinión de la revista gay Odisea. También colabora con asiduidad en medios como Zero o Shangay Express. Participa, desde su fundación, en el Jurado del premio de novela Odisea. Su novela “Algún día te escribiré esto” (Editorial Egales, 1999) se considera una de las mejores obras de la literatura gay en español y es, posiblemente, uno de los libros escritos originalmente en castellano en que aparecen con más claridad todas las características que definen este tipo de literatura. Ha sido traducida a cinco idiomas. Ha publicado, además, diversos relatos en obras colectivas, como “Tu piel en mi boca” (editorial Egales)”.
Son abundantes los vídeos de conferencias de Luis Fernando Pérez Algorri sobre la masonería en Internet y en las redes sociales. De entre ellos destacamos su charla a la Logia Obradoiro n. 80 de Vigo o la pronunciada en el Canal Divulgadores del Misterio.
Diego Lanzas.
InfoVaticana.