La obsesión por parte de los sectores izquierdistas por imponer restricciones para “contener la propagación del virus PCCh” en los Estados Unidos, ha provocado enormes cambios en las rutinas de los niños y adolescentes para desarrollarse, aprender y socializar con sus pares. Estos cambios causaron un daño irrecuperable en millones de niños que según los registros hicieron disparar los índices de patologías mentales.
Decenas de millones de jóvenes y niños asisten a la escuela a través de alguna forma de aprendizaje virtual. Muchos otros, los que no tienen acceso a computadoras o internet, ni siquiera han podido continuar con sus estudios.
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Además se han cancelado la mayor parte de las actividades extracurriculares y se han cerrado parques infantiles, zoológicos y otros espacios recreativos donde habitualmente los más chicos pueden relacionarse con sus pares.
El encierro y el aislamiento pasaron a ser la nueva rutina, donde la mayor conexión con el “exterior”, suelen ser los medios de comunicación hegemónicos quienes cumplieron la función de promover el miedo a la enfermedad, contabilizando cada nuevo caso y cada nueva muerte, en base a dudosas estadísticas creadas por organismos como la Organización Mundial de la Salud (OMS) con conocidas intenciones perversas plasmadas en su agenda globalista.
Un informe publicado por el Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos, muestran que la proporción de niños que llegaron a los departamentos de emergencia con problemas de salud mental aumentó un 24% desde mediados de marzo hasta mediados de octubre de 2020. Luego de esa fecha las restricciones fueron en aumento, por lo que se cree que los índices se dispararon aún más.
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Entre los adolescentes ese número en el mismo período llegó al 31%. Siendo la mayor causa de consulta las depresiones severas y los pensamientos suicidas.
Paralelamente los protocolos implementados por los hospitales para “prevenir los contagios del virus PCCh”, provocaron en muchos casos la imposibilidad de una correcta atención en asistencia de salud mental. Mientras aumentaban las consultas por este tipo de cuestiones, los hospitales reducían la cantidad de camas o directamente cerraban unidades psiquiátricas por completo.
“Es solo cuestión de tiempo antes de que un tsunami llegue a la costa de nuestro sistema de servicio, y se verá abrumado por las necesidades de salud mental de los niños”, dijo Jason Williams, psicólogo y director de operaciones de Salud Mental Pediátrica Instituto en el Children’s Hospital Colorado. “Creo que estamos empezando a ver la punta del iceberg, para ser honesto”.
Según lo indicado, la pandemia provocada por el virus PCCh parece agravar y aumentar los casos de patologías mentales. Una revisión de 80 estudios encontró que el aislamiento forzado y la soledad entre los niños se correlaciona directamente con un mayor riesgo de depresión.
La administración Trump ha hecho todo lo que estaba a su alcance para limitar las medidas sin sentido de algunos estados que promueven los encierros al punto de prohibir la circulación por las calles luego de determinados horarios y mantener sus economías prácticamente cerradas durante meses.
El Dr. Scott Atlas, consejero médico del presidente Trump, fue uno de los fervientes oponentes a las medidas de encierro que proponen los gobiernos para combatir el virus PCCh.
“No quiero ver la cifra de que uno de cada cuatro americanos, estudiantes universitarios, de 18 a 24 años, pensó en suicidarse en junio debido al encierro”, dijo a comienzos de la pandemia el Dr. Atlas a Fox News. Estaba en lo cierto. Según datos de la CDC el grupo de jóvenes entre 18 y 24 años que pensó en suicidarse durante junio de este año se duplicó con respecto al año pasado.
Con información de BL es Mundo/Andrés Vacca