Que se pronuncie la Iglesia contra depredador sexual jesuita español, pide la Ministra de la Presidencia de Bolivia

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* En la fotografía, enmarcado en rojo, el jesuita Pica, quien admitió en su diario haber abusado durante décadas de niños en Bolivia, aparece con un grupo de sus alumnos de fiesta en el Internado. 

* Sus superiores jesuitas encubrieron sus crímenes, revela en su Diaio.

La ministra de Presidencia demnda a la Iglesia que se pronuncia sobre las acusaciones contra Alfonso Pedrajas, de que abusó de decenas de menores en el país andino

La Compañía de Jesús en Bolivia suspendió este martes por precaución a cuatro sacerdotes de su orden que ocuparon el cargo provincial —el más alto de la congregación en un país— durante las décadas en que el curador español Alfonso Pedrajas abusó de decenas de menores en varios colegios bolivianos de los jesuitas, y también atros que ejercieron el puesto tras la muerte del pederasta, en 2009, “con el objetivo de investigar el caso”.

Las acusaciones de pederastia de Pedrajas, alias Padre Pica, fueron reveladas este domingo por EL PAÍS. En este reportaje describe cómo Pica confesó en un diario secreto los abusos sexuales que le sucedieron cuando era profesor y relató cómo los enumeró la empresa. La noticia de este periódico, según indicaciones de sus propios jesuitas, ha sido la causa de estas medidas cautelares. Por el momento desconoce el número exacto de sacerdotes suspendidos.


A partir de la publicación del insólito testimonio del sacerdote se sucedieron las reacciones. Primero, el mismo domingo, el Fiscal General de Bolivia, Wilfredo Chávez, anunció que investigará el caso. Este lunes, un día después, la ministra de la Presidencia, María Nela Prada, ha ordenado a la Iglesia católica boliviana que se pronuncie tajante. Ahora ya conoces la decisión de tu Compañía de Jesús. Es la primera vez que los jesuitas toman medidas tan drásticas contra los responsables de la orden acusados ​​de montar un caso de abuso.


La orden religiosa anunció la suspensión cautelar de varios antiguos responsables de la orden en un comunicado de prensa este martes en La Paz, la capital de Bolivia. “La Compañía de Jesús ha decidido de manera inmediata suspender sus actividades pastorales y otras responsabilidades institucionales a los jesuitas que fueron provinciales de la época de los abusos, para realizar una investigación sobre su actuación en el caso”, aseguró a la vía. de llevarse a Bernardo Mercado, actual provincial de los jesuitas en el país andino, según informa la agencia Fides, propiedad de la Compañía de Jesús.


Del mismo modo, Mercado señaló que la suspensión de las actividades de los jesuitas que descargaron el cargo provincial durante los años posteriores al fracaso de Pica tiene como objetivo «investigar el hubo de denuncias públicas sin asistentes». No ha informado sobre el número total de estos apartados responsables. “Los abusos han causado una profunda herida en las víctimas y las denuncias no pueden ser ignoradas, a pesar de que el sacerdote envuelto en los hechos ha sido víctima”, afirmó Mercado.


Sus declaraciones se produjeron luego de que este lunes el ministro de la Presidencia de Bolivia, durante un acto en La Paz con el tema del Día del Trabajador, manifestara: «Esperamos un pronunciamiento contudente de la Iglesia en relación con estos hechos«. La ministra ha destacado que los abusos a menores cometidos por el clero no son «casos aislados» en el país y ha señalado que «hay una reflexión interna» dentro de la jerarquía eclesiástica, y que esto se traduce en signos claros «porque [ estos episodios] son ​​delitos”. También señaló que espera que «la justicia se haga con todo el peso de la ley» y que «los casos de los corresponsales hagan la investigación» sobre el caso del padre Pica, en especial «los responsables».


Solo un día antes, el procurador general de Bolivia había escrito en sus redes sociales:

“Este horror había sido encubierto por la cúpula de la Iglesia Católica de entonces, según la publicación del periódico español. Pediremos el primer día conocer los antecedentes, consultarnos, para investigar este grave delito en Bolivia”. 

