Esta guía es una ayuda para hacer por tu cuenta el retiro mensual, allí dónde te encuentras, especialmente en caso de dificultad de asistir en el oratorio o iglesia donde normalmente nos reunimos para orar.
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1. Introducción .
2. Meditación I. Las prácticas cuaresmales en el sermón de la montaña: limosna y caridad .
3. Meditación II. San José, custodia de Jesús y de María .
4. Charla .
5. Lectura espiritual .
6. Examen de conciencia .
Introducción
La Cuaresma nos llama a poner nuestra fe y nuestra esperanza en el Señor (cf. 1 P 1,21), porque sólo con los ojos fijos en Cristo resucitado podemos acoger la exhortación del Apóstol: «No nos cansemos de hacer el bien» ( Ga 6,9).
No nos cansemos de orar. Jesús nos ha enseñado que es necesario «orar siempre sin desanimarse» (Lc 18,1). Necesitamos orar porque necesitamos a Dios. Pensar que nos bastamos a nosotros mismos es una ilusión peligrosa. Con la pandemia hemos palpado nuestra fragilidad personal y social.
(…) Nadie se salva solo, porque estamos todos en la misma barca en medio de las tempestades de la historia; pero, sobre todo, nadie se salva sin Dios, porque sólo el misterio pascual de Jesucristo nos concede vencer las oscuras aguas de la muerte.
La fe no nos exime de las tribulaciones de la vida, pero nos permite atravesarlas unidos a Dios en Cristo, con la gran esperanza que no defrauda y cuya prenda es el amor que Dios ha derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo (cf. Rom 5,1-5).
No nos cansemos de extirpar el mal de nuestra vida. Que el ayuno corporal que la Iglesia nos pide en Cuaresma fortalezca nuestro espíritu para la lucha contra el pecado. No nos cansemos de pedir perdón en el sacramento de la Penitencia y la Reconciliación, sabiendo que Dios nunca se cansa de perdonar. No nos cansemos de luchar contra la concupiscencia, esa fragilidad que nos impulsa hacia el egoísmo ya toda clase de mal, y que a lo largo de los siglos ha encontrado modos distintos para hundir al hombre en el pecado. Uno de estos modos es el riesgo de dependencia de los medios de comunicacion digital, que empobrece las relaciones humanas.La Cuaresma es un tiempo propicio para contrarrestar estas insidias y cultivar, en cambio, una comunicación humana más integral hecha de «encuentros reales», cara a cara.
(…) En este tiempo de conversión, apoyándonos en la gracia de Dios y en la comunión de la Iglesia, no nos cansemos de sembrar el bien. El ayuno prepara el terreno, la oración riega, la caridad fecunda.
Mensaje del Santo Padre para la Cuaresma 2022
Primera meditación
Opción 1: Las prácticas cuaresmales en el sermón de la montaña: limosna y caridad.
Opción 2: Del Papa Francisco en Ex. Ap. Gaudete et exultate , nn. 104-108. El culto que más agrada a Dios: las obras de misericordia .
Segunda meditación
Opción 1: San José, custodio de Jesús y de María.
Opción 2: San Josemaría, Homilía En el taller de José . (audio y texto)
Charla
Lucha interior. Homilía de San Josemaría El trato con Dios (audio y texto)
Lectura
¿Qué es la Cuaresma? Respuesta a 9 preguntas habituales sobre este tiempo litúrgico.
examen de conciencia
Acto de presencia de Dios
1. La viuda del Evangelio, en su pobreza, echa en el tesoro del templo «todo lo que tenía para vivir» (Mc 12,44). ¿Soy generoso y sueño con que Dios hará cosas grandes con los bienes que ponga a su servicio?
2. «Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso» (Lc 6, 36). ¿Procuro ser misericordioso para alcanzar también la misericordia de Dios y la de los demás? ¿Pido a Dios que aumente mi capacidad de comprender, pasando por encima de los defectos de los demás, viendo el lado bueno de las cosas?
3. «¿Vosotros guardáis rencor a vuestros hijos? ¿Verdad que no? Así Dios Nuestro Señor, en cuanto le pedimos perdón, nos perdona del todo. ¡Es estupendo!» (Palabras de San Josemaría recogidas en el libro “Antes, más y mejor” de L. Linares, Rialp 2001). ¿Conservo algún rencor para el que podría pedir al Señor ayuda, de modo que mi perdón sea más real y sincero?
4. «No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os ha elegido y os ha destinado para que vayáis y deis fruto» (Jn 15, 16). ¿Pido luz al Espíritu Santo para que me ayude a los planos de Dios para mí y me dé la fuerza para seguir su llamada? ¿Cómo podría orientar mi vida, para que sea parte del sueño de Dios para este mundo?
5. «Seguidme y os haré pescadores de hombres» (Mt 4,19). ¿Procuro renovar el sentido de misión que tengo como cristiano confiando en que puedo contar siempre con la compañía del Señor? ¿Me ilusiona pensar en las almas con las que podré compartir la alegría de vivir con Cristo?
6. «El reino de los cielos es como un tesoro escondido en el campo» (Mt 13, 45). ¿Hago memoria de cómo el Señor me ha ido guiando en mi vida? ¿Veo la vocación cristiana como un camino de felicidad?
Acto de contrición.