Los restos de los tres primeros mártires católicos, hallados en Corea este miércoles, anuncia el obispo de Seul.

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La diócesis anunció hoy la noticia, tras confirmar el hallazgo a través de tests de ADN.

Los tres fueron beatificados en 2014.

El obispo John Kim Son-tae: ‘Es un acontecimiento sorprendente y colosal’.

Hallaron los restos de los tres primeros mártires católicos surcoreanos cerca de Jeonju. El anuncio fue dado en una conferencia de prensa organizada por la diócesis de Jeonju, situada a 243 km al sur de la capital, Seúl.

A través de las investigaciones arqueológicas y las pruebas de ADN se confirmó que los restos pertenecen a Paul Yun Ji-chung y James Kwon Sang-yeon, decapitados en 1791, y al hermano menor de Yun, Francis Yun Ji-heon, descuartizado una década después. Los dos hermanos y su primo pertenecían a una familia noble de Jeonju. Paul Yun Ji-chung fue el primero en convertirse al cristianismo y recibir el bautismo. En 1791 destruyó el altar familiar, obedeciendo al obispo Gouvea de Beijing, que prohibió el culto a los antepasados en los territorios bajo su jurisdicción. El episodio provocó un escándalo en la corte y Paul fue detenido junto a su primo James Kwon Sang-yeon. Por negarse a abandonar la fe cristiana, fue asesinado el 8 de diciembre de 1791. Diez años después, su hermano menor, Francis Yun Ji-heon, también murió en una nueva ola de persecución contra los cristianos.

Las reliquias de los tres fueron localizadas en marzo en Wanju, en una parcela donde se solía enterrar a los mártires y que se estaba convirtiendo en un santuario.

«El descubrimiento de los restos es un acontecimiento verdaderamente colosal y sorprendente», dijo el obispo de la diócesis de Jeonju, John Kim Son-tae. «Nuestra Iglesia creció sobre los cimientos del derramamiento de sangre de los mártires y finalmente ha encontrado los restos de las personas que iniciaron la historia del martirio».

El prelado remarcó su “profundo agradecimiento, alabanza y gloria a Dios» por el hallazgo. «Me gustaría compartir esta emoción inmensa con otros creyentes».

Los mártires fueron de los primeros católicos asesinados por los gobernantes coreanos, que temían que la difusión del catolicismo socavara la ideología dominante de la nación, basada en el confucianismo.

El papa Francisco beatificó a estos tres mártires coreanos -además de otros 120-  en 2014, durante su viaje apostólico a Corea. Este año, la Iglesia local celebra el 200º aniversario del nacimiento de su primer sacerdote, San Andrés Kim, quien también fue asesinado por odio a la fe en 1846, a la edad de 25 años.

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