* Solicitaron 4 años y 6 meses de prisión para el exobispo, acusado de abuso sexual a dos jóvenes.
* Plantearon que ejerció una manipulación emocional y de conciencia.
Ayer por la mañana los tribunales oranenses vivieron una de las últimas jornadas del inédito juicio contra el exobispo de Orán Gustavo Zanchetta, por abuso sexual a dos exseminaristas. La fiscalía pidió la pena de 4 años y 6 meses de prisión y «su inmediata detención en carácter de medida cautelar». Hoy a las 11.30 se conocerá la sentencia.
En un alegato que duró más de dos horas, los fiscales Soledad Filtrín y Pablo Rivero, que integran una unidad especial creada para este caso, argumentaron por qué quedó probado que Zanchetta, desde su situación de poder, cometió los abusos sexuales por los que lo denunciaron dos exseminaristas.
La pena que solicitaron implica que, en caso de sentencia desfavorable, el religioso debería ir preso, aunque apele el fallo. El sacerdote, en tanto, se negó a declarar por última vez.
Al iniciar su firme alegato, el fiscal Pablo Rivero destacó: «Estamos ante un hecho histórico de la Justicia Penal de Orán, las víctimas han hablado». Luego, el fiscal aseguró que «hubo manipulación espiritual» y «abuso de conciencia» y resaltó la situación de vulnerabilidad de los seminaristas.
Rivero se refirió además a la hipótesis de la defensa, que planteó que las denuncias tienen que ver con un intento de «venganza» por parte de tres sacerdotes de Orán que tenían diferencias con Zanchetta. «Da la casualidad de que, cuando se investigan abusos de este tipo, siempre dan el argumento de un complot. Lo que hicieron el padre Alarcón, Acevedo y Manzano fue comunicar lo que estaban viviendo los seminaristas», destacó.
En cuanto al daño para las víctimas, Rivero aseguró que «aún no se puede magnificar» y que esto dependerá del acompañamiento psicológico de las víctimas. «No podemos saberlo, pero tenemos la obligación de dar una respuesta», instó al Tribunal.
La fiscal, en tanto, habló de un sometimiento psicológico y la manipulación hacia los seminaristas por parte de Zanchetta con información íntima. Se refirió al hecho de que la defensa del obispo quiso utilizar el hecho de que uno de los denunciantes había sufrido un abuso cuando era niño. «La defensa se quiso valer a través de un dato que introdujo (el cura Carlos) Subelza, de que esto estaría relacionado con la situación pasada», indicó. «Pero las peritos pudieron comprobar que fueron dos hechos diferentes», advirtió.
La fiscalía reafirmó la acusación de abuso sexual simple, agravado por ser ministro de culto en concurso real y por delito continuado en perjuicio de G.G.CH. y M.C.
«Complot»
La parte más difícil de los alegatos la tuvo la defensa de Gustavo Zanchetta, con alrededor del 90 por ciento de los testimonios que acusan al exobispo de abuso de poder y abuso sexual, más pericias judiciales en contra.
El defensor oficial Enzo Gianotti reafirmó la hipótesis de que hubo un complot de parte de los sacerdotes que denunciaron ante la Nunciatura al exobispo en 2017, luego de que le encontraran en su celular fotos pornográficas en las que aparecían él y algunos jóvenes.
«No les gustaba porque era el obispo, porque era autoritario, porque había modificado las situaciones de los sacerdotes. Las incomodidades las generaron los sacerdotes en los seminaristas», esgrimió el defensor que pidió la absolución lisa y llana del exobispo y asesor del Vaticano.
En cuanto a las cenas con alcohol que promovía Zanchetta, según relataron diferentes testigos en el juicio, Gianotti las admitió, pero aseveró que no era nada preocupante. «Nadie averiguó la cantidad de alcohol. Era compartir un rato, divertirse, no tiene nada de malo tomar alcohol en un seminario», consideró.
Sobre los regalos que Zanchetta hacía a los seminaristas, el abogado aseveró que «había premios y castigos como en todos lados» y descartó que tuviera «preferencia» por algunos jóvenes.
Tras el turno de los alegatos tanto de la Fiscalía como de la Defensa, el tribunal de Orán dará a conocer hoy la sentencia a partir de las 11.30.
Por último, al final de su acotado alegato, Gianotti se dedicó a leer el currículum de la psicóloga Eleonora Naranjo, una perito de parte que declaró a favor de Zanchetta. Aseveró que tiene «un doctorado, una especialidad en PNL» y es docente. Naranjo dijo que Zanchetta tenía una «personalidad pertinente». Una psicóloga del Poder Judicial, en tanto, describió «rasgos psicopáticos» de Zanchetta la contradijo. «Esa calificación no existe, no es un diagnóstico», aseguró.
Piden investigar a un cura
Durante sus alegatos, la fiscalía solicitó derivar las actuaciones a la fiscalía correspondiente y acusó al cura Carlos Subelza de falso testimonio. El religioso puesto bajo la lupa de la fiscalía es el párroco de la Catedral de Orán y es uno de los sacerdotes que testificó a favor de Gustavo Zanchetta.
Subelza fue formador de los seminaristas, lo acusaron de haber justificado los abusos, aunque él lo negó. Un seminarista lo denunció además por haberlo amenazado.
Los alegatos de la fiscalía comenzaron con una detallada descripción de los abusos y escenarios denunciados de parte de la fiscal Soledad Filtrín, la primera operadora judicial en acercarse de oficio a los seminaristas. Filtrín también se refirió a las pericias judiciales que confirmaron que los jóvenes sufrieron abusos.
La fiscalía aclaró que los archivos canónicos nunca llegaron. Son archivos que se habían requerido al Vaticano sobre una investigación interna contra Gustavo Zanchetta.
El exobispo, luego de que le encontraron fotos pornográficas en el celular, viajó al Vaticano y habló con Francisco Bergoglio del tema, pero pudo regresó a Orán.
La Sala II del Tribunal de Juicio de Orán, integrada por María Laura Toledo Zamora, Raúl Fernando López y Héctor Fabián Fayos, dictará sentencia en la mañana de hoy.
Críticas y aplausos para los fiscales
Allegados a los seminaristas criticaron el pedido de pena de la fiscalía de 4 años y 6 meses de prisión para Gustavo Zanchetta. “Es poco para el daño que hizo”, fue la frase que esgrimieron.
Sin embargo, al ver pasar por la vereda a los fiscales Pablo Rivero y Soledad Filtrín, muchos fieles rompieron en aplausos para ambos. “Defendieron a nuestros jóvenes”, destacaron.
La llegada del religioso a los Tribunales ayer, en tanto, fue de las más difíciles desde que comenzó el juicio. Acompañado de los abogados canonistas, Javier Belda Iniesta y Francesco de Angelis, el religioso fue perseguido por un grupo de fieles que le reprochó “el daño a nuestros jóvenes”.
4 DE MARZO DE 2022.
EL TRIBUNO.COM.