La reconstrucción del tejido social.

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El tejido social es un elemento fundamental para garantizar la gobernabilidad y el bienestar de los habitantes de una entidad o país. Éste refleja el grado de pertenencia, solidaridad y cohesión que existen en un grupo de individuos. https://www.iberopuebla.mx/

En un contexto donde la violencia nos ha afectado en los últimos años y de acuerdo a la Encuesta Nacional de Victimización 2017 (ENVIPE 2017), elaborada por el INEGI, las personas han modificado sus comportamientos; por ejemplo: 70.5 por ciento de los mexicanos no permiten que sus hijos salgan a la calle, 64.2 por ciento no usa joyas, 51 por ciento no sale de noche. La delincuencia nos ha intimidado de tal manera que vivir con miedo y encerrados en casa o centros comerciales se ha vuelto algo cotidiano y hoy más con este asunto de la pandemia.

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Pero, ¿no te parece que al encerrarnos le cedemos a los delincuentes nuestro espacio público?, ¿no crees qué son nuestros parques y calles?, ¿deberíamos fortalecer nuestra participación ciudadana y exigir espacios de paz y libres de violencia y delincuencia? (IMDOSOC).

Esto nos debe llevar a pensar a partir de esta realidad. ¿Qué tenemos que hacer para reconstruir el tejido social? Esta respuesta a la reconstrucción de la paz debe atender las causas de dicha violencia, que ha generado desconfianza entre los ciudadanos, para ello hay que diferenciar los procesos porque la diferencia esta desde donde miras y desde donde se generan las acciones, esto es desde que perspectiva se ve como en un “dron” esta es la diferencia. Enfrentar la violencia de forma frontal no es la mejor opción porque “violencia genera más violencia” en una tendencia de que debe haber más oficiales, más armas. Esto no soluciona el tema de la paz por eso sugiero atender las causas, esto implica generar procesos que se atienda directamente desde el origen que produce la violencia.

La violencia genera una parálisis como el miedo que tiene la ciudadanía de que no hay seguridad, estamos en riesgo todo el tiempo, salgo de casa y no sé si volveré, pensar así nos aísla y nos hace perder horizontes de esperanza ¿Cómo se puede construir una narrativa donde se genere esperanza? Existen muchas narrativas que se van centrando en el éxito individual, por ejemplo: aquel que emigro a los EU logro venir con más dinero y mira es una persona exitosa o la persona que logra por si misma estudiar la universidad y tiene buen trabajo, un buen coche; esto va generando una aspiración “cada quien hágale como pueda” o “cada quien rásquese con sus uñas”.

La tendencia del individualismo provocado por el neoliberalismo ha ido partiendo, dividiendo, segregando y hemos perdido la capacidad integradora de actuar en una misma conciencia, en una misma acción para la transformación política, hoy solo se piensa en mí, en mis seres más cercanos. Hay que trabajar en el área social, en todos los ámbitos, en una participación política activa, en las instituciones, en las escuelas, en las empresas, en la economía, en el gobierno, en la iglesia y por supuesta en la familia.

De esta forma se va ir fortaleciendo nuestras capacidades comunes para organizarnos, para generar acuerdos, en base a una democracia, para incidir en las problemáticas comunes a partir de un proceso y así poder hacer algo en el tejido social. Los jóvenes son una pieza clave para la realización de esta reconstrucción, cambiar el chip, generar el encuentro con las generaciones y sanar las heridas que hay de los padres sobre todo en los discursos “yo trabajo para darle lo mejor a mis hijos”, “que tengan lo que yo nunca tuve” o en su caso “que no sufra lo que yo sufrí” el proveer más en un sentido material que afectivo, genera una herida en los jóvenes porque ellos se preguntan ¿Dónde estabas cuando más te necesitaba?

Sanar y reconciliar a la familia, para generar cada vez más mejores personas, solidarias, participativas que tomen la responsabilidad de la reconstrucción del tejido social. Nunca estamos solos, tal vez a solas pero solos no, entonces se va generando otra actitud esto lo lograste por el apoyo de la familia, de la comunidad, de los seres que te aman y están a tu alrededor “todos necesitamos de todos” pasar de la desesperanza a la esperanza, del individualismo al bien común.

Comprender que la paz no se construye de un día para otro, es un camino, un proceso, no radica en que actividades hago sino como promover las condiciones que se necesitan para alcanzar la paz, reconstruir el tejido social es crear las condiciones para generar la paz, si el tejido social se descuida la consecuencia es la violencia. No se puede pensar en un proyecto de paz si no es articulado a todos los actores y sectores de la sociedad todos somos responsables en alguna medida de haber fragmentado el tejido social y todos somos responsables de reconstruirlo y así diseñar proyectos interdisciplinarios articulados entre dichos actores porque si no logramos esto en acciones comunes va a ser más difícil la construcción de la paz y el buen convivir.

Por Ruan Angel Badillo Lagos

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