El evangelio que escucharemos este domingo (Jn 2, 1-12), nos habla del episodio de las bodas de Caná donde Jesús por intercesión de María realiza su primer milagro. El relato destaca algunos detalles que vale la pena reflexionar.
Jesús, María y sus apóstoles fueron invitados a una boda, durante la celebración se acaba el vino y María intercede por aquellos esposos. Jesús realiza su primer Milagro en un ambiente nupcial. Se destaca la abundancia y la excelencia de aquel vino nuevo. El relato se cierra diciendo que sus discípulos creyeron en Jesús.
El Ambiente nupcial. Resulta muy importante para el evangelista San Juan, que el primer milagro de Jesús sea realizado en un ambiente nupcial. Este hecho adquiere un alto significado simbólico pues con la presencia de Jesús en aquellas bodas y su primer milagro en Caná, se hace referencia a la unión de amor entre Cristo y la humanidad.
La imagen del matrimonio es usada en la Sagrada Escritura para expresar la relación que existe entre Dios y su pueblo. Dios viene presentado como el esposo e Israel como la esposa. La relación que existe entre ambos es como la relación que se genera entre los esposos. Cristo lleva a cabo en forma perfecta esta unión anunciada entre los profetas. En el nuevo pueblo de Dios, Jesús es el esposo. En él Dios establece una unión muy profunda con la humanidad. El amor de Dios por la humanidad se expresa plenamente en las acciones que Jesús hace por nosotros.
Jesús señala que todavía no había llegado su hora. La hora a la que se refiere Jesús es la hora de la Cruz. Es ahí donde se manifestará su gloria, es ahí donde se llevará a cabo su exaltación. Pues después de su muerte le seguirá la resurrección. Todas las acciones de Jesús alcanzan su máxima expresión en aquella hora. Es en el calvario donde Jesús celebrará las verdaderas nupcias del amor vivido hasta el extremo. En la cruz Jesús ofrecerá el auténtico banquete mesiánico: su cuerpo y su sangre para la salvación de todos.
Hecho el milagro de Caná donde Jesús convierte el agua en vino, se destacan 2 aspectos importantes. La abundancia y la excelencia del vino nuevo. La abundancia del Vino se resalta por el hecho de que se señala “que los sirvientes llenaron 6 tinajas de vino de 100 litros cada una”. En la Biblia, el vino es señal de la alegría y de felicidad, en las bodas simbolizaba el amor de los esposos. Los profetas habían anunciado que los tiempos mesiánicos se caracterizarían por un banquete con manjares exquisitos y vinos suculentos. Por lo tanto con este relato de las bodas de Caná donde Jesús realiza su primer milagro, se está anunciando que han llegado los tiempos del mesías esperado.
La excelencia del vino viene resaltada en el comentario del encargado de la fiesta, donde se dice expresamente que el vino nuevo es mejor que el vino que ya se había agotado. “Has guardado el vino mejor hasta ahora”. El mensaje de salvación que está anunciando Jesús supera con mucho a lo que se había anunciado con anterioridad. Jesús inaugura con sus hechos y palabras la plenitud de la salvación. El evangelio se cierra señalando que Jesús manifestó su gloria y que sus discípulos creyeron en él. Este será el sentido de los signos que hizo Jesús y que San Juan nos cuenta al final de su evangelio. Los signos se cuentan para creer que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengáis vida en su nombre (Jn 20, 31).
Pbro. José Manuel Suazo Reyes
Vocero de la Arquidiócesis de Xalapa