Tanzania, antes Colonia Británica «Tanganica», es un país de África Oriental famoso por sus extensas zonas de fauna salvaje, una meca del safari poblada por elefantes, leones, leopardos, búfalos y rinocerontes. Mantiene una economía robusta que le ha dado este gobierno con la acertada inversión en infraestructuras y la exportación de minerales.
El político, con grado en ciencias y profesor de Matemáticas que se doctoró en Químicas por la Universidad de Dar es Salam, quinto presidente de Tanzania fue quien el 16 de abril del año pasado cuando al COVID-19 lo declaraban Pandemia, se dirigió a su pueblo mediante su cuenta twiter, en Suajilli (una lengua africana hablada sobre todo en Tanzania y Kenia), con el siguiente mensaje:
“Mis compañeros tanzanos, debido a la enfermedad de Corona, les pido que pasen 3 días del 17 al 19 de abril de 2020 {viernes, sábado y domingo} ORANDO al Dios Todopoderoso para que nos salve del flagelo de esta enfermedad. Oremos los unos por los otros con fe, él nos escuchará”.
Ndugu zangu Watanzania, kutokana na ugonjwa wa Corona, nawaomba tutumie siku 3 za kuanzia tarehe 17- 19 Aprili, 2020 {Ijumaa, Jumamosi na Jumapili} KUMUOMBA MWENYEZI MUNGU aliye muweza wa yote atuepushe na janga la ugonjwa huu. Tusali kwa kila mmoja kwa imani yake, atatusikia.
— Dr John Magufuli (@MagufuliJP) April 16, 2020
Medios diversos de comunicación cuestionaron entonces que el gobierno del Dr. John Magufuli hubiese dejado los lugares de culto abiertos, afirmando que en estas circunstancias su pueblo requería consuelo espiritual.
A la salida de misa, en la capital Dodoma, en una declaración que hizo, vinculó a la pandemia “al Demonio” y animó a todos los tanzanos a seguir acudiendo a sus templos, pues en ellos podrían encontrar “la verdadera salvación”, dijo.
Y es que desde que apareciera el primer caso de coronavirus en Tanzania el 17 de marzo del 2020, hace un año exactamente, su Gobierno se resistió a adoptar medidas drásticas. Las instituciones educativas cerraron, pero los comercios, mercados, mezquitas y las iglesias se mantuvieron abiertos, así como el transporte público funcionó con normalidad. Comercializaron incluso una polémica tisana embotellada a base de artemisa, llamada Covid-Organics, creada por un centro de investigación malgache que fue distribuida a una decena de países.
En un video el reconocido youtuber “Luisito Comunica” muestra la vida normal y sin cubre bocas de la población de Tanzania.
El Doctor en Ciencias que en su gobierno se enfrentó al absentismo laboral, la corrupción y el despilfarro de dinero público, así como convertir la celebración anual de la Independencia en un día de limpieza nacional, y de quien dio vuelta al mundo una foto que lo retrataba recogiendo basura con sus propias manos en los exteriores del palacio presidencial, sorprendió con unas declaraciones por Televisión donde afirmaba que a finales de abril había enviado una serie de muestras para detección de coronavirus.
Estas muestras fueron extraídas de papayas, ovejas, cabras, un conejo, un pájaro llamado kware y hasta de aceite de coche asegurando al laboratorio encargado de los análisis de coronavirus en Tanzania, que se trataba de personas con síntomas.
En voz pública el mandatario afirmó: “Los resultados de la papaya dieron positivo, los del kware y la cabra también (…) ¿Significa eso que todas las papayas y las cabras deben ser aisladas? Alguien está haciendo juego sucio. Aconsejo a los tanzanos que no se preocupen, la gripe siempre ha estado ahí y esto es solo un paso más”, afirmó el científico presidente.
Posteriormente el responsable de control de calidad del laboratorio y su director fueron destituidos, al mismo tiempo que se abría una investigación.
Acto seguido la Organización Mundial de la Salud (OMS) negó que las pruebas estuvieran fallando, mientras que John Nkengasong, director de los Centros para el Control de Enfermedades (CDC) en África, aseguró que las pruebas que se usan en Tanzania son las mismas que se usan en el resto del continente.
Para el mes de mayo del año pasado el primer ministro ya había ordenado que Tanzania dejara de contabilizar los positivos y muertos causados por el covid y poco después organizó varios días de rezos nacionales. La cifra quedaba en ese entonces en 509 contagios y 21 fallecidos.
En los últimos días de enero de este año, durante un acto público afirmó: «Hay que mantenerse firmes. La vacunación es peligrosa. Si el hombre blanco fuera capaz de crear vacunas, entonces ya habría encontrado la vacuna del sida, ya habría encontrado vacuna para la tuberculosis, habría encontrado la vacuna de la malaria ya y habría encontrado ya una vacuna para el cáncer”.
El 8 de febrero el diario británico The Guardian respondió a Magufuli llamándolo «un peligro para la salud pública»; y que de acuerdo con una publicación de lifesitenews.com firmada por Michael Haynes, este artículo fue patrocinado por la Fundación Bill y Melinda Gates, que invierte y gana miles de millones de dólares en la campaña mundial de vacunación.
Hace un mes, Tanzania destacaba como uno de los pocos países de África que no realizó solicitud de compra de vacunas para el COVID-19.
Y hace poco más de 15 días desapareció el presidente de Tanzania, se le dejó de ver. Las especulaciones corrieron y apenas tiene tres días que la vicepresidenta Samia Suluhu, de origen musulmana, anunció en un mensaje televisivo a la nación, sin dar más detalles, que Magufuli había fallecido este 17 de marzo problemas cardiacos. Según la constitución la vicepresidenta asume la presidencia del país para el resto de mandato hasta 2025.
“Hoy… hemos perdido a nuestro valiente líder, el presidente de la República de Tanzania”, leyó la vicepresidente Samia Suluhu, quien asumirá el poder por ahora, convirtiéndose así en la primera mujer presidente de Tanzania.
El misterio que rodea la muerte del presidente Magufuli de Tanzania es más importante de lo que parece; porque, este hijo de campesinos de fe católica era un negacionista del covid, un hombre que aseguraba que su país se había librado de la pandemia gracias a la oración y rechazó cualquier confinamiento o medida como llevar mascarilla. Y es casualmente un caso similar al de otra negacionista del Covid, Brandy Vaughan, quien, dedicada a denunciar los crímenes de los laboratorios, igual murió misteriosamente el 7 de diciembre pasado.