Sacerdote, desde Cuba: la represión «ha sido brutal, están sembrando el terror»

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Desde la multitudinaria protesta del pasado 11 de julio en toda Cuba contra el régimen comunista, diversos sacerdotes han dado voz con gran rotunidad al pueblo sojuzgado: Rubén de la TrinidadRolando Montes de Oca , Castor José Álvarez Devesa o Alberto Reyes, entre otros, han arriesgado mucho para contar al mundo la represión del gobierno de Miguel Díaz-Canel, en la línea de sus predecesores Fidel y Raúl Castro, contra los cubanos, hartos de la falta de libertad, de la miseria y de la nefasta gestión de la pandemia de covid. Todavía no se conoce con exactitud el número de muertos, heridos, torturados, detenidos y desaparecidos en las últimas semanas.

 

«Están sembrando el terror»

 

En una reciente entrevista en la agencia Zenit, el padre Alberto Reyes reitera todas esas denuncias: «En este momento hay dos fuerzas muy grandes en tensión. Por una parte, creo que mi pueblo se ha cansado definitivamente de la farsa social de un país feliz y orgulloso de su sistema político. Creo que es un momento en el que la gente siente profundamente que es necesario un cambio radical, un cambio de sistema y no sólo cambios puntuales. Por otro lado, están el miedo y el instinto de conservación. La represión del gobierno ha sido y está siendo brutal y muy agresiva. Están literalmente sembrando el terror. Y eso tiene también mucha fuerza. Siendo realistas, cualquiera de las dos fuerzas podría imponerse, pero pase lo que pase, yo sí creo que vamos definitivamente hacia un cambio social y político. Podrá demorar más o menos, pero el gusto por la libertad ha entrado ya en nuestras venas».

Nacido en 1967, Reyes cursó tres años de la carrera de Medicina antes de entrar en el seminario, y tras varios años en Cuba completó sus estudios en Roma, en el Ateneo Regina Apostolorum, de los Legionarios de Cristo. Ordenado sacerdote en 1996, tras unos años de párroco en Cuba se trasladó a Madrid, donde se licenció en Psicología. De regreso a su país, ha desempeñado diversos ministerios parroquiales al tiempo que escribía algunos libros, entre ellos Historia de una resistencia (Voz de Papel), donde describe la vida bajo el totalitarismo castrista y la labor de la Iglesia para suavizarlo.

También durante esta última crisis, con «un trabajo precioso de apoyo y acompañamiento a las familias de los detenidos y de los desaparecidos, además de reclamar que el que se manifiesta pacíficamente no incurre en delito y, por tanto, no es justo que sean juzgado».

 

Un gobierno incapaz

 

Reyes desmiente los bulos del régimen para justificar su inoperancia ante el covid: «Los Estados Unidos no niegan a Cuba la posibilidad de adquirir suministros médicos, eso no es verdad. El responsable de que la inmunización en Cuba se retrasara ha sido el propio Gobierno, que rechazó la oferta de un plan de vacunación ofrecido a toda América Latina por defender la creación de sus propias vacunas en un momento donde era evidente que el proceso de desarrollo de sus candidatos vacunales se demoraría».

Tampoco el «bloqueo» es causa de la miseria de los cubanos: «No es correcto hablar de bloqueo. Estado Unidos ha mantenido sobre Cuba un embargo que no impide a Cuba negociar con más de cien países ni impide que Cuba compre en los Estados Unidos medicamentos, alimentos e incluso otros insumos. Tampoco impide la exportación de algunos productos desde Cuba a la Unión Americana».

«El bloqueo real es el interno«, subraya, «dado por un cúmulo de leyes restrictivas y punitivas que provocan la asfixia de la economía cubana e impiden la liberación de las fuerzas productivas para los cubanos».

Desde el punto de vista social, «ciertamente Cuba está atravesando por uno de sus peores momentos con una escasez generalizada y pocas posibilidades de que esta situación mejore, al menos a corto y mediano plazo. La Iglesia, sobre todo a través de Cáritas, está haciendo todo lo posible por buscar soluciones, sobre todo alimentarias y de medicinas, que son dos de los sectores con más problemas. Sea ayudando a las Cáritas parroquiales con dinero o con alimentos, estamos intentando llegar hasta donde podemos en la solución de las necesidades de la gente, si bien no es nada fácil en estos momentos».

 

De espaldas a Dios

 

Alberto Reyes añade una reflexión sobre su país que va más allá del mero análisis político o económico: «Cuba es un pueblo que hace muchos años le dio la espalda a Dios. Y cuando un pueblo le da la espalda a Dios, no puede caminar. El reto mayor de Cuba hoy es ayudar al pueblo a volver su rostro a Dios, a abrir al corazón al Dios que lo ama y no lo ha abandonado».

«Creo que el reto mayor de la Iglesia hoy», concluye, «es ayudar a la gente en un proceso de conversión que no sólo destierre odios y rencores, comprensibles pero inútiles, sino que ayude a las personas a proyectar sus vidas desde el Evangelio. Si el cubano de hoy no acoge a Cristo en su corazón, la Cuba del mañana podrá ser muy diferente, pero no conducirá al pueblo a la vida».

 

ReL.

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