Mientras el Papa sigue hospitalizado, el Vaticano extiende la ‘sinodalidad’ hasta 2028

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El pasado mes de octubre concluyó en Roma el Sínodo de la sinodalidad que arrancó en el año 2021.

La participación e involucración de los fieles más activos en la vida de la Iglesia ha sido más bien escasa o nula durante todos estos años que ha durado el Sínodo en sus distintas fases. Las conclusiones finales que se extrajeron de la Asamblea final celebrada en Roma el pasado mes de octubre resultaron ser un pufo que no contentó a los ultras progresistas heterodoxos.

La desilusión que se generó en estos círculos con marcada agenda propia fue notable, por eso, el Vaticano ha decidido estirar el chicle del mantra de la sinodalidad nada más y nada menos que… ¡hasta octubre del 2028!

El cardenal Mario Grech, secretario general del Sínodo de la sinodalidad ha sido el encargado de anunciar esta nueva fase a través de un comunicado publicado por la Santa Sede.

En esa carta remitida por la Secretaría General del Sínodo a los Obispos y Eparcas del mundo, extendida a través de ellos a todo «el Santo Pueblo de Dios», se oficializa el proceso de acompañamiento y evaluación de la fase de implementación del Sínodo «Por una Iglesia sinodal. Comunión, participación, misión». Dicho proceso, aprobado por el Papa Francisco el pasado 11 de marzo desde el hospital, tiene como objetivo consolidar la sinodalidad como una dimensión esencial de la vida eclesial a nivel local y universal.

El itinerario de acompañamiento, que culminará en octubre de 2028 con una Asamblea Eclesial en Roma, será coordinado por la Secretaría General del Sínodo y comprometerá a todas las estructuras eclesiales, desde las Dócesis y Eparquías hasta los institutos de vida consagrada, asociaciones laicales y movimientos eclesiales. Se establece así un marco de evaluación gradual con eventos significativos que permitirán acompañar el proceso sinodal a lo largo de los próximos años.

Hacia una evaluación progresiva de la sinodalidad

Siguiendo lo expresado en la Nota de acompañamiento del Documento Final de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, el Papa Francisco ha enfatizado que la fase de implementación no debe entenderse como la mera aplicación de directrices impuestas, sino como un proceso de recepción contextualizada según las realidades culturales y pastorales de cada comunidad. No obstante, el proceso busca mantener la unidad de la Iglesia, asegurando una armonización en la transposición de las orientaciones del Documento Final.

La metodología establecida contempla una serie de hitos claves que guiarán la fase de evaluación: Mayo de 2025: Publicación del Documento de apoyo para la fase de implementación;  Octubre de 2025: Celebración del Jubileo de los equipos sinodales y de los órganos de participación; 2027: Realización de asambleas de evaluación a nivel diocesano, nacional e internacional; Primer semestre de 2028: Asambleas continentales de evaluación; Octubre de 2028: Asamblea eclesial en el Vaticano.

El proceso requerirá una participación activa de todos los sectores de la Iglesia, desde el clero hasta los laicos, quienes tendrán un rol fundamental en los equipos sinodales diocesanos. Estos equipos, que serán fortalecidos y ampliados, serán los encargados de acompañar ordinariamente la vida sinodal de las Iglesias locales.

Un itinerario hacia el Jubileo de los equipos sinodales

En este contexto, destaca la convocatoria del Jubileo de los equipos sinodales y de los órganos de participación, programado del 24 al 26 de octubre de 2025, como un espacio para reconocer y fortalecer el trabajo de estos organismos. La iniciativa se inscribe en la visión del Papa Francisco de consolidar la sinodalidad en el horizonte de la esperanza jubilar.

El camino hacia la Asamblea Eclesial de 2028 no solo buscará evaluar los progresos en materia sinodal, sino que también se pretende que el Santo Padre escuche y confirme las orientaciones consideradas válidas para la Iglesia universal. Además, este proceso se articulará con los trabajos de los Grupos de Estudio y la Comisión de Derecho Canónico, asegurando un enfoque integral y participativo.

Finalmente, la Secretaría General del Sínodo ha instado a los Obispos diocesanos y eparquiales a asumir un papel protagónico en este proceso, subrayando que sin su impulso y compromiso la implementación efectiva de la sinodalidad resultaría inviable. La carta concluye con un llamado a la oración por la salud del Papa Francisco y el éxito del itinerario sinodal.

CIUDAD DEL VATICANO.

SÁBADO 15 DE MARZO DE 2025.

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