Tal como informa Prensa Celam, en México más de mil organizaciones de la sociedad civil y de todos los estados, marcharán pacíficamente el próximo 3 de octubre para proponer un gran acuerdo nacional que permita la protección de la mujer y de la vida de todos los ciudadanos del país desde su concepción hasta su muerte natural. Se trata de una marcha de carácter “aconfesional, apartidista y ajena a cualquier ideología” según confirmaron sus organizadores.
El acuerdo social que propone la organización “Mujer y vida” busca unir a los actores políticos, académicos, religiosos y sociales, para que se atiendan por igual las necesidades de las mujeres y la protección de sus hijos en todas las etapas de gestación.
Me parece que esta iniciativa se encuentra fuera de tiempo, me refiero a la marcha del 3 de octubre tanto en la ciudad de CDMX como en algunas localidades, lo que se pudo haber hecho en su tiempo oportuno, lamentablemente, no se hizo “Golpe dado ni Dios lo quita” dice un dicho coloquial, lo cual tiene parte de razón en la sabiduría del pueblo.
El aborto ya fue despenalizado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación en el mes de septiembre del presente año, y pidió al Congreso Federal la objeción de conciencia médica para poder ejercer el aborto por mandato de ley, a lo que serán los Congresos locales en mano de Morena que lamento que sean mayoría, los que en lo sucesivo ajustaran las leyes a estas resoluciones inapelables, por “las vacas gordas de México” que dictaron esta sentencia, a lo que es evidente que están en contra de la vida, las familias, las iglesias y todos aquellos que estamos a favor de la vida.
Mientras tanto, no estoy diciendo que no se haga nada, sino más bien que existen como siempre intereses de grupos que han aprovechado este tema para irse posicionando y escalando en la política nacional haciendo acuerdos, alianzas en lo obscurito, con el propio sistema, a lo que los lleva a manejarse en un doble discurso, inclusive pasando por acuerdos establecidos, la mera verdad ya no les creo, me refiero a las organizaciones oportunistas que pretenden sacar provecho de esta realidad.
En lo que sí creo es en el creador que está haciendo surgir iniciativas en las familias, en las personas de fe, hombres, mujeres, niños y familias completas el deseo imperioso de volver a Dios. Antes de la pandemia la asistencia en los templos era moderada, me refiero a las celebraciones entre semana. Hoy, soy testigo de que los templos se encuentran en un lleno total, desde luego guardando todas condiciones de sanidad que recomienda la secretaria de salud, ese es el “milagro” que Dios está realizando y seguro seguirá actuando, como también lo viene haciendo en las celebraciones virtuales.
Las familias se están convirtiendo en lo que dijo San Juan Pablo II:
“La familia está llamada a ser templos, o sea, casa de oración: una oración sencilla, llena de esfuerzo y ternura. Una oración que se hace vida, para que toda la vida se convierta en oración, Una familia que hace oración no le faltará nunca la conciencia de la propia vocación fundamental: la de ser un gran camino de comunión” y “La familia es para los creyentes una experiencia de camino, una aventura rica en sorpresas, pero abierta sobre sobre todo a la gran sorpresa de Dios, que viene siempre de modo nuevo a nuestra vida”.
Puedo concluir que el hombre es un ser esencialmente social, por lo consiguiente, se puede entender que es un ser familiar. ¡Construyamos con la ayuda de Dios y su Iglesia familias sólidas!, para que “Entonces no seremos ya niños a los que mueve cualquier oleaje o viento de doctrina o cualquier invento de personas astutas, expertas en el arte de engañar”.
RUAN ÁNGEL BADILLO LAGOS
