Solemnes ritos tzeltales-tzotziles en la recepción del obispo auxiliar de san Cristóbal

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San Cristóbal de las Casas, Chiapas.- La profesión de fe e inicio de ministerio episcopal del obispo auxiliar para la diócesis de San Cristóbal de las Casas, Luis Manuel López Alfaro, ha estado acompañada por las oraciones y rituales autóctonas de las comunidades indígenas del sureste mexicano.

López Alfaro, sacerdote formado en Toluca, Estado de México, y enviado a misionar en San Cristóbal de las Casas donde finalmente recibió la encomienda de Vicario General, recibió el nombramiento episcopal de parte del papa Francisco en medio de la crisis sanitaria y así lo hizo saber tras la misa de ordenación episcopal: «Pienso que Dios me llamó desde la cruz, porque cuando el Nuncio me dio a conocer la petición del Papa fueron los días de la pandemia más dura aquí en Chiapas. Fui llamado desde la cruz».

El nuevo obispo auxiliar para San Cristóbal cumplió con los ritos de Profesión de fe y fidelidad en la Capilla del Seminario diocesano el jueves 27 de agosto toda vez que la Catedral aún se encuentra bajo restricciones de acceso debido a las afectaciones que los sismos dejaron en ella. Para la profesión de fe y profesión de fidelidad, López Alfaro estuvo acompañado por el Nuncio apostólico en México, Franco Coppola; el arzobispo de Tuxtla Gutiérrez, Fabio Martínez; el obispo de San Cristóbal de las Casas, Rodrigo Aguilar; los obispos de Tapachula, Jaime Calderón Calderón, y de Tampico, José Álvarez Cano; y también Felipe Arizmendi, obispo emérito de San Cristóbal.

Las comunidades parroquiales mestizas e indígenas del sureste mexicano recibieron al nuevo pastor que cooperará con el obispo titular, Rodrigo Aguilar con el encendido de la ofenda maya de las comunidades originarias: los cuatro rumbos de la cosmogonía indígena y la representación del corazón del cielo y el corazón de la tierra. Los rezos en las ‘tres hincadas’ se realizaron en las lenguas tzotzil y tzeltal.

La ceremonia de ordenación episcopal se realizó de manera atípica por las medidas de sana distancia y reducción de concentraciones, acudieron una decena de obispos mexicanos y representantes de las comunidades parroquiales de la diócesis.

Durante la ceremonia se presentaron y leyeron las letras apostólicas con las que el papa Francisco le encomienda a Luis Manuel López Alfaro el ministerio episcopal como obispo auxiliar en San Cristóbal de las Casas. En su mensaje, el representante del Papa en México, Franco Coppola, recordó a los asistentes que el papa Francisco tiene mucho cariño y consideración a la diócesis del sureste mexicano.

Coppola también reflexionó sobre la situación actual de la pandemia y la misión de los cristianos de ofrendar su vida al servicio del prójimo: «Nos preguntamos cómo puedo ayudar. Porque si vivo encerrado y basta significa que no sirvo a nadie y no sirvo para nada ¿A quién sirvo? Esta situación objetivamente difícil para la que no estabamos preparados… pero es la oportunidad para preguntarnos en dónde está centrada mi vida: ¿Sólo en conservar la propia? Pero eso no sirve, mi vida sirve si es entregada a las personas que me han sido confiadas«.

Tras recibir la ordenación, los símbolos de la dignidad y misión episcopal, López Alfaro compartió su sentir con el pueblo de Dios: «Juan Pablo II nos pidió que fuéramos misioneros de la esperanza; y recordé esto cuando entré al seminario, esa fue la razón. Si no tenemos esperanza, aunque tengamos la vida, no tenemos nada. Por ello, quiero llevar esperanza».

El nuevo obispo auxiliar compartió el desafío de servir a Dios en medio de un mundo «que ha optado por la apariencia, mentira, engaño y temor» pero confió en que «al abrir el corazón, hay luz… y saber aguardar pacientemente, porque para Dios no hay nada imposible».

Compartió su sentir como mestizo en una tierra de muchas comunidades autóctonas y se reconoció también con parte indígenas pues «por eso vibramos también lo que vivimos con las comunidades indígenas.Que cada uno aprenda a valorar su cultura, su raíz».

Tras compartir su experiencia sacerdotal en el Estado de México, López Alfaro reconoció que durante su primer año de misión en Chiapas sufrió una ‘crisis pastoral’: «Comencé a conocer la diócesis y a sufrir… pero el obispo dijo: aprendan, escuchen. Abrí entonces mi corazón a la expereincia y me agradó. Lo que me gusta de aquí tiene más sabor al Evangelio: a la sencillez, a la alegría, a la pobreza, a compartir, a ver la realidad y a cambiar lo que no está bien».

«La meta es la misma, la Casa de Dios, por eso caminemos juntos, vamos a darnos la mano. Los tiempos son difíciles… pero como ha dicho el Nuncio, no se vale que yo me cuide, me encierre».

López alfaro (1963) es originario de la Ciudad de México, formado para el clero de Toluca. En la ceremonia estuvo acompañado por su madre quien le dio la bendición. Fue ordenado sacerdote el 15 de agosto de 1991 para la diócesis de Toluca; en 2004 se traslada a San Cristóbal de las Casas para una experiencia misionera. En junio pasado, el papa Francisco le nombró obispo para auxiliar al titular Rodrigo Aguilar en el trabajo pastoral de la Diócesis.

Con información de Religión Digital/Felipe Monroy -VC Noticias

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