El comité de revisión de casos de eutanasia de los Países Bajos incluyó la nueva normativa en su código de práctica de la eutanasia en respuesta a la decisión de la Corte Suprema del país de anular en abril la condena de Arends tras una apelación.
Administró un sedante a la anciana para poder matarla
Marinou Arends se enfrentó a un caso penal por aplicar una inyección letal, anteriormente acordada, a una paciente de 74 años tras ponerle un sedante en el café en abril de 2016 para que la mujer no se opusiera a la vía intravenosa, ya que no comprendía lo que estaba sucediendo.
La paciente había escrito en un documento de voluntades anticipadas que no quería terminar en un hogar de ancianos y que si eso ocurría atacaría a los demás residentes, por lo que quería que le practicaran la eutanasia en «un momento adecuado».
Arends vio a la paciente por primera en un asilo de ancianos cuando la mujer ya era mentalmente incompetente. Luego de un extenso examen, la doctora determinó que el sufrimiento de su paciente era insoportable y que la mujer cumplía con los criterios para que se le practicara la eutanasia, una decisión con la que coincidió un segundo médico independiente. Arends puso el somnífero en el café de la paciente tras consultarlo con su familia.
Sin embargo, recibió una reprimenda por escrito de la junta médica holandesa por actuar sobre la base de dos «documentos de voluntades anticipadas» en los que la paciente solo decía que deseaba morir cuando considerara que era el momento adecuado, una instrucción que la junta estimó que no era suficientemente precisa. Más tarde, cuando el caso se hizo público, 220 médicos firmaron una declaración en la que condenaban a cualquier médico que sedara «en secreto» a los pacientes a los que se «ayudaba» a morir.
Nuevas reglas
En abril de este año, la Corte Suprema determinó que Arends no había violado ninguna ley y desestimó la decisión de la junta médica, dictaminando que, si un paciente ya no puede dar su consentimiento, un médico no necesita hacer una interpretación literal de un documento de voluntades anticipadas si las circunstancias no lo permiten.
De acuerdo con el presidente del comité de revisión de la eutanasia, Jacob Kohnstamm, tras la actualización del código los médicos involucrados en casos de eutanasia «ya no tienen que preocuparse de que les suceda algo» como lo que le ocurrió a Arends. El nuevo código establece que, en los casos en los que un paciente presente demencia avanzada, «no es necesario que el médico acuerde con el paciente el momento o la forma en que se administrará la eutanasia».
Además, Kohnstamm indicó que no se puede aplicar la expresión «en secreto» o «de forma encubierta» en el contexto negativo cuando se trata de administrar cualquier remedio a pacientes con demencia. «Lo discutí con los médicos de los asilos de ancianos. Dije que todo tratamiento médico de personas discapacitadas es, en principio, encubierto. Entonces, cuando se trata de una práctica médica adecuada, simplemente no use esa palabra», aseveró.
Con información de InfoCatólica