Sensible y solidario con los enfermos y personal de salud hospitalaria, ante la fuerte pandemia del virus Covid-19 que azota al mundo, Mons. Salvador Rangel Mendoza, Obispo de la Diócesis de Chilpancingo-Chilapa, dio ánimo a los afectados, sobre todo de los que han perdido a sus seres queridos, de quienes lamentó: “en algunos casos ni siquiera han podido darles el último adiós y despedirlos como conviene”.
Al confirmar que dio positivo al virus, sostuvo: “No quiero ser una simple víctima de la enfermedad, sino una ofrenda de amor en bien de toda esta Diócesis que me ha sido confiada”.
Tras indicar que “estamos ante un desafío histórico de lucha contra esta pandemia, luchar contra un enemigo invisible pero letal”, pidió encomendarse a nuestra señora de Guadalupe y a nuestros Santos Mártires San David Uribe Velasco y San Margarito Flores García, “para que por su intercesión nos cuiden y protejan”.
A través de un comunicado del Obispado de Chilpancingo-Chilapa, señaló:
“Hoy me dirijo, en especial, a los que han resultado afectados directamente por el coronavirus: los enfermos y las familias que lloran por la muerte de sus seres queridos, Ayer, 23 de octubre, conmemoramos el “Dia del Médico”, reconocemos a quienes trabajan en los hospitales y centros de salud y rezamos para que Jesús les conceda fortaleza y esperanza tanto a los médicos y a las(os) enfermeras(os), que en todas partes del país ofrecen un testimonio de cuidado y amor al prójimo hasta el límite de sus fuerzas y, no pocas veces, hasta el sacrificio de su propia salud y su vida”.
“Después de saludarles, quiero compartir con ustedes que en días pasados he presentado algunos síntomas relacionados al SARS Covid-19 y que el día, de ayer viernes 23 de octubre he recibido la noticia que he pasado a ser parte de los contagiados”.
“La prueba que me fue realizada, indica que di positivo. Por lo cual, siguiendo las indicaciones y protocolos de salud establecidos al efecto, me encuentro en aislamiento domiciliario, y me uno, en oración, a quienes han vivido o viven esta experiencia. Desde ahora he ofrecido a Dios mi espera (y lo que surja en el proceso)”.
“Conforme lo permitan las circunstancias seguiré compartiendo la experiencia espiritual de la espera. Me siento como un peregrino que vive el viacrucis y, al mismo tiempo, en el camino de la gracia y de la pascua. Me encomiendo a sus oraciones y me comprometo a orar por todos ustedes desde mi confinamiento”, culminó.
Comunicado 02-2020 (24-10-2… by Agencia Católica de Noticias