A partir del encuentro entre el Papa Francisco y el gran ayatolá Ali al-Sistani en Náyaf y la oración interreligiosa en Ur de los Caldeos, se han sentado las bases de un Irak basado en la convivencia, el pluralismo, la paz y en una visión multicultural. Desde Irán hasta Israel, analistas y comentaristas destacan el valor «histórico» del encuentro cara a cara de esta mañana entre el pontífice y el líder espiritual chiíta, y del diálogo entre las distintas confesiones en la tierra natal de Abraham, padre de las tres grandes religiones monoteístas.
Un acontecimiento «raro y especial» que además contó con «una gran cobertura de los medios de comunicación, y esto no es habitual». En diálogo con AsiaNews, así comentó el encuentro entre el Papa y al-Sistani el periodista Saad Salloum, profesor asociado a la cátedra de Ciencias Políticas de la prestigiosa Universidad de al-Mustanṣiriyya de Bagdad. Cofundador del Consejo Iraquí para el Diálogo Interreligioso (Iraqi Council for Interfaith Dialogue) y presidente de la Fundación Masarat, especializada en la protección de la diversidad. El académico habla de una «visita simbólica entre dos personalidades similares: ambas, con una gran espiritualidad; pero también humildes: al-Sistani vive en una pequeña casa en Náyaf, que es considerada como el Vaticano de los chiíes; Francisco reside en un apartamento en Santa Marta».
El estudioso prosigue: «Hoy hemos visto el apoyo del Vaticano a un chiísmo neutral, separado de la política» que contempla aspectos «nacionales y patrióticos» y condena la corrupción y las derivas violentas. «Náyaf tiene un islam chiíta muy diferente al de Qom», el de los ayatolás iraníes, porque es «abierto a otras religiones». «Hoy Irak ocupa un lugar central en el mundo” explica Saad Salloum. Es “una nación que ofrece una visión diferente respecto al pasado de guerra y violencia. Es otro Irak: basado en la fe, en la cultura, en el pluralismo» y tiene en Ur, en el encuentro interreligioso, su máxima expresión. «Para nosotros Ur es el lugar más importante”, continúa, “ya que es donde Abraham comenzó su viaje y hoy es un símbolo para todos».
Las raíces del árbol iraquí «son cristianas, por lo que no podemos imaginar nuestra nación sin ellas. Trabajamos por una realidad multicultural y, en esta perspectiva, estoy lanzando un proyecto destinado a crear la llamada «Casa de Abraham»: una institución abierta no sólo a las tres grandes religiones monoteístas, sino también capaz de acoger a los que están fuera de su círculo: zoroastrianos, yazidíes, etc… debemos aprender que la diversidad es una riqueza. La visita del Papa es un acontecimiento fundamental desde este punto de vista».
Un académico musulmán de Teherán, la capital de Irán, comenta que este es un acontecimiento «muy importante», porque une al jefe de la Iglesia y a «un gran líder chií». «La paz es un mensaje que debe difundirse por todo el mundo y el ayatolá al-Sistani es una buena elección para dirigir este mensaje al mundo islámico”, prosigue. Es un «líder islámico pacífico y esperamos que este elemento se destaque en su encuentro con el Papa y que sea subrayado por los medios de comunicación de todo el mundo».
Desde Israel, Jeremy Milgrom, rabino israelí y miembro de la ONG Rabbis for Human Rights (Rabinos por los Derechos Humanos), recuerda: «He pasado gran parte de mi vida en actividades de carácter interreligioso», de modo que «sólo puedo estar a favor y apoyar» actos como los que se celebran hoy en Náyaf o Ur. En cuanto a las relaciones de poder entre musulmanes y judíos, añade, «en Israel se está produciendo un proceso interesante desde el punto de vista político: para las próximas elecciones, Netanyahu está buscando el apoyo de un partido islámico» que tiene todas las credenciales «para entrar en la Knesset [el Parlamento israelí, ed.], asumiendo una posición de fuerza y autonomía”.
Bagdad, Irak.
AsiaNews.