El arzobispo de la Xalapa, Hipólito Reyes Larios, lamentó que el coronavirus ya haya cobrado la vida de cuatro sacerdotes pertenecientes a la arquidiócesis, el último de ellos, el padre José de Jesús López Alarcón, quien se desempeñaba como párroco de San Miguel Arcángel en la ciudad de Perote.
“Ahí tenemos la calamidad de la pandemia, que ha llamado muchísimos a la muerte y el padre Chucho López como lo conocíamos, pues también fue una de las causas de su fallecimiento”.
Durante la homilía dominical, mencionó que van 7 sacerdotes los que han muerto en el Estado, 4 por COVID-19, antes los padres Álvaro Fernández Aviña, Gilberto Suárez Rebolledo y Gabriel Magaña Santoyo y tres más por otras enfermedades.
También, resaltó el trabajo realizado por Arturo Lona Reyes, obispo emérito de la diócesis de Tehuantepec, Oaxaca, quien también murió por complicaciones de COVID-19, conocido como “El obispo de los pobres” por su labor social y actividad altruista con comunidades originarias.
“Falleció un gran obispo, fue uno de los principales cercanos a la gente pobre, a los indígenas. Hoy estamos intercediendo por él para que a su vez, interceda por nosotros”.
Al finalizar, mencionó que en este día de Todos los Santos es una celebración de solemnidad, aunque dijo, no todas las personas han llegado a la beatificación o canonización, pero son considerados santos por la felicidad que irradiaron en vida.
“Quien es santo, es una persona alegre, feliz y contenta, a pesar de que hay muchos santos mártires. Hay muchas personas que no llegan a la beatificación, a la canonización o no llegan a ser siervos venerables como es el caso del padre Martín del Campo que algunos coincidimos y supimos de su santidad que la irradiaba”, concluyó.
Con información de Al calor Político
