No es de ahora, sino de siempre. Los informes presidenciales solamente sirven para que el mandatario en turno se auto alabe, se vanaglorie diciendo que todo le está saliendo a la perfección, que estamos avanzando y las metas se están alcanzando, pero no dicen cómo y cuánto se ha logrado, no hay especificación alguna. Vaya, es una fiesta de la retórica.
Tal es el caso del presidente Andrés Manuel López Obrador, con el agregado que éste no rinde informe anual sino trimestral, aunque en cada caso se dore la misma píldora; la misma gata, pero revolcada, diría el pueblo bueno y sabio. Pero, además, el señor presidente se solaza en restregarnos que mantiene su popularidad, de acuerdo a las -estas sí- benditas encuestas. Y si las consultas le dan el 64 por ciento de aprobación, él dice tener “otros datos” y que en realidad es el 71 por ciento.
López Obrador presentó el primer día de este mes el que debió ser su segundo informe de gobierno, aunque en realidad se trató de su octavo informe trimestral. Y precisamente ese día el director general de la Organización Mundial de Salud (OMS), Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, en un mensaje que se difundió a nivel internacional pidió a dos países de Latinoamérica: México y Brasil, que “sean serios en el manejo de la pandemia”, debido al incremento de casos de coronavirus en las últimas semanas.
Ghebreyesus advirtió que la situación en México por la covid-19 es «muy preocupante». Y citó cifras: “…tanto el número de fallecidos como el de casos se dobló entre la semana del 12 de octubre y la del 20 de noviembre, pasando el primero de 2.000 a 4.000 y el segundo, de 31.000 a más de 60.000. “Creo que esto muestra que México está en mal estado”, indicó, para enseguida añadir que “cuando ambos indicadores, las muertes y los casos, aumentan, es un problema muy serio”.
Sin embargo, en una muestra más de su rechazo a las instituciones, López Obrador declaró que el llamado no es para él sino para el pueblo -sí, ese bueno y sabio- que es el que debe cuidarse. Estas declaraciones fueron corroboradas por el subsecretario de Salud, Hugo López Gatell, quien escurrió el bulto con la misma respuesta.
Más de un millón 113 mil contagios y más de 108 mil muertos son los datos que preocupan a la OMS, pero nuestras autoridades tienen “otros datos”, las instituciones son conservadoras. ¿Es o no una fiesta de la retórica?
Y para no ir más lejos, el pasado jueves el Inegi dio a conocer que de 4.9 millones de empresas micro, pequeñas y medianas que había en 2019, han sobrevivido 3.9 millones; esto es, cerraron sus puertas en definitiva casi un millón 11 mil establecimientos, lo que representa la pérdida de casi tres millones de empleos. Pero el señor presidente una vez más mostró su desprecio a las instituciones al declarar que no es cierta esa información, pues él “tiene otros datos”.
Nos queda claro, señor presidente, para usted las instituciones no sirven para nada si no se prestan al juego de “sus datos”.
A pesar de todo, mantengamos la esperanza en este tiempo de Adviento.
Con información de Nuestra Voz de Campeche/Editorial