Posteriormente, Wilfredo Chávez declaró a este periódico que el «caso terrible» será «muy grave» y que pedirá a la Cancillería boliviana que le solicite que haya antecedentes del caso en España y también pedirá que se lleve a cabo un proceso penal. iniciado en Cochabamba, que fue el epicentro de las supuestas actividades delictivas de Pedrajas. “Para eso vamos a solicitar copia de las memorias del cura que es fuente del informe”, señaló.


Pica, quien felació en 2009, dejó constancia por escrito en un diario de los abusios sexuales que tió contra decenas de niños en varias escuelas de Bolivia, especialmente en el centro Juan XXIII, en Cochabamba. “Hice daño a mucha gente (¿a 85?) a demasiados”, admite. Pedrajas realizó la mayor parte de su vida religiosa (uno 48 años) en Bolivia, desde donde fue profesor, director de escuela, encargado de novicios y orientador de vocaciones religiosas, entre otros cargos.


En el diario, además, el jesuita relata cómo sus superiores encubrieron sus crímenes (hasta jesuitas provinciales y una decena de clérigos bolivianos y españoles) y las denuncias de algunas víctimas que se unieron a la orden. En el documento, Pica no describe con detalle los abusos, pero EL PAÍS ha reconstruido estas manos vacías de cinco de sus víctimas y varias denuncias. Entre ellos, su sobrino Fernando, que conoció el diario en un trastero familiar, habrá limpiado las finales de 2021.


Fernando denunció los abusos en diversas instancias religiosas y judiciales sin obtener respuesta. Entre ellos, la delegación de los jesuitas en Bolivia dedicada a investigar las denuncias de pederastia. Osvaldo Chirveches, ex provincial de la orden que actualmente dirige esta oficina de atención, mantuvo correspondencia por correo electrónico con Fernando hasta el pasado mes de octubre. Desde aquí, Chirveches nunca más le informó sobre el proceso de investigación que, según el código canónico, la Compañía de Jesús estaba obligada a abrir. El exprovincial solo aseguró que le envió el diario, pero Fernando no lo hizo.


En la publicación de EL PAÍS, de su propio domingo, la Orden emitió un comunicado en el que reconocía que, además de la denuncia del sobrino de Pica, recibió una segunda de una víctima y que abrió una investigación sobre la marcha de Abril. Además, admite la “verosimilitud” de la denuncia del sobrino de Pedrajas.


Sin embargo, esta última parte contradice lo afirmado por Chirveches a este diario días antes de la publicación del informe. En este momento, el auto alegaba que la denuncia de Fernando no era procedente, por lo que la presentó “en una comunicación a través de un correo electrónico de la que figuraba el director del colegio Juan XXIII”.


Durante la investigación canónica, según Chirveches, no cuestionaron a los provinciales que los descubrieron y que continuaron con su vida. Este martes, la orden informó de la suspensión cautelar de varios antiguos superiores de la congregación.


Por primera vez desde que EL PAÍS inicia en 2018 la investigación sobre la pederastia en la Iglesia católica, que ha descubierto 954 casos solo en España, este periódico accede a un documento que muestra la visión de los abusos y su encubrimiento desde el lado del agresor religioso . Pica puso el nombre de Historia a esa especie de memorias de 383 páginas mecanografiadas a computadora. Un diario compilado por reflexiones, relatos de episodios de su vida, así como una decena de papeles. En total, 350 entradas encabezadas, en negrita, por el lugar y la fecha donde las escribieron.


Su lectura permite continuar su vida de que ingresa como novicio a la orden en España, en 1960, hasta un año antes de su muerte, en 2008, cuando deja de escribir. En las páginas relacionadas con su viaje a América Latina como misionero y la impresión que causa la pobreza de ciertos lugares, como Cochabamba. Pero también describe los abusos que vienen con la vergüenza y la vergüenza. Siente miedo a ser desatado y chantajeado. Relata como “pide ayuda” a varios miembros de la Iglesia para poner fin a sus delitos. Dice sentirse culpable de sus crímenes, aunque siempre se refiere a ellos con eufemismos como “pecados”, “meteduras de pata” o “enfermedad”.

JULIO NÚÑEZFERNANDO MOLINA.

Madrid, España / La Paz, Bolivia.

El País.

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